HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: Periodismo Ambiental Diplomado: MILENIO LA OTRA CARA DEL 2025
El área de la Tierra, apenas unos pocos días, estuvo alrededor de 2,65 grados Fahrenheit (1,47 grados Celsius) más cálida que de promedios del siglo 19 (1850- 1900). Fahrenheit y Celsius, detallemos algo. El primero (Escala termométrica) en que los 32 grados centígrados corresponden a la temperatura en función de ebullición del hielo y los 212 más, a la de ebullición del agua, en que, el termómetro con escala centígrada marca 40 grados. Mientras que el segundo, representa una unidad medida de la temperatura coincidiendo el punto de fusión del agua a presión del nivel del mar con su cero (O grados Celsius) y su punto de ebullición con el valor de 100 grados Celsius.
En este mismo estado recibió Donald Trump, su segunda posesión presidencial de los Estados Unidos. Argumentando en discurso atravesado a las realidades globales del calentamiento de la Tierra; romper relaciones del Acuerdo de Paris, firmado en la COP21, van a cumplirse 10 años el 12 de diciembre de este 2025.
No nos olvidemos, las Partes de la CMNUCC para esa fecha alcanzaron un acuerdo histórico especialmente para combatir o contrarrestar el temible cambio del clima universal, así mismo, acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias hacia un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono (ese caso, se registró en Santiago de Cali, dentro de la COP16).
Grato recordar, a la cumbre mundial de Paris 2015, el pais de USA, estuvo representado por el presidente Barack Obama. De color negro, tibiado a la masa menos protegida social y económicamente del territorio estadounidense. Entendemos que por Colombia fue Juan Manuel Santos Calderón (premio nobel de paz amañado.
¿Será que ese tan benévolo Acuerdo de Paris, sacude la sensibilidad racial Trump, por las razones de potenciales económicos, políticos, culturales y territorios o por solo mostrar su idolatría apátrida?
Obvio, Estados Unidos suele ser la nación mayor dominante del mundo en asuntos económicos y militares, donde los renglones del saber son estrechamente bajos, tras su influencia cultural, pero solo para exhibir películas de pistoleros. Un PIB, alcanzado hace poco los 20,5 billones de dólares. Su matriz militar exagerada con el 36,6% a nivel del globo terrenal.
La otra cachetada Trump a los humanos menos favorecidos de la Tierra, se perfila en su anuncio por retirarse del Acuerdo de Paris. Muchas implicaciones, no tanto para con el nativo e inmigrante latino y caribeño. Sino, caso aparte, aumentar la vulnerabilidad de la pobreza y de la miseria del 46,67% de pobladores del continente, sobre todo, los sitios costeros o costaneros, en que, la concentración de negros es regularmente estimada.
Este mismo Donald Trump, sabedor de millonadas de dosis de una fabricada por los laboratorios del capitalismo gringo, mucho antes de salir a la luz pública un nuevo virus. El orden igual por recordar entonces, el origen de la Peste Negra, o la Peste Bubónica, una enfermedad contagiosa que ha sido detectada en el país norteño americano en los últimos años. Fue la bacteria causante conocida como Yersinia Peste, transmitida por pulgas. Siendo primera a la que nos concierna hace menos del año.
La prendida del fuego climático de largos alcances espaciales, de parte Trump, es irse a un choque económico medioambiental, con el Reino Unido, segundo pais del mundo en potencias. Allá al otro extremo oceánico, el PIB acaba de subir un 3%. Un país desarrollado que cuenta con una influencia económica, política y cultural alcanzando niveles internacionales.
Rishi Sunak, ha continuado en su mandato con la política descarbonizada. Lo contrario del bárbaro Trump. Cuanta novedad saludable a la sostenibilidad del ambiente, para más de 66 millones de habitantes, el cierre de la última planta de carbón en Reino Unido marcó un hito histórico al cerrar también su última central eléctrica de carbón, poniendo fin a más de 140 años de dependencia de este combustible fósil.
¡Cosas!, este gran episodio no es solo un capítulo más en la historia energética del país, sino un símbolo del cambio global hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Dado así, la historia del carbón en Reino Unido está íntimamente ligada a su papel en la Revolución Industrial, cuando las fábricas y trenes a vapor transformaron progresivamente al país en una potencia mundial. No obstante, dicha fuente de energía, que en su momento fue sinónimo de progreso, ha demostrado ser altamente dañina para el medio ambiente.
Igualmente, el cierre de la última central de carbón no solo representa un avance en la lucha contra el cambio climático, sino que abre un debate esencial sobre el futuro de la energía a nivel global.
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