“LA TOMA A SANGRE Y FUEGO- LA VOZ DE LOS LÁPICES: TESTIMONIOS DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA”
- mileniolarevista
- 20 feb 2023
- 5 Min. de lectura

(Libro de la periodista Ginna Morelo)
Títulos y subtitulo que solo hacen estremecer los hilos humanos, respecto a tiempos de guerras vividos al interior de la Universidad Pública de Córdoba, protagonizados por grupos Paramilitares, donde varias voces fueron calladas por el accionar de las balas haciendo derramar innumerables gotas de sangre que corrían por los suelos y paredes estructurales. Y que el periodismo MILENIO en su momento álgido publicara sendas crónicas referenciando la ola violenta, exterminando el pensamiento libre del citado claustro universitario.
“La Voz de los Lápices- Testimonios de la Universidad de Córdoba”, es el titular del libro escrito por la periodista monteriana Ginna Morelo, en 172 páginas desglosadas en ocho capítulos, en que se recoge gran parte del conflicto armado durante la toma a nuestra Alma Mater; en décadas anteriores del presente siglo 21. Resulta riesgoso para la vida del periodista valiente, meterse a la caldera ardiente de grupos armados con fines de escudriñar las historias ocultas y sacar a pedazos algunos hechos que ilustren a la sociedad. Ello se expresa ahora en “La Voz de los Lápices”, claro significado del pensamiento crítico del hombre profesor asentado tiempo atrás sobre las aulas universitarias, que solo el declinar de las balas hizo desbaratar sus ideales al sembrar otras clases de personas para otras sociedades, por cierto fortalecidas hacia senderos desarrollistas.
De todo el voluminoso texto literario contenido en “La Voz de los Lápices- Testimonios de la Universidad de Córdoba”, destacamos fragmentos del tema: “Exhumar La Memoria”, referenciando los viles asesinatos contra tres caballeros del saber y la ciencia: Hugo Iguarán, Francisco Madera Aguilar y Misael Díaz Urzola, entre otras de las víctimas universitarias.
RELATO SOBRE HUGO IGUARÁN COTE: Hugo Iguarán Cote, resulta asesinado el 10 de septiembre de 2000. Mientras la periodista Morelo, para documentarse bibliográficamente sobre la “Toma a sangre y fuego” de la universidad; realiza una serie de entrevistas personales con familiares de las víctimas. En primer lugar, con Camilo Iguarán, hijo del exrector, segundo conversando con la docente Nancy Gómez, esposa de Aguilar Madera, sucesivamente.
La escritora, anota:” Así comenzó su relato el 31 de octubre de 2021, Camilo Iguarán en el lugar que escogimos para realizar el encuentro con la memoria. A un kiosco de palmas rodeado de naturaleza, ubicado en la vía al aeropuerto de Montería, fueron llegando los testigos y familiares de las víctimas de la toma paramilitar de la Universidad.
A Camilo lo conocía desde niño. Su mirada directa y su voz seca lo caracterizan. Me recuerdo mucho a su padre, a quien conocí de niña y volví a ver cuando era profesor, sindicalista y candidato a rector de la Universidad de Córdoba en 2000. El hijo habla de su padre con amor y con tristeza.
“Mi papá hizo el bachillerato en Riohacha. Ahí mostró capacidades como buen estudiante y se vino a estudiar a la Universidad de Córdoba, donde se gradúo como Ingeniero Agrónomo. En su época de estudiante fue el primer estudiante de los estudiantes escogidos de forma democrática ante el Consejo Superior, fue docente de la Universidad, pasó por varios cargos administrativos, fue decano de la Facultad de Ciencias Agrícolas . Hizo una especialización en Genética Vegetal en Argentina, hizo una maestría en Diseños de Experimentos, eso era en la Universidad Nacional en Bogotá, tuve la fortuna de tenerlo como profesor, excelente docente como papá, muy buen consejero”.
Camilo nos cuenta sobre las amenazas contra Hugo Iguarán que resume en una frase: “El único día que mi papá salió de la casa de Víctor Hugo y ese día lo mataron”.
Se refiere a Víctor Hugo Hernández, el rector que solo duró poco más de un año en el cargo y que fue condenado por el crimen de su padre.
