Por: José Hipólito Palomo Zurique
YONI RINCÓN DE LA HOZ, poeta
Territorios contra la soledad es el título del libro de poesía escrito por Yoni Rincón de la Hoz, comunicador social, poeta, declamador y docente en la Universidad de Córdoba; oriundo de Aracataca, Magdalena, pero hijo adoptivo de Montería, la capital de Córdoba. Por ello, es también un digno representante de la poesía cordobesa contemporánea. Este interesante poemario fue publicado por la Editorial Zenú en el año 2017 y, quienes hemos tenido la oportunidad de disfrutar gozosamente su lectura nos hemos encontrado con un lenguaje metafórico de sabor romántico, el cual centra la atención en el sentimiento de soledad que atropella al ser poético, visible en cada uno de los poemas constituyentes del libro, pero al mismo tiempo desenmascara las injusticias sociales que hoy todavía afectan a gran parte de la comunidad cultural que habita el país colombiano, especialmente el territorio que conforma al departamento de Córdoba y a toda la región Caribe colombiana.
Me gustó muchísimo el libro del poeta aracateño, residenciado en la capital cordobesa, porque no idealiza la soledad como motivo temático, no la reduce a un problema exclusivamente individual o personal, sino que, mediante conmovedoras imágenes poéticas, le revela a los lectores un panorama desolador que afecta a las víctimas de esa guerra fratricida que desde los inicios de la era republicana (algo más de 200 años) viene sufriendo el pueblo colombiano, sobre todo el que habita en las zonas rurales. Hay un afán de la voz poética por evocar nostálgicamente los momentos de vida sabrosa que algunas veces, por cortos períodos, han experimentado y disfrutado las familias campesinas asentadas en el territorio cordobés y caribeño, alimentándose amorosamente con un trozo de “ñame humeante” al lado de una enorme “bola de queso”, como la que apreciamos en el siguiente fragmento del poema Piel de humo:
… En los estragos de una guerra ajena
quedó regada la esperanza,
quedó la yuca rompiendo la tierra,
los bodegones de berenjenas,
los puños de arroz colgando en el rancho,
en los alambres del patio, el pescado seco
esperando la vida de otros tiempos,
el ñame humeante al lado de una enorme bola de queso,
esa que fue amasada por las manos de la costumbre…
Bueno, de lo expresado y comentado hasta aquí, podemos concluir que la poesía del poeta de Aracataca está preñada de una fuerza épica y, como tal, el horizonte que persiguen sus poemas construidos con estrofas y versos libres, no es sólo el de denunciar las inequidades e injusticias sociales padecidas por los campesinos de nuestra región y del país entero, sino también la de mostrarnos un lenguaje poético muy sugerente, aunque de manera sutil, que nos invita a desplazarnos territorialmente, a que no esperemos que la muerte llegue por nosotros, que la patria es más grande, y que más temprano que tarde encontraremos la oportunidad de regresar y recuperar lo que con dolor de patria chica y patria grande hemos dejado atrás.
Con el nuevo gobierno que se instaurará el próximo domingo 7 de agosto, esos sueños de vida sabrosa y de paz total, a los que no renunciaremos nunca, parecen asomarse y, como una luz redentora, nos anuncian que el reino de la muerte, la inequidad, la discriminación social, política y cultural está llegando a su final y que, por consiguiente, las premoniciones poéticas de este vate caribeño, se están confirmando con lo que está pasando en nuestro país. Por ello, quienes todavía no han tenido oportunidad de encontrarse con la poesía de Yoni Rincón recogida en su libro Territorios de la soledad, les invito a que busquen su texto y se zambullan en su lectura… Estoy seguro que saldrán recargados con nuevas energías, las cuales les permitirán sonreírle al futuro que ya se nos acerca respirando paz, progreso y justicia social.
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