VALENCIA: EL ESCUPIDO DE COLONOS CRIOLLOS
- mileniolarevista
- 25 ene 2024
- 3 Min. de lectura
Foto: La presente imagen panorámica del centro del pueblo Valencia; de acuerdo las vistas, podría tratarse de modos modernos, sin ver con el cambio estructural poblano.
Una casa de bahareque, introducida en el ambiente de moldes de concretos, pero generando otra especie climática tropical.
1ª Crónica: Hugo Miguel Buelvas Posada: Director MILENIO
-HISTORIA DE LOS PUEBLOS: LA RECOMPOSICIÓN DEL PASADO-
Dispendiosa tarea, es para un reportero de prensa, determinar el abordaje de cualquier medio de comunicación, digamos un carro, movilizarse a rumbos distintos del espacio físico geográfico de cualquier punto y pisar determinado universo.
Llegar de paso a un sitio, sea cual fuere, sin hasta internarse dentro de su contexto sociológico, resulta no poder identificar sus modos socioculturales. Tras venir de percibir roles de lugares intercontinentales; conocer mucho de sus actividades; hemos decidido emprender una ruta más afianzada por los inumerables pueblos costeros o ribereños de la Cuenca Hidrográfica del Valle del Sinú, como primer ensayo en procura de certificar sus originalidades. Buscando siempre, descubrir nuestro criterio histórico, sin interesarnos en los narradores de otras literaturas.
Nos llama la atención “Valencia”, una aglomeración de seres humanos regados y estacionados sobre diversidades de objetos: casas de palmas, de materiales en concretos, viviendo reposados y afanados por muchas cosas, entre otras, hacinamientos hogareños, escasez de servicios: agua tratada y alcantarillado, educación eficaz general, para vidas dignas.
De antigüedades de pueblitos surgidos sobre el paradisiaco Valle del Sinú, no es preciso afirmar, “este o aquel”, saberse que la extensa mayoría de la geografía departamental, procede de la Era Prehispánica. Que anotar cifras de siglos es correrse altos riesgos sociohistóricos.
Valencia, catalogada en la categorización municipalidad territorial, concita infinidades de embrujos costumbristas, muy a pesar de trabajos acertados de su “Memoria Histórica”, hoy guía fundamentada permitida en escribir su pasado; nadie por ende, pudiese atrever describir las realidades sociológicas. Mucho menos hacer invenciones.
¿Quiénes dijeron y por qué, pueblito más antiguo surgido del Sinú Alto o tratarse de un asentamiento humano casi en la clandestinidad. Profundo y refundido entre espesas y selvas vírgenes, siendo lugares aptos de lagunas, en que, hombres y mujeres al internarse construyeron las supuestas primeras casuchas huyendo del asedio de efectos de la guerra, del maltrato también de la horrible explotación inhumana de los “Franceses del Sinú”. Algunos testimonios retomados de las “Memorias Históricas”, que en este nuevo invento periodístico nos formaliza alimentar la redacción, siglos después.
Prácticamente dos siglos de que llegaron los primeros franceses al conflictivo sirio Sinú, mitad de 1819. Perteneciente a otras civilizaciones, tras ser hallado seres humanos libres en su accionar. Odisea que el nativo de los Zenú, suele vivir, alrededor de tres siglos después de los crueles colonos ibéricos sobre los pueblos cenagosos de San Emigdio de Chimá y San Juan de la Palma (Purísima).
“Pisa Bonito”, pudiendo llamarse por la firmeza del barro duro, pueblito coloquial que desaparece del panorama, así por así, yéndose por acciones del hombre europeo, al desbaratar su historia y dejar tristezas de formas repentinas y misteriosas, tan caóticas por sus enlaces sociales.
La nueva llegada al sitio Valencia, tras muchos años alejados, después del asedio paramilitar de los Castaño Gil y la gama de corrupciones, en este enero de clima insoportable; henos encontrado otras caras, algunas edificaciones modernizadas, aunque, peores en la escasez de agua por sistemas de redes o tuberías de acueducto; bastante lejos, lo de alcantarillado sanitario.
Hoy Valencia municipio del suroeste departamental, impregna otros roles sociales. Ejemplo, no se asemeja al de los años 1.980, en que, zumbaban las cosechas de arroces, papayas gigantescas y sus costas ribereñas intactas; sin semejarse un centímetro erosivo de la inmensa cuenca hidráulica.
Indicios de historias orales, contadas por algunos “santacorrales”, de generaciones cíclicas antiguas, sin tener en cuenta descubridor español siquiera, el entonces pueblito de “pisadas bonitas”, pudo formarse en asentamientos libres, en el año 1878. Claro está, algunas otras razones hipotéticas conceptúan de manera adversa.
Igual, por tales territorios surge el novelesco cuento de la “Pesadilla del Boche”. Relatos tras el paso de 65 años difundidos en la radionovela, transmitida por la Voz del Sinú de Todelar, narraciones escritas por Jorge Valencia Molina, extinto profesor y escritor; hemos descubiertos otras piezas literarias de periodistas cereteanos, mostrando nuevas razones.
En esta vez nueva, el retorno por días al pueblo de Valencia, reposado en descansos, dentro de la tradicional hamaca hecha de cepa e plátano y las frescas camas de lona. Andando ciertas calles montados en bicicletas, consumiendo café tinto colado en bolsas de trapos. Ah, feliz, beber agua sacada de tinajas descolonizadas, sujetadas por tres horquetas del tradicional “Matarratón”.
Más adelante, sabrán el por qué, “el escupido de colonos criollos”. (Crónicas subsiguientes).
Comentários