A continuación publicamos varios poemas del libro "La Loca Sinfonía del Hombre", del poeta Miguel Buelvas Sibaja y referenciados en la nota DENTRO DE LA CAJA HAY OTRO MUNDO, escrita por el poeta Jhon F. Galindo.
MIGUEL BUELVAS SIBAJA, autor del poemario "La loca Sinfonía del Hombre"
POEMAS
Olvidados
“Uno menos, así irán cayendo todos
¡Ojalá los mataran a todos antes de nacer!”.
Personaje Don Carmelo, el ciego,
cuando oye el disparo que mata a El Jaibo.
Película Los olvidados.
Justo ahora,
cuando un olvidador está leyendo,
otro olvidador escribe.
Algunos hasta desearán
que no nazca eso que termina olvidándose,
para que las calles no se llenen de abandonos
que acaban como cosa muerta
en cualquier muladar.
No importa que desde el olvido
lluevan huevos lanzados con odio,
con impotencia,
si nunca dejaremos de ser cámara inmóvil.
Ciegos a la caza de lazarillos necesitados
y a la caza de esa piel que solo es carne indefensa,
no vemos el olvido que somos
desde que pulmoneamos,
venciendo ese deseo de muerte fetal
que algún otro ciego ha gritado para nadie.
Justo ahora,
cuando un olvidador está leyendo,
otro olvidador escribe
sobre aquello que se olvida con premura:
algo sobre él mismo
y sobre el hipócrita lector.
-O-O-O-O-O-O-O-O-
Matarife para un caracol
“No quiero permitir que algunas cosas
sigan siendo reales solo porque yo las perciba”.
Personaje suicida dirigiéndose a Elvira/Erwin.
Película En un año con trece lunas.
No se desaparece nada real
eliminando esa cosa real.
Nada llega a extinguirse completamente.
Una vaca no desaparece
porque un matarife
la degüelle, la desuelle y la deshuese:
luego del sacrificio no se evapora el olor de la muerte.
Una seta no desaparece
porque un caracol
se la coma bocado a bocado:
luego de la ingesta habrá un hermafrodita alucinando.
Todo intento por desaparecer
aquello que es real,
termina por crear algo más perdurable.
Solo el suicida hace el otro camino:
matarife hacia su sacrificio;
caracol devorando su doble sexo.
-O-O-O-O-O-O-O-O-
Cama para el olvido
“(…) ¡Pero eso sí!, y en esto soy irreductible,
no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.”
Versos del poema Espantapájaros 1 de Oliverio Girondo,
recitado en la película El Lado Oscuro del Corazón.
En la búsqueda del amor
todo poeta está llamado al fracaso.
Aunque pueda que el fracaso
sea su oculto propósito
al mantener esa condición irreductible,
difícil de ser cumplida por amantes casuales.
Volar
no es algo que se hace solo con plumas,
parece advertirle Girondo a todo poeta.
Volar
también es gemido
en la ruta de curvas y precipicios
de una montaña rusa.
Por eso Girondo advierte,
acaso para que todo Oliverio
haga de su cama una trampa
donde toda amante se haga olvido luego del sexo.
Y mientras busca ese amor de vuelo imposible,
el poeta arrastra su poesía,
con esa irreverencia de escultura fálica,
como si fuera una cosa útil
para ser vendida o canjeada.
O-O-O-O-O-O-O-O
La loca sinfonía del hombre
“Hay torturadores que aman a Beethoven,
quieren a sus hijos, van a misa; el hombre se permite eso.
A la hora de matar los animales también son más honestos”.
Personaje Ramtés dirigiéndose al psiquiatra Julio.
Película Hombre mirando al sudeste.
Habrá que esperar a ese humano
que llegue silencioso de otra parte
sin ese pasado de estupidez
con el que todos cargamos sin remedio.
Habrá que esperar a ese humano
viniendo del lejano sudeste,
por donde el sol asoma como eterno mañana,
sin ninguna locura registrada.
Nada podemos esperar de nosotros mismos,
rígidos y clásicos espectadores
de novenas sinfonías.
Acostumbrados a dopar suicidas
somos esquivos a cualquier ternura.
Habrá que esperar a ese humano
que sabe que el secreto
para dejar expuesto nuestro manicomio,
es llegar a este mundo
con ese misterio de Dios:
su pura materia extrahumana.
Aunque al final sea torturado y muerto,
como aquel,
sin ninguna clase de honestidad animal.
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