POSADA –SIBAJA: UNA SOLA FAMILIA
- mileniolarevista
- 12 ene 2024
- 4 Min. de lectura

Foto: Escenas recogidas en el velorio del finado y excelente domador de caballos: JOSÉ MANUEL SIBAJA VELÁSQUEZ: segundo de la hilera inferior, después de DOMINGA EMIGDIA, que juntos el resto de personas, semejan parecidos tanto en sus miradas, sonrisas y físicos biológicos.
La parte superior o de arriba, aparecemos Sibaja, Buelvas Posada, Sibaja Madera y Buelvas Sibaja, entre otros. Al fondo, se divisan bosquecitos, arboledas y ramales, en donde aún impregnan tiempos antiquísimos. Al lado de Sibaja Posada, está la familia Madera, también de trascendencia fenotípica.
Pero, muy lamentable, esta connotada subregión territorial, más de cinco siglos de historias encontradas, carezca de los servicios esenciales: agua tratada, energía eficiente, saneamiento básico, vías, tierras para trabajar y estructuras escolares adecuadas a la gran población.
Bastó el velorio de: José Manuel, para agrupar “los Posada y Sibaja”, en un solo ramillete humano.
Ellos partidarios del Zenú ancestral revuelto con el ocañero europeo, tejiendo una mezcla genealógica, asentada sobre el terreno de barro arcilloso, apareciendo uno tras uno. De a poquito y a montoncito, fue haciéndose el grupo humano raizal.
Los llantos explotados y los poquitos lagrimales chorreando sobre las mejillas, mostraban poco la especialidad del genotipo, hasta siendo más fuerte con los dichos y saludos por cada quien.
Los modismos característicos del andar por cada persona, marcaban el costumbrismo de los antepasados, primeros y segundos en pisar la tierra hoy, alrededor de cinco siglos amasada por otras generaciones, pero de las mismas especies de aquellos.
El cambio climático, sociocultural y sociológico, por y para nada hizo cambiar los modales antiguos penetrados sobre los territorios selváticos y boscosos. Al paso de andares, sobre diversidad territorial, veamos frondosos y maduros árboles, de avanzada edad, demuestran la llegada de sus primeros asentamientos humanos por la subregión de Tambor, Santero, Paja Vieja, El Presidio, Sitio Viejo, Buenos Aires Tofeme, Los Castillos. Ahora Santo Domingo.
El genotipo Sibaja- Posada o viceversa, referencia los dos alelos en un mismo locus determinado del genoma. Especie humana que, aparece entrelazada por núcleos familiares. Tejidos entre uno, dos, tres y hasta cinco generaciones humanas.
Son apellidos que suelen llevar el código genético (pudiendo ser distinguido al observarse el ADN). En donde el fenotipo, por su parte se registra debido la conservación de apariencia externa de su mismo organismo.
El conjunto fotográfico diseñado por MILENIO, hace denotar tal apariencia personal, si el lector acuciosamente realiza la percepción adecuada. Entonces, los apellidos Sibaja- Posada, hacen describir la presencia de dos versiones del mismo gen (una heredada de la madre y la otra del padre). ¿Cómo explicarse? Ejemplos: apellidos: Mendoza Posada, Madera Posada, Sibaja Posada, Posada, Sibaja Guerra, Hoyos Sibaja, Sibaja Madera, Aguilar Posada, Covo Posada, Sibaja Bravo, Sibaja Velásquez, Guzmán Posada, Herrera Posada, Ramos Posada, Posada Solera, Buelvas Sibaja, Buelvas Posada, Pérez Posada, Sibaja Morales, Meza Sibaja, Sibaja Burgos, Sibaja Hernández, Sibaja Martínez o Martínez Sibaja, Villalobos Posada, Pertuz Sibaja y Posada Pertuz.
De talles apellidos familiares entrelazados, uno con otros; el territorio conformado por nueve sitios veredales, registra en este año 2024, alrededor de 246 viviendas, cuyo equivalente es del 71,17% de la totalidad de 341 hogares dispersos dentro de una extensa ruralidad municipal de Chimá.
Muchísimos vástagos familiares, casados entre colores trigueños o morenos, dan fenotipos en caracteres físicos, bioquímicos y del comportamiento observado. Ejemplos, de tales mezclas, producen blancos azules o verduscos. Además, las mismas caracteristicas físicas, apuntan las narices alargadas y fileñas.
Claros ejemplos genotípicos, asentados sobre el citado territorio del municipio de Chimá en el Departamento de Córdoba con mayor especialidad. Casos que debieran tenerse muy en cuenta por el mismo Estado nacional, departamental y local, con fines de mirar progresiva y desarrolladamente sobre esa subregión.
Emparejamos esta pieza literaria, con el poema: “El Domador de caballos”, un sencillo homenaje a quien en vida se llamara: JOSÉ MANUEL SIBAJA VELÁSQUEZ, fallecido el día 9 del presente mes de enero del 2024. Dada su última morada en el cementerio municipal de Chimá, por medio de una desfile de 16 caballos al son de música de porros.
JOSE MANUEL...
Fuistes! Domador de caballos!..
Allá bajo el frondoso árbol de Guayacán,
se estaciona tu caballo negro.
Domar el potro es ordenar la fuerza
y el peso y la medida,
es abatir la vertical de fuego
y enaltecer la horizontal de agua,
poner un freno al aire, dos alas a la tierra.
José Manuel:
Fuistes! buen domador porque armonizabas las cuatro cuerdas del caballo!
(Cuatro sonidos en guerra forman el potro salvaje)
Y el que levanta las manos de músico y las pone sobre la caja del furor
puede mirar al frente a la Armonía que fue nacido recién
y en pañales de llanto.
Porque domar un potro
es como templar una guitarra.
No es tu caballo negro allá...
¿Qué forma oscura tiembla y se resuelve ahora delante de nosotros?
¿Qué gavilla de cólera recoge tu mano, domador?
(Cuatro sonidos en guerra forman el potro salvaje)
José Manuel: somos dos hombres y los un domador de caballos
Puestos en un oficio musical...
Y ese caballo negro es hermoso: su piel relampagueante como la noche, con el pulso del mar, con la graciosa turbulencia del mar: hecho a la traslación, a la batalla y a la fatiga: nuestro signo.
El caballo es hermoso como un viento
que se hicieron visible,
pero donar el viento es más hermoso
y el domador lo sabe..
José Manuel: tu nieta e hija- la niña Marina,
hoy con tu partida final,
la hemos visto regresar al silencio, oscuro y humillado,
Pero visible todavía como el oro de una realeza antigua que no sabe morir sobre su frente.
Tu nombre: Domador de caballos, aquí gira hacia el más allá.
Sin saber a dónde... Domador de caballos,
no es otra tu alabanza.
Amigo y tío:
Todos agradecemos tu honor: Domador de caballos.
Así te vimos.
Tu carrera maratónica y Veloz. Huyéndole a la sombra negra e invisible, nada que pudistes domar, algo como tú caballo negro.
Fueron días agónicos,
Enfrentado a cuatro elementos en guerra
forman el caballo salvaje.
Ese que se convirtió en tu muerte.
Tío, José Manuel… ¡Adiós!
Análisis Sociológico: Hugo Buelvas Posada: Director REVISTA MILENIO.
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