Más de dos siglos, de la margen o la banda izquierda del Río Sinú, el ambiente territorial, poco ha cambiado su aspecto. Mientras que ambos lados ribereños, aparecen plagados de historias aún mantenidas ocultas.
CRÓNICA: Hugo Miguel Buelvas Posada: MILENIO 2024
Allá detrás de las alturas, pareciera percibir cosas quiméricas. Pudiendo ser la imaginación que nos hace aturdir el pensamiento. Aunque, las nubes se desgajan a pedacitos.
El rótulo de una leyenda lineal, semeja la identidad de la ciudad de Montería. Ciertamente se ubica sobre los vestigios del caminito ancestral que siglos antes, comunicaba con la Isla de los Muertos. Sitio revertido de historietas, hoy poco conocidas para las actuantes generaciones.
Isla de los Muertos, fue el epicentro de sendos y cruentos combates, que por ende, protagonizaron las fuerzas criollas o nacionales contra los ibéricos de la España del siglo 19, exactamente durante la guerra surgida por la independencia patria.
La historia misma nos dice que, sobre rastrojales inmediaciones a Isla de los Muertos, no solo muere alcanzado por las balas de los criollos, Juan Bayer, teniente español, quien sobre el hoy parque Pinchorroy de Chimá, fuese el principal gestor del sangriento combate, donde entre los muertos cayeran miembros de las tropas nacionales o patriotas.
Los criollos que fueron fusilados por españoles, respondían a las identidades de: El Coronel Feliciano Otero, el Capitán Felipe Madrid y el Teniente Juan Nepomuceno. Siendo alcanzados al huir del combate llevado a cabo en la antigua plaza pública de Chimá, en el día 27 de septiembre de 1815, en plena reconquista española.
El presente paisaje multicolor visto desde diversos ángulos geométricos; nos traslada a aquellos negros episodios en que, la entonces la Aldea Montería, tendría tan solo 900 habitantes. Siendo el caminito ancestral, la única vía de comunicación terrestre, entre el sinuano y el sabanero.
Tras tiempo de 209 años, este 2021, el emblemático sitio llamado Isla de los Muertos, presenta algunas semejanzas en el verdor del espacio. Pese hallarse edificios construidos. Una mayor explicación en detalles: la territoriedad situada en inmediaciones de la Universidad de Córdoba, barrios El Recreo y la Castellana, solía tener un lagunar bordeado sobre los centros comerciales y clínicas adyacentes.
La gran verdad, el mapa urbano de Montería, no registra marca divisoria alguna que pudiera identificar puntos exactos en los cuales había la Isla de los Muertos.
Vislumbrarse el cúmulo de nubes, detrás de las sombras geométricas del ahora Río Sinú, pareciera tratarse de cosas misteriosas, algo así, como no saberse que hubiera al más allá.
Pero, debajo del sombrío de las nubes, hay un extenso territorio cubierto por bosques secos, bosques húmedos y humedales, que para esos mismos tiempos de reyertas entre españoles y patriotas, a inicios de 1.820, se dio el primer arribo sobre las costas de los franceses.
Los franceses no usaban armas de fuego, pero si otra clase de herramientas que, apoderado de los Zenú, empezaron el destronamiento de las selvas, aprovechándose de la madera. De donde el año 2025, invaden zonas del sur de Montería hasta lados de Tierralta, desforestando los bosques y creando la industria madera Sinú.
Importante anotar, la trascendencia del Río Sinú, como otrora testimonio de la serie de historia respecto innumerables hechos acaecidos entre siglos y siglos.
Comentarios