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“LENGUA WAYUU”: EXPLOTA AL REENCUENTRO DEL “MAÑE”:


Foto: Estos fueron momentos de sentimientos, alegría, derroche y confusiones del “guajiros barranqueros”, en que, el rostro del “Mañe” es tapado por el tumulto humano, apostado sobre la calle “Lleras”.

El “wayuunaiki” untado la mañana soleada del jueves 9; sobre la calle “Lleras”, de Barrancas, palpitó eufórico, con el retorno a “Mma”, del “MAÑE DÍAZ”. En que, pedazos de polvos secos sobresalían del festín.

El fraterno abrazo, hijo, esposa y padre, arropado de gentío, también hace generar: “asakia Tsuru”, dejándose escapar el “careo”, dada las horas cercanas al mediodía.

Cinco primeras palabras que forman la familia lingüística arawak, lengua básica de la etnia Wayuu de aproximadamente 300 mil personas asentadas en la desértica Península de la Guajira.

Arrancamos la narrativa literaria con fines de caracterizar principalmente las lenguas originarias, en este caso, “la Wayuu”, por presentar una conjugación de visiones, conocimientos, historias, de acuerdo con una particular manera de interpretar la vida a interactuar con el entorno.

Enfatizar sobre interactuar la vida con el entorno, es referirnos al momento de felicidades existido entre la mañana y el mediodía del jueves 9 de noviembre; por la muchedumbre humana barranquera. Reencuentro que marca la confusión de: hijo, padre, esposa y amigos, formando una circunferencia al instante.


Foto: Vista parcial de Barrancas, al fondo, entre nubes y cielo, la Serranía del Perijá, bastante retirada, formando el panorama paisajista, entre el Río Ranchería, la Sierra Nevada de Santa Marta. Lo cual coincide con la urbe local, la Parroquia y el Parque Central.

Barrancas, superficie total, 742km2, a 40 metros sobre el nivel del mar. Una temperatura agradable media durante todo el año de 28ºC, distante 103.7 km de la capital Riohacha.

La romería de “barranqueros”, en donde, algunos pequeños degustaban del agua cristalina de piscinas cercanas; marcaba hitos de un pueblo orgulloso y pastoril, su economía dependiente de sus animales. Entre algunas diferencias dialectales, aunque pocas sin impedir la estrecha comunicación entre los wayuu, muchos del pueblo, pero otros venidos de la región. Algunas frases extraídas de estudios lingüísticos.

Se hizo narrable el acontecimiento vivido en Barrancas, ante “la ambúa pacha”, un tumulto o manifestación de desagrado contra la guerrilla del “ELN”, hasta una población desconectada de la razón del secuestro del “Mañe”.

El gentío, entre sus voces, cortas y alargadas, expresaba, “ve” estar vivo, va; vivir”, refiriéndose a la libertad sano y salvo del padre del futbolista “Lucho Díaz”.

Importante destacar del “wayuunaiki” o guajiro, la oralidad aún mantenida idéntica que, hace conservar la Lengua Wayuu. Pasados los momentos eufóricos del pueblo alzado en paz. El Mañe, todavía con sus ojos mojados, señalaba a los cuatro vientos de la casa: “Arepuela”, palabra que en guajiro significa “arepa de maíz frita con anix.”

Para algunos críticos de la lingüística wayuu, era divertida la expresión “wuinkat (en wayuunaiki), dada la escasez del agua en la Alta Guajira, donde su gente aguanta sed. Agregada la “desnutrición infantil”, en que, los recientes sistemas de Estados, Gobiernos y Gobernantes, de manera directa, han sido sus causales, manteniendo la sociedad humana “abatida en miserias”.

Tras el sol amarillo y ardiente de la Barrancas de hoy, por avanzado transcurrir del día, era interpretada la palabra “Jouktai”, traduciendo “viento” en guajiro, igual “Jeírachi” donde también se evoca las brisas marinas.

Todas estas narraciones sirven de enseñanzas a un conglomerado social, como el pueblo guajiro, con fines de mantener viva la lengua natal. Grandes conocimientos naturales que, al paso de la era globalizada y postmoderna, es de aguardarse nuevas perspectivas presentes y futuras, tendiente ver en el futuro cercano, construida la sociedad añorada por todos los colombianos.



 
 
 

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