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FRIJOL CAUPÍ: PARA FABRICAR ARINA. PROPONE UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA



La ciencia de la Universidad de Córdoba, para este siglo 21, cuando se ha engrandecido la crisis alimentaria, aparece envuelta en priorizarse en la historia del hombre, básicamente en la dieta como el factor evolutivo más fuerte. Dada su evolución remontada a más de siete millones de años, lapso en el cual la alimentación experimentó sendas transformaciones. Cabiendo entonces, en la vida arbórea, la base alimentaria fue la fruta.


Por ello, tras medidas adoptadas por el actual sistema de gobierno colombiano, en lo posible sacar del menú “la Bienestarina” tradicional, salta el fríjol Caupí siendo una especie cultivada en toda la región Caribe del país. Sin embargo, este estudio evidencia que la mayor área cultivada se concentra principalmente en los departamentos del Cesar, La Guajira y Córdoba, en orden descendente.


Obvio para fabricar por supuesto, otro tipo de bienestarina de alto valor nutricional, resultados de estudios científicos, la Universidad de Córdoba hecho somero análisis, ofrece al gobierno nacional, la especie de frijol Caupí, producto agrícola con mayor capacidad química en hierro y zinc.


La institución académica sostiene: Ante la propuesta del Gobierno de no importar más bienestarina y, por el contrario, fabricar una nueva con productos del campo colombiano, la Universidad de Córdoba propone al Estado sembrar las variedades de frijol Caupí (Caupicor 50 y Caupicor 55), enriquecidas con hierro y zinc, lo que aportaría un alto valor nutricional a los pequeños beneficiados con las diferentes modalidades de atención a primera infancia.

Estas semillas han sido mejoradas genéticamente en laboratorios del alma mater, lugar de desarrollo Montería, bajo la dirección del docente y científico Hermes Aramendiz Tatis, clasificado investigador emérito por Minciencias. El Caupicor 50 y Caupicor 55 se han multiplicado en el Caribe colombiano, en parcelas demostrativas en los departamentos de Córdoba y Magdalena.


El rector de la Universidad de Córdoba, Jairo Torres Oviedo, dijo que en esta institución existe precisamente un potencial que está en sintonía con lo que el Gobierno ha planteado en materia de seguridad alimentaria, en el marco del proyecto del Plan de Desarrollo, aportes que además pueden hacerse desde el conjunto de universidades públicas.

“Es decir, existe una oportunidad inmensa para que ese plan de desarrollo impacte, para que se operativice y para que genere los fines y propósitos con los cuales ha sido pensado y construido y allí sin lugar a dudas las universidades públicas son un aliado estratégico”, precisó Torres.


Sobre las variedades del grano Caupí, llamado cabecita negra en el lenguaje popular del Caribe, enriquecido con hierro y zinc, dijo Torres que es el resultado de una investigación científica cada vez más pertinente con lo que demanda y necesitan los territorios y que podrá articularse a lo que precisamente demanda el enfoque de seguridad y soberanía alimentaria del Plan Nacional de Desarrollo.


“Una universidad como la nuestra, que tiene toda una tradición y un liderazgo en materia agropecuaria con su facultad de Ciencias Agrícolas, ha venido haciendo trabajos incansables y uno de esos temas es el de las semillas del Caupí, que atacan al hambre oculta”, sostuvo el rector de Unicórdoba.


El autor de este mejoramiento genético e investigador principal del proyecto profesor Hermes Aramendiz Tatis, explica que el trabajo se ha hecho desde el laboratorio de Fito mejoramiento y permitió enriquecer con minerales esenciales para la vida la variedad Caupicor, que recibe ese nombre precisamente en homenaje a la Unicórdoba y sus años de funcionamiento.


El Caupicor 50 contiene 58 miligramos más de hierro y 50 miligramos más de Zinc por kilo, y por otro lado ofrece un rendimiento de hasta 1.500 kilos por hectárea. Entre tanto el Caupicor 55 ofrece contenido en hierro cercano a los 60 miligramos y en zinc cercanos el 40 % por kilo, con un rendimiento de hasta 1.500 kilos por hectárea. Las ventajas comparativas son notables al enfrentarlas con variedades tradicionales.


