Foto: Encerrando el histórico y emblemático Puente “Gustavo Rojas Pinilla”, dentro ángulos diametrales, mostrando el tubo conductor de aguas de “Asbesto”. Una apremiante necesidad de reconstruir su parte en “Patología Constructiva”, dado somero estudio especializado por la Sociedad Cordobesa de Ingenieros, para fines de corregir muchas necesidades apremiantes en sus 63 años 8 meses de operaciones.
Crónica: Hugo Miguel Buelvas Posada: Periodista Ambiental Diplomado.
El puente “Gustavo Rojas Pinilla” ubicado sobre el Río Sinú, cumplirse 63 años y ocho meses de su operatividad estructural, además de ser una “obra patrimonial”, exige grandes recomposiciones con finalidades de prolongar su vida productiva, para la cual, diseños de ingeniería alemana planearon durante gobierno militar progresista único en la historia de Colombia.
Agradados por la reaparición en voz y acción, de la Sociedad Cordobesa de Ingenieros, en su presidente, Emiro Valverde, puesto décadas atrás, del siglo 20, fue el organismo reconocido en la participación de proyectos suntuosos, tanto de Montería y resto del departamento.
“Patología en la Construcción”, es el tema abordado por Valverde, fundamentado en estudio contratado por el INVÍAS, referente con el Puente metálico de la ciudad de Montería, oficializarse a través de la entidad agremiada de ingenieros cordobeses que, entre otras, recomienda destruir las actuales placas de concreto enteradas en los cimientos del citado puente.
A tales 63 años y ocho meses, por fin, tras el paso de 56 alcaldes, 523 concejales, 46 gobernadores, 17 presidentes de estado, 74 congresistas cordobeses y grandes poblaciones humanas, solo la “realidad” viene a saberse ahora en relación a las conflictividades estructurales de tan trascendental obra pública.
MILENIO, en su periodismo ciudadano, ha sido un medio de información “guardián” en cuestionar los errores cometidos últimamente por sendas entidades de velar hacia un eficiente funcionamiento del puente. Razón la cual, satisface detallar al lector y la misma sociedad humana, en virtud del objetivo: “Patología en la Construcción”. Definición no narrada por algunas redes sociales, aún, el mismo Emiro Valverde.
Se define como una “lesión o deterioro sufrido por algún material, elemento o estructura” siendo clasificada en función de su agente causante (nuestra reflexión, conduce a variedades de hechos: el más relevante, aspectos vistos de humedades sobre ambas cabeceras, derecha e izquierda, en sus lados inferiores o de abajo, debido a intensidades de lluvias, como el descuido o abandono de organismos encargados de sus mantenimientos periódicos). Importante referenciar las empresas concesionarias.
Lesiones en el caso especial, pueden calificarse según el criterio estructural en; físicas, mecánicas y químicas. Las primeras, además del estado humedecido, aparecen la suciedad y la erosión (es decir las capas oxidantes en ciertos andenes en estado corroídos. En ese orden, hallamos grandes pedazos, según recorridos detallados por diversos lugares, a manera de grietados, fisuras deformadas, algunos desprendimientos y erosivas causados por esfuerzos tipos mecánicos, con el paso de los años. En lo químico, siendo debido a reacciones de ese tipo sufrido en los materiales constructivos. Pudiendo indicar la perdida de integridad del mismo material. Afectarse la durabilidad de los materiales, merced a descuido de intervención.
Valverde solo precisa las 100 toneladas de cemento y hierro, aparecidas en los dos peatonales, partes derecha e izquierda o norte y sur. Pero sin la inclusión contabilizada de las otras 200 toneladas en cemento y hierro que suele pesar el piso del puente. Eso sin referenciar el paso de vehículos pesados, livianos y de mototaxismo sobre el puente, sin discriminación alguna siquiera.
La humedad de que también es objeto gran parte de las cabeceras del puente; es correlacionada por efectos del escape en goteo estilado por el tubo madre de cemento Asbesto, atravesando la totalidad lineal del puente. Aquí clara responsabilidad de alcaldes y las empresas distribuidoras de agua, hoy en día, la capitalizada en dinero francés, “Veolia”.
El uso del “asbesto” es nocivo para la salud humana y el medio ambiente o el ambiente natural. Ser un material de construcción versátil. Consiste en el peligro de inhalar fibras de asbesto puede producir dificultad para respirar, cáncer de pulmón o mesotelioma. Nada extraña de que por el agua conducida a través del tubo madre de asbesto, corran o arrastren fragmentos de fibras pudiendo colarse al aire y al agua debido la erosión de depósitos naturales así como el mismo desgaste de productos manufacturados de asbesto.
El sistema de acueducto hacia la población de la Comuna Dos, barrios de la Margen Izquierda procedente de la planta de tratamiento Sierra Chiquita, debiera ser suspenderse hace muchos años atrás, inclusive desde que se abastecían los barrios de la hoy Comuna Uno, donde el agua llega vía tubos por sobre el Río Sinú, desde la Subestación barrio Buenavista.
La obra Puente Gustavo Rojas Pinilla, construida y entrada en función el 18 de junio de 1960, su dimensión poblacional, en que, Montería, urbanizada en 1938, con 12.804 habitantes. Habiendo 23.682 en 1951 y alrededor de 36 mil aproximados en 1960, con una proyección de 200 mil en 1990. Hoy, año 2024, poseerse una población humana sobre 530 mil habitantes, con más de mil 600 vehículos automotores y cerca de 40 mil motos circulando, resulta vivirse en un colapso.
Decirse, la población humana hoy en día, en la ciudad urbana capital de Montería en 63 años 8 meses, ha subido o aumentado el 93,21%, aparejada con la extensión territorial. De hecho razonable, urgiéndose la construcción de un tercer puente vehicular sobre el Río Sinú, dejando el metálico, como todo un icono del desarrollo patrimonial para el monteriano. Además de quitar las placas, también el peligroso tuvo de asbesto. O más bien, construirse el propio sistema Acueducto y Alcantarillado para aguas de lluvias: Margen Izquierda.
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