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CAMPO Y CIUDAD: EXPANSIÓN DE URBES Y BAJAS RURALES

Foto: La imagen es diciente del aspecto referente de una conectividad entre campo y ciudad. Lo cual denota la Sociología de “comunidades campesinas”, relacionando territorios urbanos o urbanizados, en los cuales se circunscriben situaciones atinentes con la ruralidad cordobesa. 

 

             PERIODISMO SOCIAL MILENIO 

 

 Crónica 4ª: Hugo Miguel Buelvas Posada: 2024 










Ubicarnos sobre el viviente conflicto de la “Tierra y Agua”, aún perenne, más de seis siglos, sobre la territoriedad departamental de Córdoba, por supuesto, en la actualidad, bien se puede hablar de una conexión entre campo y ciudad, entendida a manera de sociología (comunidades campesinas), existiendo una relación de carácter subordinado a través del primero hacia la segunda.  Fenómeno observado también en la mayoría de territorios urbanos de toda la esfera global. 

 

Partamos del caso de Montería específicamente, siendo el primer territorio urbano del Valle Sinú, año 1938, con 12.804 habitantes del total 64-274 del área jurisdiccional, donde surge la situación social.  Entonces, comenzando hace 86 años, entre estos dos ámbitos resultando el campo el que ha perdido progresivamente terreno, subordinándose a la  ciudad desde el punto territorial y económico debido la compleja expansión de las urbes y la influencia de las dinámicas urbanas.  

 

El hecho de surgir tal fenómeno por causas que tienen relación directa con series de procesos económicos, (Segrelles, 2015) referirse directamente a estas dinámicas explicando cuál es la relación entre campo y ciudad. 

 

Todo el espectro complejo (hombre de campo- hombre de ciudad, de manera sociológica, además asociarse (comunidades urbanas), claro esa disyuntiva, también entra en aspectos de desarrollo y colonización, concreciones del caso colombiano.  En donde, las tierras fértiles del Sinú (hoy Córdoba), han sido ávidas  de la codicia, tanto por la Corona española y el capitalismo criollo nacionalista.  

 

Procesos dados mediante las migraciones (desplazamientos personales o masivos), la comercialización e industrialización (producción racionalizada y agrandada de mercancías) y la urbanización (concentración de población en las ciudades), aspectos en representar una influyente concentración de capitales, mano de obra y mercancías acentuadas en los espacios urbanos.  

 

Causas consecuenciales empatan con la urbanidad capital ciudad de Montería, más del cuarto de siglo 21, exhibiendo papel aglutinador al adquirirse un ritmo y proporciones de maneras concretas, venidas antes de la creación departamental. El absorbente poblano rural, bastante considerable, ha sido negativo a cualquier síntoma de desarrollo humano, en donde, cualquier política de planeamiento tiende abajar considerablemente,  antes que cualificarse.  

 

Lo grave, la urbanización de Montería, exhibe bajas de nivel tecnológico y económico, dado sus márgenes descendentes, debido sobre todo, la  carencia de políticas públicas que lleguen a justificar esa variante concentración de personas y recursos en un ámbito de urbe, como el local, para así poder aumentar la rentabilidad y el rendimiento económico de la zona contextualizada en urbe.  

 

Yéndonos a la propuesta “Reforma Agraria Integral hacia la Paz”, conlleva soportes sostenibles en sentidos abrir espacios desarrollados por medio de la inversión hacia la industrialización y en las ciudades, poniendo ejemplos: Montería, Cereté, Lorica, Sahagún, Planeta Rica y Montelíbano; donde los “PIB”, son considerables acorde a la línea nacional. No obstante, modificando el campo o la ruralidad, en que, el habitante campesino retorne a sus tierras. Sin negarse cualquier espacio rural como alternativo.  

 

Hoy, resulta plausible entender el manejo de la alternatividad rural, dentro del contexto geográfico, partiendo del campesinado, catalogando bajas condiciones económicas, pocas oportunidades de acceso al conocimiento, producción de pancoger, la yuca, el maíz o el ñame, por ejemplo, que tradicionalmente caracterizan a la población veredal  cercana  a la sede de cualquier institución de estudios académicos. El Departamento de Córdoba, cuenta con Centros Regionales de Educación Superior – Ceres-, útiles para la atención campesina.  

 

Así por encima, solemos invitar a: Unidad de Restitución de Tierras- URT- Agencia de Desarrollo Rural – ADR-  Agencia Nacional de Tierras – ANT- Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas – UARIV- asentadas en el Departamento de Córdoba, priorizar acciones conjuntas mediante mesas de diálogos, conversatorios, charlas, seminarios y talleres pedagógicos, con fines específicos: democratizar labores del campesinos, donde sea él, inventor y protagonista de invertir en sectores industriales y de servicios urbanos, que la gran inyección de la mano de obra de reserva, procure constituir  empresas rurales. 

 

La lógica, es romper el hielo, no obstante, este punto de vista esconde dos premisas fundamentales. En primer orden, oculta que el abandonamiento del campo solo beneficia a los inversores de capital que invierten en los sectores industriales. En segundo lugar, también se oculta las consecuencias de este tipo de migraciones  de carácter masivo, generalmente de problemáticas y desequilibrios entre las zonas urbanas  y las rurales.  

 

Tales desequilibrios potencialmente negativos,  quedan socavados por la atracción que ejercen las urbes hacia los entornos rurales (mayores sueldos,  mejores condiciones de vida, comodidad,  servicios…) donde se consumen los productos agrarios y, por ende, se absorbe a la mayor parte de la población rural que queda apartada (Segrelles, 2015) 

 (Próxima crónica del tema: Uso de los suelos cordobeses: Pecuario vs: Agrícola

 

 

 

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