VISIÓN PERIODISTICA: Hugo Buelvas Posada- Enero 2 de 2023
La expresión de cualquier palabra en el fandango que es un baile musical folclórico, cobra su validez originaria de la costa Caribe colombiana. “Folclore oral”, ese que desde 1870, se viene escuchando a viva voz, al son de la música del porro en la actividad humana, del pueblo Mateo Gómez; pedacito de tierra ubicada entre arboleda y ahora un algo de globo de agua; siendo por millares de años el caudaloso Río Sinú.
Tan solo pocas horas vividas la primera noche de enero de 2023, nos bastó para adentrarnos en lo posible en la palabra, tal como escribir o narrar poemas, poesías y coplas, donde niños, adolescentes y jóvenes vistos en el momento mismo, haciendo parte del rol de bailadores, al lado del adulto, pero sin contarse esta vez con adultos mayores o ancianos recorriendo con sus manojos de velas prendidas el redondel del fandango mateogomero. Por cierto, hecho tradicional de los fines y comienzos de cada año.
Anoche primero de enero de 2023, bien se pudo apreciar alguna especie del “modernismo” contemporáneo, tratarse de una corriente artística literaria, esa que a través del baile del fandango mateogomero suele exhibirse en una renovación creativa, basada en su modo de ejecutar el bailoteo, al percibirse un sube y baja o retroceder al mismo tiempo del montón de gentes moviendo sus cuerpos al son del porro palitiao, la algarabía y el colorido de la palabra con el clásico guapurreó montuno.
El folclore mateogomero es identificado en el baile del fandango, por el hecho se ocurrir mezclas culturas. Siendo conveniente en este aspecto, llegar a comprender las identidades de los tipos de personas bailarinas, mediante sus gestos y manifestaciones, aparecidas en los modos de expresarse y de vestir. En unos de pronto, hasta el mismo ejecutor del baile, revertido de calor musical y efectos del trago de ron o de cerveza, pasa inadvertido el momento festivo; pero esa es parte de la Sociología rural del folclore matizado por el fandango.
Tradicionalmente el baile del fandango “sinuano” muy diferente al de las “sabanas”, incluso del “San Jorge cordobés”, es danzado, ese que no se vio por ejemplo, la primera noche de enero de 2023 en la plaza de Mateo Gómez. En cambio, el auténtico habitante pelayero si es experto bailador del fandango. El ambiente panorámico de anoche primero de enero percibido en el redondel del fandango mateogomero, claramente dice “ninguna pareja sabe ejecutarlo”. Aunque si representaba el folclore dada la variedad de los vestidos personales.
El fandango amenizado con música de viento, venido siendo realizado en el pueblo de Mateo Gómez entre tres lugares diferentes, dada de manera oficial desde 1880, llegando hoy en día 1 sus 143 años de una historia vivida por alrededor de siete generaciones humanas. Hoy por ejemplo, las actuales generaciones. No obstante, faltar muchas cosas que puedan completar el auténtico folclore local. Cobra recobrar el tradicional “foco de mano”, elemento desaparecido para estos nuevos festejos. Dentro de algunas costumbres, se pudo ver que, gentes de sitio Calle Las Flores, para dirigirse la plaza tomaban una misma ruta. Observando en pleno fandango, la escasez de la vela encendida.
En todo caso, para el auténtico mateogomero, los fandangos son la única expresión festiva, habiendo gentes solo bailar en estos espacios al año. Existiendo la oportunidad de ser la única diversión sana para todo el conglomerado social. Siendo Mateo Gómez, una comunidad humana asentada sobre un espacio geográfico adecuado, entre dos ciudades: Montería y Cereté. Faltando sí, su desarrollo humano, pese registrar una excelente ubicación topográfica en el lineamiento de sus calles, hoy por supuesto, casas o viviendas adecuadamente al buen vivir de sus habitantes. Pero, muy lamentable, carece absolutamente de su sistema de alcantarillado sanitario, y con un servicio pésimo y deficiente de acueducto.
Bastante conveniente, describir aquí, recobrar el oficio cultural del Bollo Limpio, para junto con estos eventos festivos aunque anualmente, ya con sus servicios eficientes de acueducto y alcantarillado, pero necesariamente poseyendo coberturas óptimas, con fines de conservar el contexto de “Pueblo de la Historia” dentro de la misma dimensión social del Departamento de Córdoba.
Pues, convencidos: lo de bailar fandangos cada año, resulta una terapia saludable y recreativa para la sociedad mateogomera.
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