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BUGRE: HISTORIA DILUIDA


Foto: Caño Bugre 512 después: ¿Muere o se rescata?


Correrse 512 años, entre 1501 y 2023, connota significados demasiado complejos por, conocer, saber, entender, analizar y reflexionar en esta otra sociedad humana. Es decir, la vivida en las actuales circunstancias.


Resulta adversa, entre entra, llegar a entender la humanidad, cuando la naturaleza reviste sus cambios. Allí sobre tal accionar, se encuentra la historia que, es el invento del mismo ser humano.


Toda una serie de hechos y acontecimientos humanos, nos llevan a estudiar cada día calendario, la razón de la historia, la que tampoco es comprendida de un todo, pese sus espacios.


Hace rato largo y amplio, algo así de que, cursábamos el quinto o el último año grado de la primaria en la otrora escuela “Urbana de Varones” regentada por el pedagogo e instinto Guillermo “Don Guillo” de Cereté; ya veíamos correr las aguas turbulentas de aquel otro “Caño Bugre”. Siendo hace poco.


Dimensionando la palabra “BUGRE”, es poco lo que el nativo cereteano podría conocer de su etimología. Expresión salida de Juan De la Cosa, primer español en tentar las aguas de aquella otra fuente de natural y, por supuesto, llamarle específicamente así.


“BUGRE, ¿Cómo qué? Siendo Juan De la Cosa, navegante y cartógrafo oriundo de España. Primer conquistador que incursiona al entonces tormentoso y caudaloso Río Sinú (1501), a quien puede llamarse su descubridor después de la civilización Zenú de la Prehispánica.


Hoy en día, el poblamiento del Litoral Caribe (este mismo territorio Zenú), bien podría sobrepasar de los cuatro mil años, tras tenerse el siglo I después de la era común, la hazaña de los antepasados aborígenes Zenúes, constructores de las terrazas de drenajes; aunque, sin hallar datos precisos sobre la edad real en que nace, se forma o surge el Río Sinú. Siendo un reto para geólogos y antropólogos.


Todo ese espacio geográfico, era la línea acuática del gran Río Sinú. (Foto Mapa). Nuestras características sociológicas, son claras para razonar precisiones de por qué el nombre Cereté. Pues entonces, lo del Cacique Te, queda como una mitología. Atribuida a dialecto Zenú “Chereché” o de “aguas encontradas de peces”. Podría tener algún sustento epistemológico. Todo es fácil de entenderse.


Todavía, transcurrido siglos y siglos del origen Zenú, nadie ha logrado entender e investigar, siquiera de escribir la real literatura aborigen nuestra o de la civilización Zenú, por ejemplo. Razones por las que, el pueblo Cereté, debiera llamarse BUGRE, ante todo de forma especial.


Año 1501, es el primer encuentro del aborigen Zenú con el español. Momentos cruciales en que, un jefe o cacique de la tribu, muy probable: “Chuchurubí”, nacido en el bohío del ahora caserío. Hombre de espíritu guerrero por lo de Caribe, acompañado de otros aborígenes, es quien, con una vara delgada y larga hace señalamientos, la raya divisoria del Río Sinú y el Caño Bugre. Este último un afluente de trascendental importancia para la misma historia patria. Y que, ahora, algunas personas sin raciocinio le confunden con la ruta antigua del Río Sinú, entre La Ceiba y límites urbanos de Cereté.


El habitante cereteano sobre más de 90 mil, tan solo, un 5,2% podría entender de la diferenciación Sinú- Bugre. Vergüenza total que, llamados periodistas, docentes e historiadores aun desconozcan la verdad. El trazado geográfico realizado en 1910 por el periódico Albor de Cereté, textualiza y confirma la realidad.


Siguiendo la socialización: Bugre, ¿Cómo qué? Su etimología viene o nace en España, derivando de términos utilizados para designar a una misma especie de pescado, entre otras: “Indigna pertinente”. Siendo año 1501, que Juan De la Cosa logra divisar a la distancia, la muchedumbre o grupo de aborígenes usando herramientas de capturar peces, les llamó. “Bugres”.





Las escrituras aborígenes no aparece esa anécdota descrita siquiera por las crónicas del bachiller español. Pese que, ubicado sobre el lado izquierdo del barranco del Caño, De la Cosa, repite: “Cualquier indio violento es Bugre”.


En buena parte, no pudiéramos congraciarnos con el criterio del ibérico. Pues, le entendemos claramente su desprecio y desprestigio con el americano, tras venir solo a robarse sus riquezas naturales. Acciones de 531 años colonizados, saquearnos y contaminarnos nuestro suelo continental. Aún, sus 33 últimos años, a través del recurso agua y energía, mediante el neoliberalismo a través de compañías multinacionales.


