La ciencia química surge antes del siglo XVII a partir de los estudios de alquimia po-populares entre muchos de los científicos de la época. Se considera que los primeros básicos se recogen por primera vez en la obra del científico británico: Robert Boyle: TheScpticalChymist (1661).
Además de Antoine Laurent Lavoisier a través de su trabajo investigativo en cambiar para siempre la química, llevarla a la conceptualización de los principios de la química moderna, hizo que las generaciones futuras lo consideren su fundador.
Respecto a cualquier tipo evolutivo de la química a nivel orbital, salta a la palestra del conocimiento científico: MANUEL MELÉNDEZ CASTRO, egresado de la Universidad de Córdoba en 2013, institución de estudios superiores que hoy mediante publicación periodística le reconoce sus méritos profesionales, a través del siguiente escrito:
“La entonces polvorienta calle Bolsillo Largo, del barrio Santander, sur de Montería y los encuentros de amigos para elevar cometas y jugar al trompo, son recuerdos intactos en el pensamiento del científico Manuel Melendrez Castro, graduado de Química de la Universidad de Córdoba en 2003 y quien como buen piloto de sus sueños, alcanza hoy más de 20 solicitudes de patentes, 12 de ellas concedidas, tres en proceso de transferencia tecnológica, más de cien artículos científicos publicados y es considerado en Chile, donde reside, una de las 30 mentes sostenibles”.
Actualmente Melendrez Castro es docente e investigador de la Universidad San Sebastián en Chile, con doctorado en Ciencias Químicas, de la Universidad de Concepción, postdoctorado en Materiales Híbridos y Nano compuestos, Universidad de Texas en San Antonio, Estados Unidos, magíster en Industrias 4.0 y Procesos de Automatización, Universidad de Cataluña.
“Soy humildemente del barrio Santander, pegado al batallón, mi calle es Bolsillo Largo, la que según mi mamá nunca pavimentarían, pero gracias a Dios lo hicieron. Recuerdo que los amigos del barrio me decían el sabiondo porque ya se notaba mi inclinación por la ciencia”, relata el doctor Meléndez, a su paso por Montería y por la Universidad de Córdoba, donde compartió con estudiantes y docentes dos charlas: ‘Investigación Científica Desde la Concepción de la Idea al Mercado: Casos de Éxitos’ y ‘Procesos de Maduración Tecnológica: Impresión en 4D’, en un trabajo colaborativo con el Departamento de Ingeniería Mecánica de esta alma mater.
Cuenta que su primer éxito, a partir de un grupo interdisciplinario y fraternal, fue una máquina de proceso automatizado para hacer nanopartículas en la industria, proyecto a partir del cual también empezaron a fabricarse resinas para prótesis dentales, que mejoran la estabilidad dimensional (que se someten a temperaturas, mordiscos, sin que se dañen y pueden durar tres veces más sin perder el aspecto físico). Agrega en su relato que esa máquina fue vendida por la universidad en la que fue elaborada, por 300 mil dólares con contrato de licenciamiento.
Melendrez anota además, el éxito de otro de sus inventos en equipo, que consiste en el desarrollo de recubrimientos inteligentes o ‘smart coating’, conocidos así en la literatura. El equipo científico del monteriano del barrio Santander, tomó los extractos de los taninos de pinos, desechos de la industria forestal, y los incorporó en una pintura para recubrimiento anticorrosivo. Pero, para recubrimientos ignífugos, con ese mismo extracto se forman películas que recubren casas o predios, lo que retarda o mitiga el fuego y permite dar tiempo a los servicios de emergencia para controlar incendios.
Los productos ya están en el mercado y de acuerdo con un ensayo o prueba de concepto que socializó el químico unicordobés, al abrir fuego a 24 casas, tanto por fuera como por dentro, el resultado fue que, las que habían recibido recubrimiento con el material mejorado por el grupo liderado por Melendrez; después de 120 minutos el fuego se extinguió y las viviendas no se cayeron, lo que quiere decir que en esas dos horas se pueden salvar vidas, pueden llegar los bomberos y rescatar enseres, gracias a ese avance en nanotecnología.
“Las patentes pueda que sean escalables o no, pueda que no solucionen un problema realmente como se percibe, porque a lo mejor no se hizo una vigilancia tecnológica como correspondía, por lo tanto, las patentes deben tener la peculiaridad de ser nuevas, que no sean obvian, y que realmente solucionen un problema industrial de una manera diferente”, explica en entrevista el científico, quien en 2023 recibió el reconocimiento por la revista Forbes como una de las 30 mentes sostenibles de Chile. Este listado resalta el trabajo de las personas que lideran proyectos y acciones de sostenibilidad.
Uno de los compañeros científicos de Melendrez en estos proyectos es el docente unicordobés Andrés Jaramillo, del Departamento de Ingeniería Mecánica, con quien desarrolla trabajo colaborativo tanto en Chile como en Colombia, aportando en equipo a compartir las experiencias de éxito con la comunidad universitaria. Jaramillo es ingeniero mecánico, graduado de la Universidad Pontificia Bolivariana y doctor en Ciencias e Ingeniería de Materiales de la Universidad de Concepción en Chile.
