Recordar, durante la revolución de la Independencia, la élite criolla promovió una estrategia de movilización de las diversas fuerzas: “indias y esclavas” en favor del movimiento revolucionario. España fue representada como una madrasta que trataba a sus hijos americanos, unos entenados y especies hijos de segunda clase. América fue percibida como Madre Tierra, representada en figura de joven indígena engalanada de plumas. El territorio donde se colocaba la capital de la Nueva República fue nombrado con el vocablo “Indígena”.
Prácticamente 214 años de intensas luchas y batallas, por conquistarse un pedazo de tierra donde trabajar y vivir dignamente, las familias campesinas colombianas. El sistema progresista Petro, encamina la anunciada Reforma Agraria Integral por la Paz, a través de las masas campesinas, promoviendo estrategias novedosas, contextualizadas en el siguiente criterio nacionalista:
Con el objetivo de promover un país sostenible y con mayor justicia social en los territorios, el Gobierno nacional, en cabeza del presidente Gustavo Petro Urrego, lideró el Congreso del Sistema Nacional de Reforma Agraria (SINRADR). En este espacio se reunieron 40 instituciones públicas para dialogar, evaluar y establecer una planificación rural para comenzar este mismo añoel 2024, con base en las acciones estratégicas ejecutadas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y sus entidades adscritas, tales ( Unidad de Restitución de Tierras- URT- Agencia de Desarrollo Rural- ADR- y Agencia Nacional de Tierras- ANT-).
Debe recordarse que el SINRADR es un sistema instituido por la ley 160 de 1994, pero solo hasta el año pasado, y gracias al Plan Nacional de Desarrollo, comenzó a sesionar para articularse con las necesidades de la realidad nacional. De ese modo, la reforma agraria que impulsa el Gobierno nacional garantizará una redistribución justa de la tierra, asegurará su tenencia para campesinos y pequeños productores, y promoverá el desarrollo rural integral mediante el incentivo y la formación de vocación productiva en el campo.
La reactivación del sistema de reforma agraria supone una estrategia para empoderar a comunidades rurales, mejorar su calidad de vida y reducir la pobreza. Con esto, se fomenta la paz y la estabilidad social mediante la acción institucional conjunta.
Al orientar 40 instituciones hacia un mismo fin, se posibilita un uso de la tierra como recurso productivo. En palabras del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego: “Un modelo de producción significa riqueza, trabajo, estabilidad y paz. Por eso, tenemos que profundizar que la tierra sea un instrumento de producción. La política pública de la tenencia de la tierra hoy muestra éxito, pero debemos avanzar. Se trata de hacer una reforma agraria relacionada con la tenencia de la tierra fértil”.
Por otro lado, durante la apertura del congreso Luis Alberto Higuera Malaver, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural, explicó que el Gobierno ha transformado las políticas de desarrollo rural para empoderar al campesinado y encaminar al país hacia la soberanía alimentaria: “En otros gobiernos, esta agencia promovió el monocultivo, la gran agroindustria. Este es el momento de los otros, de los 12 millones de campesinas y campesinos desprotegidos. A ellos llegamos con proyectos que sí transforman el territorio y superan el asistencialismo. En este sentido, nuestro proyecto es profundamente político”.
Con base en lo anterior, Higuera ilustró cómo en su gestión se ha cumplido la voluntad del gobierno mediante un sustancial incremento presupuestal: “En la presente administración de la Agencia de Desarrollo Rural, que lleva diez meses, se han ejecutado 800.000 millones de pesos hasta el 16 de mayo de 2024, es decir, 80.000 millones mensuales y casi 3.000 millones diarios. Demostrando así nuestro compromiso con el ejercicio misional”.
Durante el congreso, se firmó el acto administrativo que crea el programa “Confianza Colombia”, un respaldo para las organizaciones campesinas basado en la asociatividad como fuerza organizativa en pro del bien común. A su vez, se propuso un plan de acción integral que permitirá materializar las apuestas estratégicas del SINRADR en todas las regiones del país. Las acciones incluyen identificar zonas de intervención para asegurar un impacto significativo en el desarrollo rural y plantear soluciones a los obstáculos de coordinación durante la implementación de la reforma.
La ministra de agricultura, Jhenifer Mojica Flórez, destacó el trabajo del gobierno para lograr una reforma agraria que promueve la equidad social, el desarrollo económico sostenible y la seguridad alimentaria: “No estamos frente a una reforma agraria cualquiera; esta es la reforma de la paz. Por eso, este Gobierno ha logrado duplicar la compra, adquisición y entrega de tierras”.
Finalmente, el Congreso del Sistema Nacional de Reforma Agraria, celebrado justo después de conocer el crecimiento del 9,3% por parte de la agricultura en el país, significa un avance sustancial en la consolidación de un marco de acción coordinada y efectiva que promueva el desarrollo económico y social para el país desde los territorios. El Ministerio de Agricultura y su Agencia de Desarrollo Rural reafirman su compromiso con la implementación de estas estrategias y con la creación de las condiciones para seguir dignificando a quienes trabajan la tierra.
CÓRDOBA: PARCELADO EN ‘HACIENDA’
Nuestro Departamento de Córdoba, próximo a cumplir 72 años de creado, su mítico Valle del Sinú, durante la época colonial, alrededor de seis siglos, se mantiene dentro de los focos de instauración de la economía de hacienda en Colombia; en efecto, desde el siglo XVIII en esta zona se comenzó a consolidar un modelo de tenencia de la tierra basado en el latifundio. Entre finales de ese siglo y principios del XIX, los pequeños campesinos convivieron con los grandes hacendados sin mayores tensiones, debido al estilo de pastoreo y producción ganadera que consistía en la trashumancia a lo largo de amplios terrenos inundables sin propiedad privada.
Imágenes recogen la álgida problemática agraria vivida en el territorio departamental de Córdoba. Las fuerzas campesinas protestando desde las calles urbanas de Montería, incluso, a finales del gobierno Duque.
Sin embargo, ya entrado el siglo XX, con el uso del alambre de púas y la implementación por parte de los terratenientes de técnicas de producción, terraplenes, con derecho a la tierra y al territorio, camellones, desecamiento de ciénagas, entre otros, que buscaban acaparar cada vez más extensiones de tierra, se continuó extendiendo la frontera agrícola y los conflictos por la tierra comenzaron a profundizarse de forma cada vez más dramática.
Este 2024, la lucha agraria en el territorio departamental de Córdoba, llega a sus 103 años, pasando todo el tiempo republicano masacrando y despojando miles de familias rurales, apoderándose de la “Madre Tierra”, en que, el sistema notarial ha sido su mayor aliado a favor de los terratenientes.
En el Departamento de Córdoba, 2 millones 499 mil 858 hectáreas, de forma cruel, el 71% de las tierras pertenece a los suelos agropecuarios, equivalentes 1’775.200 hectáreas, pero teniendo en cuenta la cantidad entregada por el gobierno Gustavo Petro.
Empero, el territorio departamental cordobés, registra un potencial de 1’200.000 mil hectáreas aptas para la agricultura. Considerándose sus suelos fértiles sobre el 85% de los Dos millones 499 mil 858 hectáreas.
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