Desde Néstor Lorenzo, timonel, hasta James Rodríguez, Luis Díaz y Camilo Vargas; se coteja el soporte valorativo de los seleccionados de futbol colombiano. Tres facetas en una, contextualizando el equipo ideal que este domingo 14 de julio, agruparía la totalidad de los colombianos en una sola voz: Ganar la Copa América 2024.
Crónica: HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: DIRECTOR REVISTA MILENIO 2024
¿Un país vibrando alegría por el balompié? Pero por qué su razón. Consiste como elemento para la identidad nacional. Llamado comúnmente Futbol, es un entrenamiento de enorme atractivo visual por las habilidades individuales y las jugadas desplegadas en las canchas. Igualmente generándose estrellas.
Ver corriendo tras la bola o el balón, 22 muchachos sobre una cancha dimensionada, causa sensación emotiva y colectiva al público. Tal vez, quienes fijamos o inclinamos la vista en esa muchachera, desconocemos hasta el origen del jugador de futbol. Ese humano que a sus 38 años, plena juventud debe abandonar el deporte de acuerdo su estado físico y reglas de la misma disciplina deportiva.
Por lo general, el futbolista es originario de los estratos vulnerables de la sociedad. De ello, el 86,74% es de raza negra, el 9,2% mestizo y el resto blanco. Pero en su gran mayoría, el 94,65% extracción pobre. Iletrado el 15,23%, letrado en básica secundaria el 43,27%. Llegando un 58,50% solamente a la educación vocacional.
Entonces, en tales aspectos, difícilmente un jugador de futbol, llegue a posibilidades de pisar un centro universitario. Como tampoco irrumpir a otras sociedades distintas a la de su deporte o el complejo mundo de vivir pegado al balompié. Lógico, su escasez formativa de conocimientos, le hace limitar o privarse de enlodarse a mundos libres sociales.
En sí, el jugador de futbol, hace parte de la masa popular humana. Que mediante sus estrategias de juego, genera sentimiento patriótico. Ejemplo, agruparse un país en masa, uniendo sus fuerzas y esperanzas por su favorabilidad. Siendo el patriotismo: ese amor a la patria, hallarse definida como lugar al que una persona siente que pertenece, sea su tierra natal o no: casos ahora con la Copa América 2024, jugada en suelos estadounidenses. Observando el calor humano de nuestra Colombia, exhibiendo atuendos o cosas de nuestro terruño, en que normalmente los semblantes van ligados a la idea de país o nación.
Percibimos banderas, afiches, vestimentas, luciéndose hasta el 23,4% del sombrero de vueltas, entrelazándose ahí la biodiversidad cultural colombiana, junto numerosos símbolos que suscitan la unión de los diversos habitantes y su patria. Claro está, aclarar, dejarse muy atrás hoy, eso de héroes o conquistadores, cuando esas figuras proceden del sistema bipartidista, no podrían encausarse en una disputa futbolera, tras solo haber defendido sus ideales, menos la patria racial.
Mientras que, el pelotón de futbolistas, si son auténticos defensores de sus etnias y razas, no obstante, subjetivamente expresar el sentimiento nacionalista. Para nada, un jugador seleccionado de futbol colombiano, puede involucrarse al imperialismo de élites, aunque sea bien pagado. Puesto dentro y fuera de su rol, sigue siendo el mismo muchacho de la calle, el lustrabotas, el vendedor de empanadas, frutales y hasta andar pies descalsos. Donde tampoco un lujoso automóvil lo lleva a distinguirse socialmente.
¿Habrá esclavismo en el futbolista? Interrogando asociado al patronato que suele vivirse en un equipo de balompié. Muy claro, un jugador profesionalizado de futbol, no es libre de sus voluntades. Al entrarse a la lista de la fama, es pretendido por patrones del capitalismo, que lo hacen moverse de diversos ángulos, a través de postores del dinero, entre otros, sucios. Apareciendo los clanes oscuros del billete contaminado a corrupciones. Casos que, una “estrella” del balompié, sea pieza fácil al lavado de dineros mal habidos.
Ver inmensidades de hinchas asentados en las graderías de los estadios del mundo, entre estos, se cuelan apostadores multimillonarios, donde sobornan a mismos jugadores y arbitrajes. La historia del balompié colombiano es larga, compleja y rica en tradición y pasión.
Fue por el Estrecho de Bering, navegando por aguas oceánicas hasta Bocas de Cenizas y la Punta de Puerto Colombia, por allá la década de 1870, entra la civilización del balompié a nuestra república. Siendo humildes inicios hasta el sol de ahora 2024. Siendo el deporte que ha unido al pueblo nacional colombiano dándole sentido de pertenencia identitaria generalizada. No obstante haber también momentos oscuros en la historia futbolera, sin embargo, disciplina continua siendo una fuente de orgullo y alegría para toda su masa de aficionados.
El periodismo MILENIO, ahora que nuestro seleccionado está a las puertas de obtener su segunda Copa América, 23 años después, desde la era Francisco Maturana, ese varón de raza negra chocoana, hoy, la evolución del balompié nacional ha crecido enormemente por cambios sustanciales. Ha sido por otro timonel, Néstor Lorenzo, de nacionalidad inglesa argentina. Pero, entendido en saber moldear y ajustarse al criterio postmoderno.
Este domingo 14 de julio 2024, todas las razones del equilibrio de juego y planteamiento de los dirigidos por Lorenzo en cualquier estadio orbital, aparecen conectados con el ánimo triunfalista. Mentalidad positiva, en donde, un técnico foráneo, daría la segunda vuelta portando la Copa América 2024, al vencer a su similar Argentina.
Año 2001, fue Francisco Pacho Maturana, recordando otros gladiadores balompié colombiano, alzándose con el trofeo al vencer a los aztecas. El domingo, seguros estamos, la victoria será ante Leonel Messi. En donde el portador principal de la copa lo será el nortesantanderano James Rodríguez.
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