(1ª CRÓNICA)
El conflicto social d - e lucha campesina por la tierra de 123 años para trabajar, en el hoy territorio departamental de Córdoba, aparece ligado con los efectos crueles del poderío emprendido 302 años atrás por la Corona española, a través de Francisca Baptista Bohórquez, aventurera en la América, entre el ejército de hombres, a finales de 1690. Conflicto actualmente comenzando a sentir prontas posibilidades de soluciones con el gobierno del presidente “orense”, Gustavo Petro, en atención de beneficiar a sinnúmeros de labriegos, luego de soportar el sufrimiento de épocas críticas debido a los rigores de gobiernos nacionales, regionales y locales, tanto civiles, militares y policivos, engrandeciendo las líneas de hambre y barbaries en la población rural.
Este conflicto de nunca acabar y empeorando considerablemente con la complicidad de los poderes gubernamentales y políticos, de amparar a caciques terratenientes para despojar a los auténticos dueños de la tierra; toca amplia territoriedad de la geografía rural del corregimiento Mateo Gómez, anclado en jurisdicción municipal de Cereté. De ello, aparece la territoriedad seriamente afectada por la pérdida de 6.436 del total de las 6 mil 676 hectáreas de humedales. Lo cual, confirma la pérdida de 70 mil hectáreas de ciénagas en el espacio geográfico del área departamental de Córdoba.
La historia de 302 años de perseverancia conflictiva, aparece involucrada sobre extensos territorios rurales del pueblo Mateo Gómez, hallarse en ese mismo orden, las 100 hectáreas de ciénaga La Pozona, sitio habitado por escasos labriegos y acorralados por algunos terratenientes, hace alrededor de 47 años, del total aproximado 56 años, luego de invasiones campesinas y que, el extinto Incora titulara y adjudicara tres hectáreas y media por cabeza campesina en número de 35 aparceros, nacidos y residentes en Mateo Gómez, Aguas Negras y sitios aledaños. Llegando al día de hoy, solo poseer parcelas unas cuantas familias agrarias, en razón a la compra forzada de terratenientes regionales, pagando por lote ínfimos 70 y 120 mil pesos, cuando actualmente esa porción de terreno cenagoso sobrepasa de 600 millones de pesos, sin que, aparezca la fuente agrícola, mientras la mayor ocupación aparece por cuantas cabezas de ganado.
Dada la presente crisis, la producción de alimentos sostenibles para la canasta familiar es poquísima. Igualmente el antiguo camino bordeando los canales construidos por el antiguo Incora, aparece convertido en trochas intransitable, sobre el trayecto de tres leguas comprendidas de Mateo Gómez a La Pozona. Así mismo, la dirección de la Corporación ICA- Turipaná, a unos cuantos aparceros se le suministra semillas de berenjenas, hecho sumamente ridículo. En la misma jurisdicción La Pozona, ya las 26 letrinas adjudicadas hace dos años, por valor de 51 millones de pesos están inservibles para la comunidad.
El recurso agua tanto en La Pozona, El Higal, La Coroza, Las Tina, 4Las Cacuchas, Los Venados, El Socorro, el 36,4% convertido en predios públicos de caseríos (corregimiento entre otro), hicieron parte del extenso territorio de ciénagas, lagos, pozos y pantanos, sobre una longitud de 2.846 hectáreas pantanosas llamadas anteriormente: “Playas de Arroz”, “Charco Pelado”, “La Coroza”, “La Pozona”, “La Ceibita”, “El Tapón” y el “Ñipe”.
Grueso número de terreno siendo parte de la “Caballería” colindante con el hoy Mocarí y Arenal, entregada por la Baptista al colono Vicente Bolaños en el año 1721, denominada “Playas de Arroz”, territorio bordeando niveles de la carretera central, abarcando parte de Cereté y Martínez, inclusive toda la región del ICA –Turipaná- La Coroza, Aguas Negras, Aeropuerto Los Garzones y penetrar al caserío El Ceibal (mostrado en mapa satelital adjunto). Playas de Arroz, parte del mismo puente elevado peatonal ubicado a la entrada del pueblo Mateo Gómez.
Tales enormes terrenos principalmente, fueron acaparados entre finales de 1700 y comienzos de 1800, a la Corona de España, por las familias Berástegui- Pombo y Lequerica. Los Berástegui, protagonistas de la primera guerra del Sinú, los segundos, nacidos y residentes en el Viejo Bolívar. Tales familias a mediados del siglo 19, comienzan a vender por pedazos a nativos de Cereté y San Carlos, donde el colono español Nicolás de Lora se adueña de casi toda la extensión territorial. “Charco Pelado” y “El Socorro”, la primera es adjudicada a una familia Lora, cambiándole el nombre por “ Cacho Pelao” y “Cacuchas”, heredada por la entonces familia De la Ossa Lora y Perneth Lora, la gran parte hoy del ICA –Turipaná, la carretera doble calzada donde se ubica el peaje de Sarmiento Angulo, es vendida ya comienzos del siglo 20 a Fernando Perneth Castillo y Sixto Soto. Estos venden al ICA y dicha entidad siendo estatal le compra a Perneth y Soto. Terreno siendo el mismo “Playas de Arroz”, en razón a la primera y actual siembra del producto alimenticio, desde la época del colono Bolaños, año 1721, quien junto con Francisco Bohórquez, saltan el entonces caudaloso Río Sinú para fundar el sitio Arenal.
Los Pombo, en particular, donan la entonces finca El Socorro a Miguel García Sánchez quien fuese contabilista de los Berástegui, dueños y señores de “Zapalera” (territorio hoy Ciénaga de Oro, gran parte de Cereté, Punta de Yánez, El Zapal, Rabolargo, el ingenio azucarero de Berástegui y territoriedad del pueblo.
Excepto pueblo de Mateo Gómez, los restantes terrenos convertidos en caseríos y potreros hoy, aparecidos en el mapa satelital, recomprados por varias generaciones humanas, hicieron parte de la Caballería dada a Vicente Bolaños. Gran parte habiendo culpabilidad directa del mismo estado colombiano; en negociar tierras baldías y que hoy, aparecen dentro de las investigaciones de la Unidad Nacional de Víctimas- Agencia Nacional de Tierras y la Sociedad de Activos Especiales SAE.
Tales entidades tras largos años, hoy con el nuevo sistema de gobierno nacional, vienen adelantando sendas investigaciones por medio del Instituto AgustínCodazzi, asuntos relacionados con posesiones ilícitas, debido a despojos de tierras y millonarios negociados entre la nación y particulares. Lo referente con las 70 mil hectáreas de ciénagas desaparecidas, donde aparece La Pozona y La Coroza, entre otras, existe la posibilidad que supuestos dueños o amos, no lo sean, careciendo de títulos o escrituras registradas ante las oficinas de Instrumentos Públicos municipales.
Comments