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71 AÑOS: CÓRDOBA, UN PABILO APAGADO


Lamentable: este niño caminando al lado de su fiel compañero, sobre trochas demarcadas en la geogradfía departamental.


ANÁLISIS SOCIOLÓGICO MILENIO 2023


Nuestra lógica al rayar otro aniversario de creación departamental, conlleva surtir de palabras, frases y oraciones gramaticales, algunos otros pensamientos extraídos de propios hilos sensibles del quehacer diario, espacio y tiempo, llegar a entender completamente un “algo” de la historia. Sin dudar instantes, con autonomía de hechos reales: “un periódico es un documento que presenta en orden cronológico o temático sobre hechos históricos”.

Motivos obvios, para comprender el peso de la importancia de “un periódico”, como esencia del surgimiento de la prensa a nivel orbital, medio de comunicación, pese su baja cobertura dado efectos globales atomizados, jamás podríamos olvidar quienes nos iniciamos lidiando diversos procesos de impresiones de moldes, encontrarnos en la era tecnológica con diseños modernos.

Interesante así, regresar al siglo 19 de la España atrás, en que, la tolerancia interpretada por Jaime Balmes, su tradicionalismo filosófico, sociológico, antropológico, político y pensante, lo cundía en la creencia de que: “los periódicos son la fuente de la historia”. No obstante ser Balmes de pensamiento conservador, sus tesis bien encaja en la realidad de vida del periodismo, para matizar hoy, 170 años, aunque, para Engels, “la historia es invento del hombre”, compartimos valedera la teoría balmista. Narrando en desarrollo, la “historia real del Departamento de Córdoba surge de los periódicos del Sinú”.

No obstante, detallar, El periodismo, profesión u oficio surgido entre los siglos 17 y 18, en diversos lugares europeos, luego del invento con las “Actas Diurnas” romanas; estas que eran estampadas sobre las paredes callejeras públicas y leidas por las gentes, podemos considerar además de medio de comunicación; también fuentes para el sustento de los poderes capitalistas y políticos en toda la historia universal.

Registrando contemporaneidad en 1718 del siglo 18 con la hoy República de Colombia, a través de las hojas sueltas “Aviso del Terremoto” y “La Gaceta de Santafé (Bogotá). Tiempos aquellos en que, la humanidad ya comenzaba a leer cosas de hechos noticiosos.

Tal espacio de tiempo, presenta otras realidades en fechas de los siglos 19 y 20, tanto en Europa y norte América, donde aparece el territorio colombiano, desde Bogotá y el Caribe, hallarse el Valle del Sinú, dentro de la Edad de Oro del periodismo. Correspondiente a los años 1870 y 1914, solo el tiempo de 44 años.

Edad de Oro del periodismo, caracterizada en un proceso de cuatro décadas y media, mostrando cambio social, económico y político en donde se generó la industrialización de la comunicación. Para muchas personas, hoy por ejemplo, en que la prensa ha perdido sus roles éticos, se preguntarán, ¿qué ha pasado con el tal cambio social? Interesante por la evidencia 109 años a la fecha del siglo 21. Por merecerse profundidades de análisis en todo sentido de la palabra.

Ubicarnos un momento en el Valle del Sinú: la historia de su periodismo tras surtir distintos efectos sociales, como enriquecimiento de la lectura, conocimiento, producción económica, literaria y cultural, se desboca en la actualidad por la serie de situaciones adversas desde sus pueblos de origen hasta toda la geografía del ahora Departamento de Córdoba.

“El Vocero” surge como el primer medio de prensa, escrito en tipos móviles de la inicial imprenta, montada sobre una esquina de casa de palma del pueblo Chimá, año 1895, siendo Teófilo López su precursor. Las hojas de papel en tipos móviles: “El Vocero” sale a la palestra en los comienzos de 1896. El primer aporte al periodismo del Sinú y las sabanas, junto a la imprenta.


Similitudes de pueblos aislados por las armas

Tocar los tiempos de la prensa del Sinú, tiene diversos significados al cumplir 71 años de creado el Departamento de Córdoba, este próximo 18 de junio 2023. Entre finales del siglo 19 y el 1914 del siglo 20; como ejemplos, aparecieron los periódicos: El Vocero de Chimá, “Albor”, “El Torpedo”, “El Rayo”, “Ensayo” de Cereté, “Esfuerzo” y “Erial” de Mateo Gómez, “Fiat Lux” de Montería, entre algunos de esa era dorada. Todos merecedores de grandes reconocimientos públicos.

Pero, importante destacar a los 71 años, sobre el poder y movimiento “Separatista” gestado desde 1950, por periódicos tanto del Sinú y las Sabanas, incluidos los de, Sincelejo y Magangué, pregonando el Departamento “Entre Ríos” (compuesto por las provincias de Magangué, Chinú, Corozal, Sincelejo y Sinú). Fue entonces, la fuerza y dinámica civilista de periodistas que por medio de sus editoriales, comenzaron la gran gesta libertaria.

