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EL PORRO, ¿SUS RAÍCES?

Aguatín Luna Montoya, músico nacido en Chimá, fundador de la banda ganadora del primer festival del porro en San Pelayo. Tantas glorias obtenidas, autor de muchos  temas. Entre ellos; EL ESTANQUILLO, compuesto a su natal pueblo.

 

Murió en el barrio Canta Claro de Montería,  olvidado y  desconocido por sus compañeros a quienes sus últimas palabras, fueron: ”MÚSICOS DE MIERDA”.

 

ANÁLISIS: HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA.

 

A estos tiempos del siglo 21, plena edad contemporánea, no existe evidencia concreta o semejante, respeto la originalidad de cómo se produce la música, digamos a nivel planetario. Aun siquiera, el  son o el ritmo del Porro.


Algunos consideran la música nacional colombiana, hallándose la del extenso Valle Sinú.  Surgida a nivel americano, referente la mezcla colonial, etnias indígenas y negros,  entre otras civilizaciones precolombinas.


A la vuelta de los tiempos, hoy por ejemplo, resultaría descabellada afirmación que,  el  PORRO, nació en Cartagena.  Ante tal asunto, catalogarse así, una brutal y desaforada confesión, rompiendo con toda lógica de orden socio histórica.


Lo de la música, sí. La interpretamos una combinación de sonidos e interpretados por intuición mima del  hombre, hasta inventar formas de bailes, llamados son o ritmo. A donde encontramos la  denominación porro.  Aceptemos lo del porro. Sabiendo además, como tal, es un sincretismo.


El Porro no tiene originalidad, menos codificación de ser de cualquier rol o de categoría poblana territorial. Lo de “Porro Pelayero”, es dicho común.


Lo llamado porro, suele ser un son más  en el arte musical.  “El porro tal”, ya entra a la categorización impuesta por su  autor. Lo más aceptado, por su forma  de  mezcla ancestral, el porro dada  sus connotaciones socio culturales, presenta características  caribeñas.


Lo dialectico, de que el ejecutor de la  tambora, deje abierto al aire ambiental, no estaría indicando una forma palitiada o, tratarse de palitiao. Y tampoco ese invento haya sido exclusivamente de Pelayo.


No  obstante,  que toda  agrupación musical, se forma de una instrumental. Ahora en este siglo, cualquier persona baila el son de porro.


Veamos un absurdo de alguien llamado crítico de la música del porro. Que a partir del siglo 19, empezaron a llegar las bandas de músicos o de viento. Sobre entenderse a nuestra región Caribe.


Expresión burda.  Digamos con mejor fluidez gramatical: la instrumentación. Lo  de banda musical, es otro carácter de modismo, o también la jerga del costumbrismo.


“Las Bandadas de músicos”, grupo de hombres adultos  deambulando sobre los terruñitos de tierras abonadas, destino a la  tarima principal, estilo caravana desfile, el viernes 24 de junio de 1977. Hazañas folkloculturales del primer festival del porro  en la plaza vieja pelayera.


La expresión correcta, es,  “bandadas de ejecutantes de la música popular”. Sea el momento del festival número 48, honrar una serie de gestores de la música pelayense. Entre ellos: hermanos y  primos Paternina, Francisco Espitia Junco, padre e hijos Garcés, Margarita Cantero. Sin olvidar la presente temporada, Campo Elías Galván Cruz, viviente y  vigoroso.


En ese orden cronológico, los primeros festivales entre el amasador barro pelayero. Fungiendo entonces, un autónomo aire al sentimiento de Folkore Ecológico

 
 
 

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