Visión: Hugo Buelvas Posada (Director MILENIO)
“La lectura ser una forma de la felicidad”: Jorge Luis Borges.
República de Colombia, 213 años de historia patria, encontrándonos en el siglo 21, dada la serie de situaciones adversas enlodadas en una deshumanización de grandes proporciones y sin, las maneras más usuales y comunes de aportar soluciones claras, precisas y oportunas, por el dogmatismo de su carcomida casta en linajes familiares; es de creerse y entenderse, haber llegado la hora de dar pasos al costado y, de lógica deductiva ocupar los puestos privilegiados en busca de nuevas alternativas sociales.
Si para este año 2023, según pronósticos DANE, la población humana nacional puede llegar a los 52 millones 156 mil 254 habitantes o personas, de tal número, existir un potencial del 31,02% representado en 15 millones 454 mil 633 personas ( niños, niñas y adolescentes) es decir, entre 5 a 15 años, por ejemplo, se urge la puesta en marcha o adopciones de programas tipos académicos ( adaptados a las ciencias sociales y naturales) por una eficaz y moderada enseñanza, de la que año tras año se ha venido adoleciendo en nuestro país.
Hoy en día, los tales “linajes” solo se dedican a ellos, tratando de seguir manteniendo la masa humana embrutecida, con fines especiales se continuar el esclavismo feudal heredado de los colonizadores ibéricos. La decisión de escribir algo sobre el complejo tema del mundo humano colombiano, nos procede de la fatalidad enorme de la población infantil, por supuesto, alienada al fracaso del uso de celular, claras evidencias del capitalismo neoliberal estatal y político.
En Colombia, desde muchísimas décadas, la enseñanza vive sus peores momentos, donde el aparato gubernamental no innova, todo lo contrario, reversa siglos atrás. Algo de no entenderse, un país mayor de los 52 millones de habitantes, poseyendo el 51,39 millones (niños. Adolescentes, jóvenes y adultos) usando o portando toda clase de celulares, contra una cifra ruin en lectura y conocimiento. Todo un absurdo. Sin rigores algunos, en padres, maestros de escuela y gobiernos que puedan frenar siquiera tan sucesos sociales.
En estos primeros cuatro meses del 2023, tanto el DANE y organismos comprometidos con los sistemas de lecturas; confirman que, niños de 5 a 11 años, en promedio leen 3,2 libros al año. En este país desordenado, solo el 26% según sendas encuestas ha dicho haber leído a gusto. En las 30 capitales urbanizadas la cifra de lectura ha aumentado al 47,9% y en la ruralidad al 35,6%. O sea que, entre la gente o el habitante urbano y rural colombiano, se inclina a ojear 3,2 libros por año el 83,5% del colombiano.
Toda esta cifra minúscula por la lectura y el aprendizaje: en la actualidad, el colombiano es adicto al celular, donde el 71,21% de la niñez de cinco años (horror), ha dicho tener o usar un Smartphone (dactil) y el 29,5% teléfono celular. Aquí en este episodio, es donde el padre de familia, para no ser molestado por la imprudencia del chico, prefiere invertir harta plata en comprar un aparato móvil que gastar unos cuantos pesos en libros útiles.
Entonces, la escasez de gobierno, autoridad paternal y escolar, son claros factores en la desestabilización de la sociedad familiar colombiana. Ante todo, las causas negativas en los niños por el uso del celular, tales: “La explosión excesiva, pudiendo acelerar el crecimiento del cerebro en niños de 0 y 2 años de edad, y de esa manera asociarse con la forma ejecutiva y déficit de atención, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y de la falta de autocontrol (las paletas).
En Colombia, cada ciudadano posee 1,2 celulares, equivalente al promedio de 65,75 millones de teléfonos móviles para un total de 51,39 millones de colombianos, según informes del “Global Overvien Report”. “Colombia un país donde hay más celulares que personas”.
LA OTRA VISIÓN
El cataclismo de situaciones sociales en el grueso humano representado en 15 millones 454 mil 633 personas (niños, niñas y adolescentes), obviamente nos atrae a otras ópticas visionarias de sostener una población generativa entre los años 2029 y 2036.
Gozando de un país en donde todas las niñas y los niños para esa época puedan estudiar, en donde podamos volver a tomar o beber agua del río, en donde las gentes sean alegres y vivan en paz, una república libre de violencia y en donde se pueda salir de la casa sin miedo y temor, en donde haya convivencia entre todas las personas y se cuiden los animales y la naturaleza general, no exista hambre y sean bien recibidos los inmigrantes; sea un pais de todos los colores, donde la tecnología sea usada para el bien, todas las basuras se reciclen y convertidas en abonos, la ciencia nos permita descubrir cosas fantásticas; en donde sea respetado el indígena y el afro descendiente; haya oportunidades para los campesinos y todas las personas de bajos recursos, que todos tengan los mismos derechos y, los colegios no pongan problemas para recibir a niños discapacitados: en donde también la educación no se sienta como obligada y que todos puedan aprender variadas cosas para obtener lo que quieren hacer en su vida, en donde los pobres y los inmigrantes tengan donde dormir; en donde se obtengan hallazgos científicos que le sean benéficos a todo el mundo; en donde todos nos respetemos y se crea en las ideas de los niños y de los adultos, ese mundo humano hasta visto de reojos.
Discúlpenos, por este largo párrafo de cierre, pero no son opiniones, criterios y conceptos de lectores locales o colombianos, quienes hasta muchos descuidan el estilo de periodismo nuestro; esquivando por ejemplo. Es el fiel retrato de la visión futurista de un grupo de pensadores extranjeros de varios países y continentes (excepto Colombia), entre ellos, premios nobeles, sociólogos, antropólogos, filósofos, ensayistas, críticos, pedagogos y politólogos, autores de un dispendioso trabajo investigativo de altos quilates, de muchas décadas sobre la cruda realidad social de nuestro país. Por cierto, aportantes de un documental al Consejo Editorial MILENIO; bajo el título: COLOMBIA HACIA UNA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO (REFLEXIONES Y PROPPUESTAS). Pudiendo resumir: “Somos Periodismo: ética y paz, jamás vendido por lentejuelas”.
Biotecnología,
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