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EL CATATUMBO: LA HISTORIA DEL NO SER

mileniolarevista

HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: PERIODISMO DE LA HISTORIA: MILENIO 2025.g 

La historia del Desafío para la Guerra y la Paz. Sobrepasa este enero del 2025, algo más de medio siglo, en relación con la honda y agrietada crisis conflictiva humanitaria de El Catatumbo, zona o área ubicada en el territorio departamental de Nortesantanderano, sobre las goteras fronterizas entre Colombia y Venezuela.  


Las condiciones geopolíticas que caracterizan la especialidad de la región se atribuyen al pueblo primitivo Barí, el Area Natural Unica, Los Estoraques, el Parque Natural Catatumbo Barí, el campo petrolero de Tibú, el oleoducto Caño Limón Coveñas, cultivos de palma y coca; las arcas estratégicas de minerales para el país y, el desarrollo del permanente conflicto armado.  


Hoy se completan 52 años de tenacidad intensa Guerra, de forma inconcebible por llegarse a conocer algún momento de felicidad, tanto para el habitante urbano y  rural. La codicia por la Tierra, tras ser responsabilidades del perverso y violento nacional colombiano, concibe los mismos signos de la Era Colonialista española.  Una cruel y sangrienta Guerra por la disputa del suelo y el subsuelo abarcado territorialmente sobre el área de amplia riqueza en recursos naturales.  


No podría pasarse por alto el horrible tránsito de presidentes o jefes de estado. Unos muy o demasiado débiles, agachados al poder ilegal de las armas de los violentos, auto llamados Elenos, culpables de atroces destrucciones de tantos recursos naturales brotados del subsuelo catatumbense, siendo el espacio que se encuentra debajo del suelo, siendo de propiedad del Estado.  


Importante identificar la caterva presidencial en estos momentos tan difíciles, como todos los 52 años en que, la zona del Catatumbo ha sido la varita de oro, para alzados en armas incrédulos: Allá en  sus tumbas y los vivientes jefes estatales culpables del barbarismo, suelen señalarse así: Misael Pastrana Borrero, Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay Ayala, Virgilio Barco Vargas, Belisario Betancur Cuartas, Cesar Gaviria Trujillo, Ernesto Samper Pizano, Andrés Pastrana Arango, Alvaro Uribe Vélez (dos periodos), Juan Manuel Santos Calderón (dos periodos) e Iván Duque Márquez.  


Algo raro: ha habido o registrado no solo conflictos entre los grupos insurgentes con el Estado, sino entre comunidades campesinas del Catatumbo con el mismo Estado. De ahí ha habido más desconfianza histórica de las poblaciones campesinas al mismo Estado que no había permitido que entrara (hasta este enero del 2025 a través del presidente Gustavo Petro), porque el Estado en 52 años no había querido entrar de la presencia militar

Así como el Catatumbo, Nariño y el Trapecio amazónico, este último eje de la  guerra del caucho,  desde siglos, han sido unos Estados diferentes en el país. La historia conflictiva del  Catatumbo surge desde la Colonia, lugar en que los primeros asentados fueron españoles que, iniciaron el saqueo de las riquezas naturales del subsuelo. Hechos correspondientes al siglo 19.  


Prácticamente desde su nacimiento, cumplirse este 2025, 65 años del ELN, asomaba sus narices por la Tierra Profanada del Catatumbo. Una guerra de la violencia armada consentida por el Estado, solo en la crisis humanitaria ha ocasionado más de 36 mil desplazamientos forzosos. En economía podría hablarse de billones de pesos. Muy similar a los robos por corrupciones parlamentarias y gubernamentales con  las  EPS  y regalías.  


Empero, el Catatumbo está permanentemente en la mira no solo del Estado sino de grandes inversionistas de nivel nacional e internacional. Doce años cumplidos de la incursión del periodismo MILENIO al corazón del Catatumbo, al parecer, la crisis humanitaria ha aumentado a hoy, cuando la presencia de un Estado Real, emerge acciones rígidas de control militar, logrando desmontar el venenoso aparato de las Drogas y realizando  capturas contra belicosos armados ilegales.  

Ya, hace largos años, por la incesante guerra, las montañas del Catatumbo han permanecido sembradas en lágrimas, el eco del llanto se mantiene sonando a los espacios; la violencia no solo anuló voces importantes, pudiendo ser  un sistema económico y financiero ficticio basado en la ilegalidad, causante de la destrucción de familias nativas para siempre. Así mismo, sobre los ramales de la arboleda en el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí, son escasísimas encontrar el mítico Paujil y el Copete de Piedra, el Hormiguero pico de hacha y la Pava Negra, únicas aves de América sobrevolando los aires catatumbense.  


Hoy, el adulto y el niño, aunque se despierten en mundos vacíos sobre la mesa, el encanto mañanero sería sus estímulos, no escuchar ni ver los helicópteros  volando sobre el cielo  del Catatumbo.  Sin embargo, la sombra oscura continua rondando el territorio, puesto ser el producto del botín más ambicioso disputado por los grupos armados ilegales y el crimen organizado nacional y trasnacional, entre ellos, los carteles aztecas, manteniendo durante estos 52 años convulsionada la región. 


Aguardar las esperanzas  por ver otra sociedad humana, revestida por entusiasmo glorificado,  hacia la rápida conquista por el nuevo Catatumbo de todos y para todos.  

 

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