Ellos fueron: “Lirio Rojo” y “Albores Literarios” de Sahagún. “Sinú” de Ciénaga de Oro, “Ensayo” y “El Rayo” de Cereté, “Esfuerzo” de Mateo Gómez¸ “Labor” de San Carlos y “Estudio” de Lorica. El aporte de tales periódicos, marcaron la ruta de una soberanía territorial, años después de intensa actividad de la pluma, la palabra y las voces, protagonizada por periodistas idóneos; se encarama el aparato y espectro partidista liberal y conservador, guiado por “Burgos o Berástegui” y “De la Espriella” en organizar con otros matices el hoy Departamento de Córdoba.

Cobra trascendencia hoy en día, la vocación de espíritu altruista de los entonces directores de periódicos del Sinú de la edad Dorada. En que, sus lógicas separatista del colonializado antiguo Bolívar, eran por la vía civilizada y no clientelista. Sabiendo todas las marimoñas dadas por los Burgos y De la Espriella, para adueñarse política y territorialmente del trozo geográfico, el que de manera sincera debió ser bautizado DEPARTAMENTO DEL SINÚ. Extraordinario tema que, por carecer de una “Academia de la Historia” regional, no sea tenido este 18 de junio el acto de conversatorio a fin de desmenuzar muchos aspectos en ir aclarando situaciones oscuras.

Al tocar la trascendencia del Periodismo del Sinú y las Sabanas, también resulta valedero analizar por el momento: lo novelesco de “periodismo empírico”, frente a lo llamado “periodismo profesional”. Para nada podríamos aceptar especies de desigualdades en sentidos figurados. Aquí en la tierra departamental, viene ocurriendo modos en que se muestran diferencias entre los dos bandos: hasta llegarse a calificar a los empíricos de no contar con objetividad, como insinuarse algo de una mala praxis y opiniones repletas de comentarios desacertados sin fundamentos que pudieran evidenciar la falta de ética. Cuando lo cierto: “Periodismo es uno solo”.

Interesante por demás, llegar a concretarse discusiones de fondos, cuando algunos “periodistas profesionales”, entendemos desconocer el historial de la palabra “PERIODISMO”. Fijarse y confirmar, quiénes fueron y son los que durante largos siglos escribieron y escriben en los grandes medios de prensa del universo. Claros ejemplos, los 90 periódicos circulantes del Sinú y las Sabanas (1895- 1985).

En el mundo de la comunicación, las razones nos dicen que, el periodismo está lleno de opiniones, argumentos y cuestionamientos, como: ¿Existe la objetividad en los tiempos actuales? ¿Quiénes deben ejercer el periodismo? ‘Hay una diferencia entre el periodismo empírico y el periodismo profesional?

Retomando la “era dorada”, y dejando atrás muchos siglos de historias. Por ende los periodistas del Sinú, tiempos antes, no pisaron una escuela o universidad de periodismo, sí claro: primero no existían y segundo: la gran mayoría de ellos eran profesionales en otras áreas del saber. No siendo justo entonces, hoy en día, competirse en un contexto laboral, donde la exigencia de una profesión no es una prioridad, por el contrario, existen áreas especializadas en medios donde no exigen una formación profesional.



El 72,58% del habitante rural, toda una vida, consumiendo agua de pozos

Sobre esos basamentos, lógico que desde el seno del gobierno nacional, salga ya la propuesta de una reforma a la prensa de manera generalizada. Sabiendo la honda crisis existente del sector, dado que Colombia carece de una Legislación de Prensa, donde cualquier ciudadano o persona, puede ejercer el periodismo. Creemos saberlo el presidente Petro, a quien le ha faltado carácter y rigor de revolver dicho trabajo.

Surgiendo el motor investigativo que, permita analizar nuestro ambiente periodístico. Considerando hace años desde un congreso nacional convocado por la extinta Asociación Colombiana de Periodistas ACP, en la ciudad de Neiva: propuesta aun bailando en el aire: “Periodismo es el poder frente al poder”.

Hoy también, nos inquieta el terrible calentamiento climático, llegar a escribir de nuevo, al conmemorarse por las Naciones Unidas, cinco de junio, día del “Medio Ambiente”. Que dicho sea de paso, debiera estimularse “Ambiente por la Vida”. Dado que todos los humanos somos parte del medio en que nos ubicamos sobre la tierra.

A nivel de ambiente, nuestro territorio cordobés, registra honda crisis de la materia. Problemática que podríamos asegurar sobre el 93,7% de fenomenología natural. Por encerrarse diversas adversidades. Reciente caso, las nuevas y repetidas fallas geológicas con el agrietamiento de la tierra en jurisdicción municipal de Puerto Escondido. Desaciertos sobre el 65,65 de la gran mayoría de sus 54 gobernadores, centenares de alcaldes, concejales, diputados, 80 congresistas (con los actuales descasados bárbaramente), además de los 17 presidentes de estado. Qué decir, de un farsante ministro del ambiente local.

