Cuadros dantescos medioambientales, muestra en la actualidad, la que fue Ruta Principal del RÍO SINÚ, por los alrededores del sitio Mateo Gómez. Trabajo periodístico elaborado por la dirección de REVISTA MILENIO.
De lados opuestos, aparecen: Carlos Alberto Negrete Montes, funcionario Facilitador Territorial Minambiente. Hugo Miguel Buelvas Posada, ambientalista y gestor principal del referido proyecto.
PERIODISMO AMBIENTAL MILENIO 2024:
Volver o regresar por los mismos lares ribereños o barrancosos de aquella Ruta Principal del RIO SINU, aquí sobre gran espacio territorial del pueblo Mateo Gómez; sin duda alguna, es encontrarnos con otras cosas asociadas a rastros de la historia hídrica constituida en fuente alimenticia y de fortaleza económica, aunque, cobijada de otras generaciones humanas.
Nostalgias, sentimos a nuestro interior, confusiones al exterior físico, pero, en sí, al parecer, ciertas cosas siguen pegadas al ritmo o compas de vaivenes, dejando huellas de muchos pasados que marcaron caracteres históricos.
Ya pocos vecinos poblanos suelen acordarse del pito de la lancha, la que venía cortando aguas por los alrededores de El Quemao. Más la otra saliendo de Los Garzones, pero repleta de bultos tabacales con destino al puerto La Heroica, para desde ahí abordar el barco a Bremen (Alemania). Configurando el festín de tumultos agropecuarios y enriquecer los ambientes familiares.
Sobre las turbulentas y cristalinas aguas dulces de aquel otro Río Sinú. Por tanto, la navegación arranca a partir de 1807, cuando la hoy ciudad San Jerónimo de Montería fue elevada a la categoría de “Gran Villa”, a su tiempo, Santa Cruz de Lorica es erigida en gobernación del Estado de Bolívar, siendo entonces el Río Sinú el eje primordial de comunicación y de tránsito subacuático más significativo que tuvimos anteriormente, que nos unía con Cartagena, con parte de la Costa Atlántica o Región Caribe.
Siendo por tanto la navegación el medio de transporte más sobresaliente e importante en la que se hacía esa travesía en aquella inolvidable época y era a través de pequeñas embarcaciones o barcos pequeños llamados lanchas, que partían de los viejos puertos de Río Nuevo (Tierralta), Montería y Lorica, con destino a Cartagena y viceversa, todas cargadas de mercancías con productos de la región, tales como maderas, ganado, arroz, cerdos, raicillas, taguas, pieles de animales, manteca, caucho y otros más.
1911- 1950, La era del aeroplano en Colombia, venida del primer Vagón al cruzar por el Río Sinú en 1870. Época de la balsa Zenú, también de gratos recuerdos entre las ocho generaciones humanas del pueblo Mateo Gómez. Las lluvias de palomas canoras procedentes de otros y lejos continentes, invadiendo los espacios territoriales de aquel legendario caudaloso Sinú, encontrados con el voluminoso paso de subiendas de muchas especies de peces, estorbado desde comienzos del siglo 20 por los chinchorros, trasmallos y atarrayas.
El transporte fluvial, precisamente por esta misma ruta del otrora Río Sinú se movía como un mecanismo para reactivar la economía y mejorar el desempeño logístico de la región.
Teniendo en cuenta que la práctica del transporte de carga por la cuenca se ha visto mermada por el desarrollo del transporte terrestre y cambios ocurridos en el río, se tiene como objetivo evaluar la viabilidad del uso de la cuenca hídrica como medio de transporte, buscando un impacto positivo en los indicadores logísticos.
Hoy, más allá de medio siglo, de aquella furia navegable, una sostenible fuente hídrica, no desaparecida de un todo, pero sí desfallecida hidráulicamente, al frente del poder ejecutivo nacional está un Presidente de nuestras tierras, pero anfibio, de estas mismas aguas. Su gobierno progresista, consciente de revivir el espacio ambiental, por medio de hijos, tanto mateogomero y tierraltense, aparecen enfocados por recuperar el caudal del torrentoso Río Sinú.
Hablamos sobre ahora un borrador del Proyecto LEY de RIO, conscientes estamos de salir adelante por una nueva realidad. Se plantea desarrollar una propuesta de transporte fluvial donde se busque minimizar los costos y tarifas, que sea más amigable con el medio ambiente respecto a la emisión de gases de efecto invernadero y que tenga como mínimo la misma eficiencia respecto al transporte terrestre. Para ello, se realiza una comparativa entre el modo de transporte carretero y el modo de transporte acuático (fluvial-marítimo) para determinar su viabilidad, tanto en términos económicos como en términos ambientales.
Viernes 23 de agosto de 2024, fecha que marca nuevas historias, mediante Recorrido Conversatorio sobre los mismos linderos ribereños de la ya citada Ruta Principal (Mateo Gómez). Conversar dialogando entre pasos agigantados, donde, la ciencia antropológica, contará razones de formas en tiempos y espacios.
En ese mismo lineal ordenamiento de territorio, el conocimiento ancestral brotado por el líder indígena, bien podría asociar las esperanzas y expectativas alternantes de los antepasados ZENÚ, siglo I, primero a nivel mundo, en construir las Terrazas Hidráulicas tendiente controlar 500 mil hectáreas de las dos cuencas Sinú- San Jorge, de las tormentosas inundaciones.
Así mismo, de esta visita oficial propiciada por el Ministerio del Ambiente, la voz autorizada de Carlos Alberto Negrete Montes, funcionario de estirpes sociológicas, de cómo viene caminando el proyecto Ley de Río. De hecho, interesar a los vecinos mateogomeros quienes sobre el 76,84% de su grueso habitacional esperan, volver de nuevo correr las aguas sobre la cuenca amortizada pero viva.
A manera de historias, conviene narrar aspectos de contextualizar el por qué, llamarse la obra literaria- Mateo Gómez: la vuelta de 300 años en el pueblo de río.
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