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LA SALUD HOY: ¿UNA TOXICIDAD?


Foto: Momentos en que, hubo registros de “sabotajes” por la oposición parlamentaria en sesión plenaria de la Cámara de Representantes, durante la votación de articulados inherentes a la Reforma de la Salud. En que, congresistas de la bancada “uribistas”, entre otros, se retiran para romper el quórum reglamentario y negar la aprobación a tal iniciativa gubernamental.

Volver a retomar el tema “Salud”, podríamos relacionar: “enfermedad y muerte”. Lo fundamental de cualquier ejercicio cotidiano, tiende “restaurar la salud y evitar la muerte”. Salud (del latín salus) conlleva al adjetivo latino salvus, que significa entero, intacto. Pues entonces, giramos con “la integridad, estabilidad y orden”. Nos quedamos con tales precisiones epistemológicas y rechazamos las de “OMS”.

“Toxicidad”, concierne a una expresión racional en estas circunstancias que, se debate “la salud” en Colombia, descripción de una sustancia “venenosa”. Término acuñado a la actual problemática del sector salud nacional. Pese existir alguna libertad de expresión, cuando nos encontramos “hablando solos”; no vemos porque temerle a usar clases de palabras en referirnos al desangre social, caso nuestro país. En donde, por supuesto, “no hay prensa”, excepto la utilización de pocos.

Muchísimos colegas, casos: Juan Gossaín, en sus tiempos preciados de buen periodismo, involucrando: dolor, rabia, desasosiego, martirio, intranquilidad y opresión del colombiano, ante eslabones oscuros de la salud; a nuestros tiempos de hoy: conceptuar por ende, “no ser justificable que, la gran minoría, en capitalistas, clientelistas, corruptos, congresistas, guerrillos y paramilitares”, sean quienes anden usufructuando los poderes del Estado.

Desterrado el “Neoliberalismo”, pero sí, los gobiernos: “Pastrana Arango, Uribe Vélez, Santos Calderón y Duque Márquez”, es, por tanto, incontable “el número de muertes de colombianos debido a la inexistencia de salud”. Espectro parecido al “goteo” de 24 años intensos de lluvias. Cualquier matemático puede ayudarnos a descifrar el ensayo.

Aunque bastante imprecisas, informaciones DANE, investigaciones de curiosos y activistas sociales; en cifras de calamidades humanas por las rachas de la salubridad nacional; hay que creer en la buena fe del colombiano ávido por gozar dignamente de atenciones decorosas en salud pública. La intuición no nos arropa totalmente, para imaginar siquiera “los BILLONES DE PESOS” que, “clientelistas, tanto de partidos, grupos o vertientes políticas”, han derrochados a sus antojos.

Queriendo aterrizar a la mera reforma a la Salud; también conlleva asociar el contaminante o venenoso vicio corroído en la actividad parlamentaria, venida de una “toxicidad” orientada desde las cúpulas. Esas que, para el reciente debate electoral del 29 de octubre, negociaron la venta y compra de avales a supuestos candidatos a: gobernaciones, alcaldías, diputaciones, concejos y ediles. Hechos concretos: Municipio de Montería, apenas por colocar cifras ínfimas, pero sin saberse, el por qué se aspiraba. Mientras el pueblo incauto corriendo a las urnas “ciego y sordo”.


En la última sesión plenaria de la Cámara Baja, comenzando por los 15 congresistas “uribistas”, se retiraron con fines de romper el quórum, para obstaculizar la aprobación del articulado propuesto en reformar la salud. Detrás de estos “centrodemocráticos”, también estuvieron, conservadores, liberales y de la U. La codicia de seguir con el dominio territorial de recursos e instituciones de salud (Hospitales y Camus), nombrarse directores a “solo dedos”, influenciados por gobernadores y alcaldes, a partir de 2024, era el propósito de modificar a sus antojos el “Artículo 42 de la Ley reformista”.

De tarea les queda a los lectores MILENIO, en Montería, averiguarse que socios tiene “AUDIFARMA”. Entidad cuyo gerente general es el señor “GIOVANNY MESA”. Este individuo, recientemente, habló de los activos económicos de la compañía relativa al crecimiento de entrega de medicamento solo vía o por medio de domicilio en pandemia alcanzando los 12 millones de pacientes multiplicando 63 veces a nivel mensual.

En los periodos presidenciales anotados, el ciudadano nacional, pasó desapercibido de la “Hecatombe” de la salud. Ante una descripción de la estrategia de Vigilancia Demográfica de la Mortalidad implementada en nuestro territorio patrio. Aquí se les hace un muestreo analizado en el comportamiento de la mortalidad por causas del Covid19.


Informes allegados a MILENIO precisan, con corte al 20 de enero de 2022, el conteo de muertes totales no fatales registradas en el RUAFND (módulo de nacimiento y defunciones, con el objetivo de recopilar la información de los nacimientos y defunciones), siendo de 306.080 en 2020, 360.402, con 17% y 22% de fallecimientos por Covid19, arrojando unas tasas por 100 mil habitantes entre 89 y 163 de forma respectiva.

Entre tanto, el exceso de mortalidad por encima del umbral debido el virus asiático pandémico en el país, hasta las razones dadas, ha sido del 25,9% en 2020 y 47,5% en 2021, notando gran diferencia por entidades territoriales, donde predomina el exceso sobre la media nacional en los Departamentos de Amazonas, zona central (Bogotá, Cundinamarca, Santander), (Atlántico, Magdalena, Cesar y San Andrés Islas, zona Caribe) y la Orinoquía, Casanare, Meta.

Hoy el sistema de Salud colapsa, igual como el de “agua y eléctrico” en Colombia, sin quien logre salvarse del intenso diluvio universal, no habiendo rincón de Colombia, grande, mediano o pequeño, que pueda escaparse de la crisis por los atraviesan los tres sistemas o modelos citados.


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