Foto: La lucidéz impregnada en aquel, JOSÉ DOLORES, 11 años antes. Hoy, por cumplir 98 marzos, su textura de hombre estudioso de la naturaleza, lo inmortalizan, dejando un legado de huellas tipificadas en la auténtica sociología ZENÚ.
Crónica: Hugo Miguel Buelvas Posada: Director MILENIO 2024
JOSÉ DOLORES PATERNINA CRUZ: hilo conductor de una vida de cosas naturales. Hombre de estatura baja, connotado buscador de hojarascas en los bosques del suelo Zenú. Espacio territorial, en que aún, el golpe de “Potencias” continúa afectado la sociedad indígena. Pero, cada paso del viejo ducho de “las checherías”, depositaba amor, cariño y aprecio entre las cosas ocultas que, sólo él, con su magia de espantos y sombras, podía hacerlas realidades.
“Mano Joso”, vivió 98 años. Tiempo suficiente en diversos espacios de universos encontrados entre distintas épocas, donde tuvo fortaleza y coraje de abrazar, por impulsos de su conocimiento ancestral. MILENIO, recobra el primer y único reportaje, publicado en físico, edición 71 de enero de 2013, bajo el título: “La chechería histórica de José Dolores”, dos páginas a color. Contando 87 años de edad. Onces años atrás, sus bríos todavía le daban ánimo para caminar a pasos ligeritos, perderse entre las arboledas y los bosques, pudiendo agarrar diversidad de cositas: “bejucos, totumos, bangaños, cañas flechas y pelusas florecidas:
El hombre “monstruo” de las checherías organizadas en el hoy “Museo Zenú”, jamás ideaba cuando retirarse de su vida coloquial. Su impregnarle amor eran los chécheres que solemos exhibir en el museo de los recuerdos. Para, el amigo de todos, el que conocimos en una de las tantas sesiones de la Academia de Historia cordobesa; “todos los objetos tenían su valor”.
Entre los más destacados adornando el museo: “la carabela de la vaca Dos de Marzo, de propiedad del extinto criador sitioviejero, Manuel Antonio Banda Bohorquez, la de mayor bravura, logrando malograr a 30 personas y mató una en las fiestas de toros de Chimá. José Dolores, su compostura disciplinada hogareña, lo convierte en un todo “ecologista”, beber café, agua de pozo y demás líquidos en tutumitas sacadas del museo.
Para sus familiares y amigos sanandresanos: Alvaro Madera Paternina, Wilfrido Mendoza Romero, Jaime Alean Hoyos y Heriberto Cárdenas, entre sus millares, la muerte de José Dolores, denota recuerdos constituidos en historias, llevándolo a aquel día martes 24 de marzo de 1925; fecha la cual, los pozos cercanos brotaban diversas especies de tarullas. Las mismas que, 98 años más tarde, embrujan el aparato del museo con sus figuras geométricas. La visión natural de José, topaba con los universos de las estrellas y el matizado multicolor del “sombrero de vueltas”. Tras ser igualmente llamado “templo del universo”.
“Museo Zenú- José Dolores Paternina Cruz”, hoy más que todo, puede denominarse “Universidad”, debido consolidar la fortaleza “el encuentro de las cosas”, originalidad grecorromana. Además, emancipan sendos conocimientos, encerrados en: diferentes figuras, tales: totumas, flores, árboles, pájaros, pilones, calabazos, piedras, costales, balayes y bangaños”. Encima del manto multicolor, existen rimeros de tiritas de las primeras 17 trenzas comenzadas a fabricarse, por allá los años 30 del siglo 20. Época coincidencial a la revuelta “liberal” donde del pueblo San Andrés de Sotavento, abandonaron el territorio muchas familias nativas.
El sustrato del museo, exhibe voluminosos palotes, con los que, “Juana Julia”, líder campesina sabanera y la “Pola Berté” también de la misma región y bailadora de fandangos en plazas; meneaban los sancochos decembrinos bajo los efectos del “Masato” licor Zenú. Es un museo, de grandes visitas estudiantiles universitarias tanto del Caribe, interior colombiano y el extranjero.
Ya muerto y de vueltas a la tierra arcillosa del cementerio sanandresano, para qué, lagrimar y rendir cualquier acto reconocido a José Dolores. Nos parece hipocresías de algún viviente. Pero no. El ducho archivador de historias, anecdotario de la “guerra Mil Dias”, sembró su propia identidad socio cultural, dejándola viva para siempre, en el “Museo Zenú”.
Así, de esas características, solemos ser los hombres de: “Letras y Palabras”. Pues, las “checherías de José Dolores, hoy son claros reflejos de la poesía en “verso libre”, contexto literario “Loca Sinfonía del Hombre”, libro autoría: Miguel Marcial Buelvas Sibaja.
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