Camilo es un joven de pocas palabras, a quien las ganas de conversar se le acaban más rápido cuando tiene que referirse al dolor de su familia, al vacío que dejó el crimen de su padre. Se recuerda en ese silencio que mencionó al comienzo de su intervención, dándoles pasos a las otras voces que ese sábado se acompañaron y escucharon.

RELATO SOBRE FRANCISCO MADERA AGUILAR: Nancy Gómez tomó el micrófono y hablo entre soñozos. Es la viuda de Francisco Aguilar, profesor de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, asesinado el seis de enero de 1995. Aguilar era sindicalista, miembro de la Asociación de Profesores Universitarios (Aspu). Su crimen ocurrió un año después de que fueran conformadas las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Quince años después, Salvatore Mancuso, comandante desmovilizado de ese grupo paramilitar, reconoció ese y otros crímenes de docentes de la Institución de Educación Superior.
“Mi nombre es Nancy Gómez Buelvas, soy docente del Departamento de Córdoba, licenciada en preescolar. Mi esposo como profesor de la Universidad de Córdoba trabajaba con las comunidades en proyectos de extensión en territorios indígenas. Nunca pensamos que eso era un pecado”.
Nancy aceptó hablar. Otras mujeres que perdieron sus familiares en el ataque frontal del paramilitarismo contra el alma mater no accedieron ir al espacio. Muchas viudas, hermanas e hijas de las víctimas de la violencia paramilitar a quienes invité a reconstruir la memoria, no quisieron volver al pasado.. En algunas de ellas se quedó a vivir el miedo. Hicieron del silencio impuesto religión. Otras aceptaron irrumpir ese estado de calma aparente, como si lo hizo Nancy, quien acudió al encuentro y pudo hablarles a profesores, estudiantes y trabajadores que como ella resisten.
La violencia cordobesa es difícil relatar porque sigue dando miedo. Un profesor que pidió reserva de su nombre, repartió su relato sobrecogedor durante el encuentro. Enfático dijo que jamás tuvo una vida tranquila. Todos los días sacaban a una persona de su casa. Muy duro, uno no sabe si la mamá, los hermanos al día siguiente iban a estar. Cuando llegué a la Universidad de Córdoba, en el primer semestre mataron a un profesor de Veterinaria, Julio Cuervo. Da la casualidad que a él lo matan en la calle 39 con Quinta. Yo me bajaba de un bus a una cuadra de donde salieron los otros. Después viene el asesinato del profesor Alzate, que fue mi profesor. Era una persona que tenía un conocimiento casi detallado del Alto Sinú y de la situación social. Y mataron al doctor Iguarán, que también era mi profesor, y a Misael Díaz Urzola, también mi profesor.
El relato del horror sobrepasó todas las dimensiones humanas, siniestró la palabra, aprisionó los sentimientos, ahogó incluso el llanto público, como lo relató la profesora de inglés, Alba Lacharme, cuando de forma virtual se contactó al encuentro y resumió que pocos eran los compañeros que incluso se atrevían a ir a los sepelios de los caídos. En ese tiempo se asumía prohibido solidarizarse con los familiares de las víctimas, porque se corría el riesgo de ser estigmatizado. A pesar de eso, ella y contadas profesoras de la Universidad de Córdoba se atrevieron acompañar, por ejemplo, el sepelio del profesor Misael Díaz Urzola.
“Por qué personas asistimos al sepelio de Misael. La profesora Gloria Mercado, quien trabaja en Patio Bonito y mi persona, iniciamos el trayecto del sepelio del profesor Misael, de su casa a la iglesia María Auxiliadora. Nos intimidaron y nos decían: Miren ustedes son mujeres, ¿Por qué están meditas en eso? ¿Por qué están acompañando? Mire que las van a vincular a muchas cosas”. (Fragmentos Páginas 139- 143. Exhumar la Memoria- Libro La Voz de los Lápices- Testimonios de la Universidad de Córdoba- Capítulo 7- Autora- Ginna Morelo-)
(Próxima entrega literaria: “Hurgando en mi memoria- el rostro amargo de la vida”. Libro del escritor monteriano: Serafín Velásquez Acosta).
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