“En carta enviada al presidente, Gustavo Petro, le sugerimos que considerara en la estructuración de la bienestarina este frijol Caupí, porque, además de ser un elemento propio de la región, se produce en los siete departamentos del Caribe, está enriquecido nutricionalmente y es mucho más económico producirlo aquí en el país, que traer trigo o maíz de otros países, por ejemplo, del Cono Sur, Estados Unidos o Canadá. Así, de esa manera, apoyamos además la agricultura. El Caupicor es una gran ventaja porque tiene mejor nutrición para el consumidor y al mismo tiempo un mayor rendimiento para el agricultor”, explica el científico Unicordoba Aramendiz Tatis.


Recordó el científico que otro de los grandes ingredientes para la bienestarina colombiana podría ser el arroz biofortificado con Zinc, cuya primera variedad con ese valor nutricional obtuvo el país recientemente con participación científica de la Universidad de Córdoba y que se convirtió en la segunda con esa característica para Latinoamérica. Esto se hizo en consorcio con otras entidades que trabajan en pro de la seguridad alimentaria para la nación.

La iniciativa del Caupí mejorado por Unicórdoba ha sido definida en la actual fase así: ‘Proyecto de Investigación en el Manejo Sostenible del Sistema de Frijol Caupí, Para Mejorar la Productividad y Reducir los Problemas de la Inseguridad Alimentaria del departamento de Córdoba y Magdalena’.


“Los resultados de este proyecto tienen influencia para toda la costa Atlántica porque trabajamos en diferentes frentes en el sistema de producción; mejoramiento genético, malezas, fitopatología, entomología, cosecha, épocas de siembra, fertilización, y manejo sostenible del cultivo, para que los agricultores sean mucho más competitivos y se beneficien de un paquete tecnológico más económico, al tiempo que crezcan las áreas de producción y poder exportar”, explica el profesor Aramendiz Tatis.


A su turno el también docente e investigador Claudio Fernández Herrera, vinculado al proyecto a través del componente de entomología, sostiene que el Caupí ha sido un cultivo base en la alimentación tradicional en la costa Caribe y de allí la importancia de evaluar toda la fauna auxiliar que ayuda a mantener las plagas en equilibrio, al tiempo de desarrollar un manejo más amigable con el ambiente.


“Lo importante aquí es que el productor haga un buen manejo del cultivo, si lo que queremos es proteger el fruto para la producción de bienestarina u otro tipo de componentes, es decir que no se afecte en campo para que cuando se vayan a procesar no estén ligeramente contaminados; esa es una estrategia indispensable”, recomendó el profesor Fernández.


SIN FEERTIIZANTES QUÍMICOS


Desde el laboratorio de Fitopatología de Unicórdoba, el también investigador científico de esta alma mater, Juan De Dios Jaraba Navas, explica que el Caupí, a pesar de tener un enemigo en el suelo cordobés, llamado Sclerotiorum, que lo puede atacar durante todo su ciclo de vida, incluso en el estado de producción, se ha encontrado en la investigación que dirige el profesor Aramendiz, un organismo benéfico que lo controla para no usar productos químicos y que se denomina Trichoderma.


“Hemos aislado este último que hemos obtenido en varias parcelas de demostración para probar su capacidad biocontroladora sobre el hongo problema. La idea es obtener cepas con buena capacidad para eso, y producirlas; porque este hongo no sólo ayuda a la planta a defenderse, sino que la ayuda a capturar nutrientes”, explica el profesor Jaraba.


Para el jefe de la Oficina de Investigación de Unicórdoba, Mario Sánchez Rubio, el del frijol Caupí es uno de los proyectos insignes de la institución, porque beneficia e impacta de manera destacada a las comunidades de la región.


“Desde la Vicerrectoría de Investigación y Extensión queremos seguir apoyando este tipo de iniciativas por el gran beneficio que arroja en la sociedad, los resultados del frijol son satisfactorios para el país”, sostuvo el funcionario.


Todo este encomiable proyecto se encamina con el crecimiento poblacional y el suministro de alimentos, generando la necesidad apremiante para el campo o ruralidad cordobesa, territorio del 85% de fertilidad ante el enfoque de investigaciones que identifiquen y evalúen sobre nuevas fuentes nutricionales.


Iniciativa universitaria que presenta soportes sostenibles que permitan el apoyo institucional a través de los Ministerios de Agricultura y Hacienda que, hagan viable el proyecto.

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