FOTO: La imagen fotográfica tomada del libro “Historia Doble de la Costa”, simula un campesino de la época antigua del Sinú, muy posible con los primeros “despojos de tierra” , tanto por europeos y criollos embrujados en la Conquista.
Comparar la naturaleza del mítico y emblemático “Río Sinú”, una contemporaneidad continental latinoamericana, la fertilidad de los suelos y la aparición de la raza humana; sobre el territorio de la cuenca hidrográfica; de veras, corresponde a “rompe cabezas”, consistente sobre una historia milenaria siendo compleja y difícil llegar a entender, así por así.
Tras el escabroso tiempo, desde el Siglo I de nuestra era, cuando la invención creativa Zenú, construye las primeras terrazas hidráulicas del mundo, pasando por variedad de estudios investigativos de científicos diferentes, criollos, colombianos y extranjeros, aún falta demasiado en acaecer la dimensión del “suelo Sinú”.
A pesar de las “barbaries” cometidas por el colono europeo, venido de España, Francia, Italia y El Líbano, entre ellos algunos “gringos”, además del “verdugo” criollo, por el ahínco de “la Codicia” del suelo y subsuelo; perdura viva la fertilidad. No obstante su geografía ondulada, quebrada y llana, el suelo del Valle sinuano, genera consistencia y profundidad, permitiendo un excelente desarrollo y fijación de las raíces.
“Río Sinú”, soporte natural e histórico de los tiempos, espacio de incalculables hechos, literarios, políticos, culturales, económicos y ambientales; sea apreciado con amor y cariño por escasa población ribera, aún mayor, aquel disfrazado de “político”.
La corta y concisa introducción, en referencia de la temática: “Historia Doble del Sinú”, gran parte literaria del segundo libro en vía de escritura. “Sinú”, vocablo de cuatro letras que, dada su edad milenaria, fuente hídrica consistente de nutrientes aptos para su vegetación en el proceso de absorber y retener el agua, conservada y disponible para la vida de las plantas; la ciencia siga sin interpretar la razón “epistemológica”.
La crónica de hoy, hace alguna referencia de “guerras del Sinú”. Movimientos raizales, en que, aparece el aborigen Zenú- Embera, originario del territorio; comenzado a estallar de la época colonial, percibiéndose con rigurosidad en este siglo 21; mediante las “barbaries” cometidas donde “la Tierra Profanada” ha sido el la columna vertebral de revoluciones violentas.
El despojo de la “Tierra Profanada”, cumple hoy en día 333 años, comenzando desde la llegada de Francisca Baptista de Bohorquez, continuando por otros colonos, también peninsulares, italianos, franceses y sirio libanes. No obstante la herejía española de comienzos de 1.500, por robarse el “oro”. También en los siglos 18 y 19, clericales apoyado por la Corona de Castilla resultan grandes despojadores de las riquezas auríferas y de la tierra del Sinú.
“BURGOS” EN LA HISTORIA “LOS DESPOJOS”
La familia “Burgos” concita de los linajes más importantes y pudientes de la formación poblacional del Valle Sinú, digamos contemporáneo con la era “Baptista”, finales de 1600. “Berástegui- Burgos”, son de la misma genealogía. Las historias así lo confirman.
“Berástegui”, nombre de un pueblo ubicado cerca al “Plan” fronteras con San Carlos, pero jurisdicción de Ciénaga de Oro, aparte de ser “ingenio azucarero”, su historia proceda de “la Zapalera”, territorio geográfico de millares de hectáreas, que sus dueños y amos fueron los Zenú. De “la Zapalera”, se origina la primera y extensa “Hacienda Berástegui”, desde inicio del siglo 18, propiedad de la familia “Berástegui o Burgos”.
El primer “Burgos” del Sinú, corresponde a “Manuel”, hijo del Cura italiano, José María Berástegui y María Josefa Burgos, nativa del linaje social de la Cartagena antigua, quien realizó vida conyugal con el sacerdote, llegando a contabilizar cinco hijos. Manuel, asume el apellido materno dado el estatus social heredado de la ciudad “Burgos” de España. Con ciertas herencias en lo político e ímpetus de poder.
Referirnos ahora a “la Zapalera”, es reversar al año 1734, (dos menos de la fundación “Retiro los Indios y, trece de que aparece fundado el pueblo Cereté). “Tomás Gómez y Barragán”, ciudadano español, de la misma estirpe “Burgos”, fue a él, a quien el entonces Rey de España, “Felipe V”, por medio del Partido o Cabildo Santiago de Tolú, le adjudicó las tierras denominadas “Zapalería de Bagre” . Terrenos dieron origen a la “Hacienda Berástegui”, disfrutados por el ibérico muchas décadas, amparado ante la orden dada por la Corona. Años después, Gómez y Barragán, se desempeña Notario de Santa Cruz de Lorica, casado con Rufina Sánchez, teniendo cuatro hijos.
El trabajo siguiente a través de crónicas periodisticas, publicadas en intervalo de días, gastaría varios meses, en que, el periodismo investigativo e histórico MILENIO, retoma las riendas sobre el despojo de las Tierras del Sinú. Esperarse que la sociedad lectora, entienda su importancia en aportar sus opiniones.
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