Verse la total degradación de nuestra madre naturaleza, en donde desde todos los niveles, el periodismo ambiental MILENIO ha venido denunciando, en su trayectoria de 18 años continuos. Córdoba con sus importantes cuencas hidrográficas, pero sufriendo las peores consecuencias de problemáticas medioambientales. Con una mayúscula escasez de agua tratada, que a nivel departamental su cobertura es solo del 27,15%, en asuntos de acueductos urbanos, lo rural más bien borrado. Peor, el sistema de alcantarillado sanitario, en las 30 cabeceras con la capital, un “embudo” lo delgado para las comunidades sobre el pírrico “14,67%” y lo rural horroroso mostrando apenas el 2%.

Las cuatro últimas gobernaciones, total desastres, al desaparecer cualquier realidad en materia de acueducto y alcantarillado. Realidades vistas en tan solo dos proyectos: acueductos sectoriales: “Costero y San Jorge”. Claros hechos corruptos, a través de la Unidad Departamental de Agua, Todas las subregiones: costera, ciénaga Grande Bajo Sinú, las Sabanas, San Jorge, Sinú medio y alto, un solo caos. Con el gobernador 54 desfasado en su totalidad, sin haber cumplido, siquiera con el mínimo del Plan Departamental de Desarrollo.


Horror, en 71 años, solamente en el territorio departamental, aparezca rociado de cemento el 1,72%, correspondientes a las vías terciarias. Llegarse a entender por lógicas, los “gobiernos muertos” de sus alcaldes, en últimas, los 30 actuales.

Claras evidencias de la ruralidad atascada del 98% de vías terciarias

En este espacio, se salva la educación superior (pública y privada en un 43,6%). La media o secundaria, primaria y preescolar, rayando un 27,6% de su nivel académico. La salud, robos continuos de sus presupuestos. Aparejada por serie de carteles.

Ganando las empresas multinacionales de la energía eléctrica y del agua, ambas privatizadoras. En Montería, alcalde, secretarios, concejales y ediles, una “pila de chanchulleros”. Cuando Montería y el departamento mínimo requieren de 200 proyectos para el desarrollo en todos sus frentes.

Pobreza absoluta y generalizada departamental sobre el 87,8%. El grado de inseguridad alimentaria sobre el 72,56%. Claro está: el ciudadano elector cordobés de nuestros tiempos, resulta ser una alcahueta. Elige a ciegas. Aunque es culpabilidad del mismo desprestigio del ser humano entrometido en los asuntos partidistas.

Disculpas presentamos a los innumerables lectores dentro y fuera del pais, publicar hechos fotográficos distintos a “suntuosidades” amalgamadas de secuelas o reflejos de cimarronismo, al parecer vigente desde la colonia española. En que, el votante sigue atado al amo, caminando como corderito. Siendo entonces, claras secuencias de esclavismo, vistas y practicadas con mayor ahínco en estas tierras llamadas Departamento de Córdoba. Las fotos aquí aparecidas muestran el “ocaso” de un territorio, una población humana y un costumbrismo decadente en una historia de 71 años.


Esta imagen recoge una gran historia de los saberes: hoy convertida en

garaje vehicular, edificación ubicada sobre la calle 27 con carreras siete y ocho, pleno centro de la ciudad capital. Lugar sagrado por haber funcionado sus primeros años hasta el mes de febrero de 1963, la otrora Escuela Superior Normal de Varones “Guillermo Valencia”. Posteriormente por varias décadas sede de la Casa de la Cultura de Montería, entidad desbaratada debido los actos corruptos de sus últimos directivos, hasta llegar a subalquilar muchos locales del primer y segundo piso, ambos destruidos, así como el mismo conocimiento, las artes de acuerdo a la misma literatura. Hasta la fecha, no llegarse a saber resultados de litigios entre el municipio, el departamento y la misma entidad cultural, dado un embargo en virtud de deudas acumuladas de miembros de la entidad pública.

Incomprensible llegar por entender, sobre todo, la sociedad humana cordobesa, ante la escasa participación en controvertir, debatir y discutir sobre las situaciones públicas de especial interés colectivo. Sobre todo, en este siglo 21, en que, la masa juvenil suele arraigarse de protestar desde las orillas universitarias.

Toda esa complejidad nos lleva a diagnosticar poco hincapié de participar en debates, pudiendo ser factores del sistema educativo ávido de saltar a otros cambios de modelos. En ello, influye de forma directa la mala utilización de la prensa o medios de comunicaciones locales. Donde desde sus mismas facultades universitarias, al parecer, el programa de “Derecho Público” no estaría inscrito en el pensum académico, dado aplicarse enseñanzas diseñadas en las “Ciencias de Comunicación” y no, del auténtico periodismo.

Entre tanto, el profesional que solo decide irse a algunas discusiones, pero internas o privadas, solo subraya el 6,7% del total de la academia universitaria. En resumen: el partidista, no es más que, “un envilecido”, sin dolerle o sentir el peso social de su entorno.

 
 
 

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