A los estudiantes unicordebeses Melendrez sugiere hacer esfuerzos diarios por las metas, sin importar hacia qué ciudad haya que viajar, “porque el colombiano es fuerte, decidido, no importa la distancia, el frío, los retos, los miedos. Todo el mundo llega tímido a un país extraño, pero cuando soltamos los conocimientos que recibimos en la Universidad de Córdoba, la cuestión empieza a cambiar”.
Investigadores unicordobeses lideran proyecto de monitoreo participativo para preservar ecosistemas cenagosos en el Caribe colombiano
El proyecto de investigación fue socializado con comunidades de San Sebastián, Lorica; y los municipios de Momil y Purísima.
Montería, 29 de mayo de 2024. En un esfuerzo por preservar y entender mejor los ecosistemas acuáticos del Caribe colombiano, un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la Universidad de La Guajira, la Fundación Centro de Recuperación de Ecosistemas Acuáticos (Creacua) y el Instituto Nacional para la Formación Técnica Profesional (Infotep) de San Juan del Cesar, está llevando a cabo el proyecto titulado “Estrategia de Monitoreo Participativo Hidrodinámico y de Calidad del Agua a partir de la Combinación de Mediciones en Campo, Modelos Matemáticos y Geotecnologías, Aplicado a dos Ecosistemas Cenagosos del Caribe Colombiano”.
Este proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de la convocatoria 890 de 2020, se centra en los ecosistemas del complejo cenagoso del Bajo Sinú en Córdoba y la Laguna Navío Quebrado en La Guajira.
El objetivo principal del proyecto, como explica Franklin Torres Bejarano, coordinador de investigación del Departamento de Ingeniería Ambiental y director del grupo de investigación GIMESA de la Universidad de Córdoba, es “evaluar las características fisicoquímicas y ecosistémicas de dos sistemas acuáticos del Caribe colombiano mediante el monitoreo de su dinámica física, de sedimentos y calidad del agua basados en la combinación de mediciones de campo, modelos numéricos hidrodinámicos, interpretación de imágenes de satélite de uso libre y participación comunitaria para contribuir con la conservación y el uso sostenible de recursos naturales”.
El enfoque participativo del proyecto es fundamental, ya que involucra directamente a las comunidades locales en el proceso de monitoreo. Torres Bejarano señala: “La idea es integrar a las comunidades asociadas a estos dos ecosistemas acuáticos para que participen en el monitoreo de información. Nosotros, desde la parte técnica, científica y académica, utilizamos esa información para crear perfiles detallados. Esta combinación de conocimientos científicos y comunitarios es esencial para comprender y proteger estos ecosistemas”.
El equipo del proyecto incluye a profesores de la Universidad de Córdoba, cada uno aportando su especialidad. Doris Mejía Ávila trabaja en el procesamiento de imágenes satelitales; Gabriel Campo Daza se enfoca en la calidad del agua; mientras que Viviana Soto Barrera y Nabi del Socorro Pérez Vásquez lideran la valoración ecosistémica y las capacitaciones sobre Monitoreo Ambiental Participativo.
En una reciente visita a La Guajira, el equipo llevó a cabo un muestreo en la Laguna Navío Quebrado, y en los próximos días planean su primera campaña de medición y muestreo en el complejo cenagoso del Bajo Sinú. Según Torres Bejarano, “el primer año del proyecto se dedicará al muestreo en épocas seca y de lluvia. En el segundo año, analizaremos los datos recolectados para elaborar un diagnóstico detallado de estos ecosistemas”.
El proyecto también destaca por su componente hidrológico e hidráulico, donde se utilizan linnímetros instalados en el caño de Aguas Prietas y en Lorica para monitorear los niveles de agua, con la ayuda diaria de los miembros de la comunidad. “Esto nos sirve para saber cuánta agua está entrando o saliendo del complejo cenagoso, lo cual es crucial para estudiar el comportamiento hidrodinámico y de los contaminantes”, añade Torres Bejarano.
Las docentes Viviana Soto y Nabi Pérez Vásquez resaltan la importancia de la participación comunitaria. La docente Viviana Soto menciona: “En septiembre, comenzaremos las capacitaciones en Monitoreo Ambiental Participativo, dirigido a 40 miembros de asociaciones del Bajo Sinú. Esta iniciativa se replicará en La Guajira con comunidades Wayúu. Es una manera de formar líderes ambientales en estas zonas y asegurar la sostenibilidad del proyecto”.
“El resultado de la investigación estará a disposición de las comunidades y de las diferentes autoridades con el fin de que se tomen decisiones informadas en pro de la conservación y uso sostenible de estos ecosistemas”, concluye el docente unicordobés Torres Bejarano.
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