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JORGE HELÍ: UN TREPA QUE SUBE

mileniolarevista

El eco de la risa carcajeada penetra a los aires encontrados. Allí, donde la sombra le gana a los rayos solares y lunares. En que, los perros ladran agachaditos y por debajo de los escombros.  Donde el silencio esparce su  voluminoso espacio y atraviesa la palabra del Monito. Momentos de regocijo, tanto para JORGE HELÍ GUERRERO TRUJILLO, igualmente, la pajarera trinando invisible.  Sin dudas, es el atardecer de las aventuras de  un economista.

 

HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: CRÓNICA SOCIOCONÓMICA

         REVISTA MILENIO 2025: LA OTRA CARA DEL PERIODISMO

 

Jorge. El curioso de las anécdotas y los chistes brotados de sentimientos acumulados en su cabeza agrandada, barriga estirada,  entremetidas en su cuerpo fornido; ejecuta ademanes con los  dedos  pulgares de ambas manos. Explayando la boca e invitando  a decir cosas raras, en mundos  diferentes de la naturaleza humana y silvestre.

 

Hombre de principios y de causas valorativas,  por acomodarse a distintos ámbitos de la Economía Evolutiva, hacia giros del año 2050 y algo más allá.  El reportero sentado  muy lateral al cuerpo de Guerrero metido en una hamaca. Empieza a mover unas bolitas secas de color café con leche. Preguntarle al  exrector de la Universidad de Córdoba, de qué trataba eso.

 

Jorge Helí, rascaba la garganta, entre risitas afligidas, dice: ¡Ah, esa vaina, sí, las bolitas!...Si supieras que es.

 

“Son calabacitos, pero no los alumbradores.  Prácticos en fabricar collares en artesanías.  Hace rato, no recuerdo  cuando fue. En un viaje  a Valencia (Alto Sinú), vimos estas cositas en  casa de Porfiria, una mujer adulta y habladora.  Diciéndonos, son totumitos. ¡Caramba, eche…que vaina!,  soltó la risita el Mono. Pregunto a Porferia, cuál era el proceso productivo de la  matica. Ella, le contestó: el arbolito cuesta tantos miles de pesos, páguelos y al cabo de unos meses regrese por el palito”.

 

¨¡Te bebe un tinto”!...insistió el monito. Si claro.  Lapso en palabreríos. En que,  Jorge  Helí, aprovecha el instante en afirmar;  la mujer contó confeccionar collares apropiados a la industrialización artesanal.

 

Todo el contexto descrito, entre el habla y la sabiduría económica de Jorge Helí Guerrero Trujillo, encaja una perspectiva empresarial, moldeada a demás especies naturales del gran y extenso Valle de la Cuenca Hidrográfica del Río Sinú.  Entonces, vale entenderse el pensamiento fresco y fluyente de tal meritorio economista en  procura de coadyuvar en proyecciones encaminadas a los años 2026. 2030, procurando sostener el país nuevo en la Ruta del Estado Real.


De pronto, salta el Monito de la  hamaca, señalando el patio con un dedo de la mano izquierda.  Invitándonos al patio del misterio. Salimos entre pasos, por pedreras, huecos y mojaditas.  Tropezando los ramales extendidos de unos cuantos arbolitos crecidos del llamado Totumo pequeño.

 

El versado en Economía, lector asiduo de millares de libros, hasta muchos tirados  algarete por los pisos; entre uno, escrito a  borrador por Darío Alfaro. Herda,  todo un  mamotreto…Vestido de hogareño campestre, olvidado de  los  pasajes  de Elías Bechara; sin darnos cuenta agarra y sostiene  una  ramita del arbolito,  muestra totumitos y arranca unos cuantos.

 

Lo tratado por  Monito Guerrero, es un cuento de la cruda realidad de las caracteristicas del suelo fértil del Valle  del Sinú.  Pese el deterioro medioambiental, por  españoles y los francés en el Sinú, sigue dando mucho que hacer apto para una auténtica Reforma Agraria. Que aparejada a un Río Sinú declarado Sujeto de Derechos, crece el cordón turístico industrializado  del Departamento  de Córdoba.

 

 

                           

 
 
 

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