Tropezar espacios de 302 años, tanto de supuestas fundaciones y refundaciones, entre otras, por medio de Francisca Baptista de Bohórquez, pese desaparecer aborígenes, robarse cuacas de oro, también se apodera de miles de hectáreas de terrenos silvestres, mediante las “Caballerías”, su dueño absoluto estuvo a cargo de la Corona de Castilla (España). La cual fue una medida utilizada en el Imperio Español, entre los siglos, 15 y 18, con unas medidas de 100 y 200 pies (30x61 m aproximadamente).


Geográficamente, el territorio subregional, Cereté, Montería, San Carlos, Ciénaga de Oro y parte de San Pelayo, durante los años colonizados por la Baptista, fueron repartidos en sendas Caballerías, entre Francisco Velásquez y Vicente Bolaños (hasta linderos del hoy Mocarí). Inclusive hasta 1732, cuando es descubierto el asentamiento “Retiro de los Indios”, tras la guerra entre Juan Ramos y otros (1719) terrenos hoy La Esmeralda y Retiro Los Páez (Mateo Gómez), en 1734, el acaudalado español Tomás Gómez Barragán, se apodera de toda la territoriedad, posteriormente, los Berástegui (Burgos), Pombo Lequerica. Después, avanzado el siglo 19, el español Juan De Lora y terratenientes criollos aparecen dueños 0 de tales terrenos.


Entre estos terrenos, está la Hacienda Berástegui, hoy Corozita, La Coroza, La Pozona, Turipaná o Playas de Arroz o Los Pozitos, que en total, hacen parte de las 70 mil hectáreas desaparecidas en el Valle del Sinú, entre ellas, Aeropuerto Los Garzones, Aguas Negras y El Ceibal. Tierras despojadas a centenares de aborígenes y libres primarios.


Hoy por ejemplo, la fuente hídrica del Caño Bugre ha muerto sobre el 86,7%, entre tanto, Caño Los Sábalos desapareció de un todo, como otras fuentes de agua componentes de la Subcuenca Bugre en el territorio de Cereté. Dicha Subcuenca, con la antigua Ruta antigua del Sinú (La Ceiba- El Quemao), sumarían un desastre medioambiental aproximado al 92,6% de colmatación por razones de altas deforestaciones venidas desde la colonia e igualmente la acumulación de sedimentos.


Todo el deterioro ambiental, que urge del mismo Dragado del Río Sinú, incuso en la propuesta ambientalista Dirección Revista MILENIO, en el Diálogo Vinculante, relacionada con el “Eje Temático- Justicia Ambiental – Producción Sostenible- Adaptación y Mitigación al Cambio Climático- Gestión del Agua”, incluido textualmente en el proyecto del Plan Nacional del Desarrollo 2023-2026, podría ser la única tras 20 siglos después de la hazaña Zenú de construir drenaje para controlar 500 mil hectáreas del peligro de las inundaciones. Contando con inversión de 28 billones de pesos a nivel nacional.


Aparte de los ya casi 300 puntos erosivos, la desaparición de sendos barrios de Tierralta y amenazas medioambientales, el arrastre diario demás de 220 toneladas de desechos y la decadencia hidráulica del Río Sinú, existe la conocida Ruta Antigua (entre La Ceiba y límites con la urbe de Cereté), anexando el mismo Caño Bugre que arranca del meandro Chuchurubí a la Ciénaga Grande, un aproximado de 30 kilómetros, incluida la antigua ruta hídrica y otrora de la historia navegable ( Cartagena –Tierralta).


Una era navegable de aproximadamente 75 años, entre finales del siglo 19 hasta el año 1960 del siglo 20. Época en la que cruzan 20 lanchas, rimeros de balsas y demás embarcaciones pequeñas. Destacándose los puertos de atraque de: Lorica, Chuchurubí, Mateo Gómez, Garzones (gran exportador de tabaco al puerto de Brévent en Francia). Recuerdos que le generan nostalgias a muchos nativos garzoneros, entre ellos: Guido Mariano Escobar Gonzáles, pese radicarse en El Quindío, añora su tierra ancestral.



Una Subcuenca con más de 25 mil pobladores, de ellos, el 32,5% vive hace años asentado sobre los barrancos y riberas, encima de terrenos aluviales, generando grandes riesgos socioambientales. Principalmente, barrio 20 de Julio y alrededores de Garzones, Buenaventura (Chocolate, la Isla, Palmira y Papoche) en Mateo Gómez, seguido de Retiro Los Indios y barrio Nuevo de El Quemao.


De estos últimos 70 años, han pasado 17 presidentes, 54 gobernadores, centenares de alcaldes y concejales, así como 70 congresistas entre senadores y representantes bajos; hallarse los del actual periodo (2023-2026). En donde, se cuentan los 30 años del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, inclusive con un titular oriundo de Montería, pero resultó sumamente catastrófico y apático, como toda la dirigencia o militancia bipartidista cordobés ante la enfermedad ambiental del Río Sinú, tan reiterativa por el periodismo MILENIO.




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