Foto: Rastros del Río Sinú, años 1.700, acompañados por un colono español, momentos en que, el sol colorea las aguas dulces, pero es producto de sus mismos rayos vistos a la distancia, cuando un lente fotográfico hace su registro de trabajo. Sigue la Casa de Palma de nuestra familia, construida sobre Calle Las Flóres, al lado de Lácides Doria Hernández o popular “Yule”.
Continuando con la última corraleja del año 1960: la muchacha recolectora del algodón “Zafra” iniciada en 1953 sobre los terrenos del “Puro Petro”. A su lado, una de las 20 lanchas que anclaban en el Puerto de Atraque (entre 1885 y 1958). El periodista, historiador e investigador sociocultural remachando la actual y renovada Calle Las Flores, la legendaria de Mateo Gómez.
Los pasos, las voces, el meneo de ramales, las corrientes de agua dulce descontaminada o pura; la frescura climática, la abundancia de peces corriendo de lado a lado, repiques de campanas. El arreo a múcuras del agua del legendario Río Sinú. Además del dominio español sobre primeros pobladores, por la codicia de la “Tierra y el Agua”, emanan el contexto sociológico del proyectado documental a manera de Largo Metraje, referente con los siglos de la historia de Mateo Gómez, como pueblo surgido en otras épocas.
Todo ese movimiento humano natural, envuelve los argumentos de variedades de historias amalgamadas en hechos reales y míticos de aquel trozo territorial que fuese epicentro y protagonista de muchos vaivenes en tiempos y espacios.
Foto: Gabriela Gonzáles Ceballos, cumplidos 103 años, nacida en la primera case de palmas, calle Las Florez. Hoy residente en el barrio La Granja de Montería, de la “cepa bollera” del pueblo. Dinastía familiar surgida en 1816, siguiendo todo el siglo 20. Gabriela, dama de mente lúcida refiere las historias vividas de su niñez, juventud, adolescencia y hasta la presente narra episodios de la Segunda Guerra Mundial, hecho que según ella, hizo mover a los poblanos de antes.
El Bollo Limpio, una cultura alimenticia mayor de 200 años, persiste aún pese la desaparición de la caterva de hacedoras, mediante oficio de Enrique Argumedo Gonzáles, sobrino de Gabriela.
Nuestro terruño, de polvareda levantada sobre los aires, es digno de resaltarse mediante el arte del Cine, con imágenes y sonidos de voces nuevas, narrando episodios tipos socio históricos sucedidos mucho antes de la crueldad colonial. Siendo cuyo pueblito, levantado entre casas de bahareque y hombres de a pie; el referente primordial tanto de la geopolítica como la sociología de “las Guerras acaecidas en el Sinú”.
Guerras impulsadas por el “extranjerismo europeo”, sobre toda la geografía territorial Valle del Sinú. Siendo sus mayores apogeos, dentro de las conflictividades independentistas, cuando el oscuro y tenebroso espectro del tiempo empieza a irrigarse por diversidades; en que, el hombre mestizo del Sinú, entra a sufrir los vejámenes de la violencia fratricida, dadas las intensas luchas entre criollos y españoles.
Los Pinto; Boris Julián, Antonio y sobrino radicado en Argentina, son los encargados mediante una productora cinematográfica de ese pais sureño, en diseñar el libreto relacionado con el documental de Largo Metraje. Cinta que rodaría digitalmente por muchísimas localidades de Latinoamérica. Una envolvente narrativa sociohistórica cultural de la que hemos llamado “Historia Doble del Sinú” partiendo desde acontecimientos plagados sobre los terrenos hoy pertenecientes al Departamento de Córdoba.
Es de conocimiento generalizado que, el enraizamiento de la violencia política y armada, aún palpitante tanto el “Sinú y Córdoba”, se debe a la codicia por la “Tierra y el Agua”. Siendo entre otros, el Río Sinú, gran centro de conflictos, surgiendo las Guerrillas Bipartidistas (Liberal y Conservadora), todavía vigentes aparejadas con el Narcotráfico, el Paramilitarismo y la Corrupción.
Mateo Gómez, no escapa a tan crueles espacios de barbarismos. Solo señalar los años 1719, mucho antes de llegar el gaditano Mateo Gómez y su esposa Susana Martínez, al ahora pueblo, sobre la banda izquierda del entonces legendario río; la misma codicia española por las tierras fértiles; hubo serios enfrentamientos entre los colonos: Juan Ramos y Cristóbal Jiménez De León, adueñándose de la totalidad territorial, conocida sitios: “La Esmeralda”, “Retiro los Páez”, “Montón” y el borrado caserío “Bergantin”.
Año 1721; los colonos Vicente Bolaños y Francisco Bohórquez, por órdenes de la Corona de Castilla, se apoderan de los terrenos vecinos a la banda derecha colindando con La Coroza hoy, mediante el sistema español de “Caballerías”, partes de los sitios Venados, Retiro los Indios, Aguas Negras y Mocarí, saltando por las aguas del Sinú al sitio Arenal, bautizarlo, pero dejando aisladas la región de los pueblos, Mateo Gómez y Garzones, hallarse convertidos en selvas ribereñas.
¿Cuántos esclavos negros vivientes entre Mateo Gómez y la subregión, dejó el sistema de antes? Incontables, siendo muchas personas allegadas y nativas del pueblo “herradas” en sus nalgas, por los “Berástegui- Burgos”, a comienzos de la producción azucarera del extinto ingenio derrumbado a inicios de los 50 por Miguel García Sánchez.
Transcurridos tres siglos del arribo “ibérico” al Sinú, habrá alguna evidencia del despojo de tierras (hoy parceladas al Ica Turipaná). Al parecer, tales terrenos conocidos como “Playas de Arroz”, hacer parte de las 70 mil hectáreas perdidas, pero robadas por capitalistas y activistas políticos de Cereté, San Carlos y Montería.
Además, el documental pese no conocer su borrador, tratará de estos y otros elementos sociales sobre las “fechurías” realizadas por colonos y terratenientes criollos. Narraciones que aparecerán contadas por personas del actual vivir en el sitio mateogomero.
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