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GOBIERNO CORDOBÉS: DIVORCIADO DEL DETERIORO MEDIOAMBIENTAL



Foto: La sola imagen fotográfica del entrante Director Técnico Ambiental de Riesgo Departamental de Córdoba, HENRY LICONA PERNETH, ante el crecido territorio lagunar en amplio deterioro, le hacen ser un DIMINUTO, debido el extenso conflicto socioambiental.  


Menos  aún, obrar eficazmente por alguna mitigación del complejo Fenómeno del Niño, recomendación hecha por sus instancias superiores. 


Transcurridos 24 años y siete meses de expedida la Sentencia T-194 de 1999, por la Corte Constitucional de Colombia,  tendiente a mitigar una vez por toda el conflicto medioambiental de la Cuenca Hidrográfica del Sinú, incluidos 14 municipios y la Ciénaga Bajo Sinú en el proceso de degradación que le afecta el sistema de humedales: la problemática socioambiental, suele acrecentarse día por día, sin conocerse siquiera un mínimo intento por hacerse cumplir cabalmente. 


Es demasiado grave el “temor escabroso y oscuro”, tenido durante ese largo tiempo, “durmiendo en sus anaqueles”, dicha medida constitucional. En donde, el poder capitalista ha podido mantener el dominio sobre las esferas judiciales, ejecutivas y legislativas, tanto del nivel nacional y departamental cordobés. 


Bastante penoso, para sendos periodos de siete presidentes estatales, siete gobernadores, 98 alcaldes, 98 personeros municipales y siete directores de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge- CVS- permanecer “sordos y mudos”, no decirse temerosos o nerviosos, sino “cómplices” del terrateniente metido a la brava sobre el vasto complejo de agua cenagoso, para causar graves deterioros y desecados; originando el destierro de la riqueza de la flora, la fauna y la misma humanidad.  


La invasión territorial de Ciénaga Grande del Bajo Sinú, especialmente, por capitalistas, entre cordobeses, interioranos y extranjeros, data hace alrededor de 65 años, comparados con los primeros estudios científicos biológicos en que, comienza el despoblamiento de pescadores, campesinos junto con la huida del pez que desovaba en múltiples tonelajes hacia las aguas del Río Sinú, mediante la hembra, sea de un pez, un anfibio o de un crustáceo, soltando sus huesos en huevas, constituyendo todos los finales de noviembres, las entonces tradicionales “subiendas o subas de pescados”.  


Situación destrozando igualmente todo el sistema humedal, las otras ciénagas: Betancí, La Caimanera y Corralito, además de la misma hidraúlica del Río Sinú, afirmarse hoy por ejemplo, 65 años,  su enorme desfallecimiento sobre un tope de 375 centímetros cúbicos por segundos, asociando más de 230 puntos erosivos, arrastrar aproximadamente 225 toneladas en desechos sólidos diariamente; efectos generadores de la pérdida de 123 kilometros de la antigua ruta hídrica, entre La Ceiba y Rabolargo. Tomando el Río Sinú y Caño Bugre. 


Trayecto fluvial en que, la capacidad de agua, en todo este tiempo crucial, se ha perdido sobre el equivalente del 93,78%. Así mismo, la intromisión del capitalista apoyada por los siete gobernadores, 98 alcaldes y 98 personeros de los catorce municipios de la cuenca Sinú (Tierralta, Valencia, Montería, Cereté, San Pelayo, San Carlos, Ciénaga de Oro, Lorica, Chimá, Momil, Purísima, San Bernardo del Viento, San Antero y Moñitos) y los directores de la CVS. Exceptuando Cotorra, creado posterior a la sanción de la Sentencia judicial T- 194. 


Es de anotar, igualmente, la “huida de peces” en la Cuenca del Río Sinú, no ha sido responsabilidad de la  empresa Urrá S.A, dadas las  operaciones de la Hidroeléctrica, pese un segundo desvío de la  fuente hídrica por la parte alta arriba de Tierralta. Todo el desastre de deterioro es causal directa de los llamados “terratenientes” al desbancar el globo cenagoso, robándose el 38.67% de su territorio, apastando ganados, usando pesticidas y abonos industrializados sobre una zona de alta y media escorrentía.  


Entre tanto, el golpe de poderosos capitalistas, pero pertenecientes al sistema vial, a través del paso de la Doble Calzada al Mar, también ocupa terrenos de la ciénaga sobre otro 16,54% territorial que, sumados dan un total de 55,21%, de todo el perímetro de 55 mil hectáreas. Solo queda con cierta libertad un 44,79% de la territoriedad cenagosa. 


El daño medioambiental, solo en la Ciénaga bajera, se extiende igualmente a su rica flora y fauna, en un aproximado del 68,86%. De sus 250 hectáreas cultivables en arroz secano de las 17 mil jurisdiccionales del área municipal de Chimá, la feroz contaminación por corrientes de aguas negras y basuras, vertimientos de los 14 municipios; sin tratamiento alguno, es otro episodio culpable del capitalismo apoderado del intenso globo hídrico.  


Todas las entidades responsables del proyecto de recursos íctico, los grandes daños y el control ineficiente. Hoy prácticamente 25 años después,  les caben sanciones jurídicas, por omitir cabalmente los estudios de impacto social y económico del Bajo Sinú, tampoco adoptar los consecuentes de compensación y mitigación. Hallarse igualmente total ausentismo de la justicia regional, por la vía del tribunal contencioso administrativo. 


Lo consecuente de la gravedad de delitos contra los Recursos Naturales, omitidos por entidades responsables, estriba en que, la “Sentencia T-194” de 1999, se mantiene vigente, no obstante su escondite. Existiendo la necesidad de sufragarse miles de millones de pesos, a una gran población en este  año 2024, cercana al millón 200 mil personas habitantes de una territoriedad de 12 mil 200 hectáreas, consistentes en daños medioambientales incursos en la sentencia respectiva.  


Es de esperarse el curso del mandato Petro, con un solo asomo al conflicto socioambiental cordobés.  Puesto que, del entrante gobernador no podría esperarse cualquier incentivo a una hipotética solución, dado ser total “insolvente” en tal materia. Aún menos del nuevo Director Técnico Ambiental de Riesgos del departamento, Henry Licona Perneth.  


Licona, podría desconocer sus mismas razones en: desarrollar destrezas y habilidades que identifiquen, caractericen y analicen procesos de gestión ambiental, igualmente de reducción de riesgo de desastres. Obvio que mediante revisión de la ordenanza que creo tal figura gubernamental, la nueva Asamblea Departamental haga series de reformas, con fines de nombrarse en dicho cargo profesional idóneo.  


Convencidos estamos de falencias de Licona Perneth en: apoyar cualquier implementación del plan de manejo ambiental en el área de influencia, de acuerdo con  caracteristicas del proyecto o  actividad, entre otros asuntos  inherentes  a su gestión administrativa.  

 

 

 
 
 

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