Hace buen rato, el servicio “caro” de acueducto en Montería, viene sufriendo suspensiones durante ocho horas continuas por las noches; afectando a miles de usuarios habitantes de sectores urbanos. Hasta que, hoy jueves 27 de octubre, hemos conocido protestas ciudadanas, ante tal situación de emergencia, solicitando a la empresa de capital extranjero “Veolia”, una urgente solución al problema planteado.
Lo grave: “Veolia informa en escueto comunicado público, la razón de las bajas presiones en el sistema de acueducto, con la exceso de turbidez del agua proveniente del Río Sinú”. Agrega,” por las intensas lluvias, viendo la obligación en disminuir el caudal de tratamiento”, es decir, de la única y bastante obsoleta “planta de tratamiento” ubicada sobre el sitio Sierra Chiquita, al sur de la ciudad.
Esa misma situación grave, la asociamos con ciertas falsedades, debido a que, pese informarse de una “agua turbia”, los grifos han venido suministrando agua de color claro y transparente, nada de turbiedad.
Entonces, esta situación mantiene en honda preocupación, tanto a usuarios conscientes como ambientalistas locales. Sería por, ¿“mal procedimiento en la planta de tratamiento”? Todo es factible. Faltando explicaciones razonables de parte de los técnicos de Veolia. Porque, mentirle a una gran ciudadanía, en este caso, los más de 125 mil usuarios del sistema de acueducto o agua y saneamiento básico, consiste en “errores garrafales”.
ASALTAN DUDAS, ¿POR QUÉ?
Primero: la capacidad poblacional y geométrica de la urbe municipal de Montería, en estos momentos del siglo 21, ya han desbordado consecuencias conflictivas en el devenir de la evolución en su sociedad. Razón por ella, una ciudad de aproximadamente 600 mil habitantes, distribuidos o ubicados en 207 barrios, más sitios semirurales, urge de por lo menos, tres casetas o plantas sectorizadas para el tratamiento de agua, pero con óptimas potencialidades, no como el actual y caduco sistema.
El análisis medioambiental, claramente nos dice: “la turbiedad o turbidez de las aguas de ríos, no son por lluvias. De los tantos parámetros influyentes en la turbidez del agua, destaquemos solo unos cuantos, razones por las que, el Río Sinú fluye agua color amarillo o turbia. Hace muchos años, de manera diaria, viene arrastrando entre 230 y 240 toneladas de desechos sólidos, lo cual, su alta contaminación al hallarse deforestado, lo mantienen en 226 puntos erosivos. “SEDIMENTOS PROCEDENTES DE LA EROSIÓN – SEDIMENTOS RESUSPENDIDOS DEL FONDO (FRECUENTEMENTE REVUELTOS POR PECES QUE SE ALIMENTAN POR LOS FONDOS COMO LA CARPA). DESCARGAS DE AFLUENTES (es decir caños y ciénagas que vierten al río). Aunque, el suelo de la ciudad de Montería, carece de hidráulica, trayendo consigo, problemas de escorrentía urbana.
“La turbidez del agua no tiene un impacto estético negativo para el consumidor, siendo la turbiedad también un indicativo de una mayor probalidad de contaminación microbiológica y por componentes tóxicos, que se adhieren a la materia dispersa en el agua”. (Fuente bibliográfica. “Higieneambiental del Caribe S.A. E.S.P, Cartagena de Indias).
Resulta que esta situación, inherente con el problema medioambiental, en la turbidez del agua salida del Río Sinú, exige de la empresa Veolia, una responsabilidad de aclarar públicamente con mayores argumentos. Es labor de control a este pésimo y nulo servicio en las horas de la noche, debe darse por parte del Concejo Municipal de Montería y en el mismo sentido, al alcalde, le cabe la responsabilidad de asegurar el servicio de acueducto, pues si bien éste viene siendo prestado por Veolia bajo la figura de concesión, la obligación sigue residiendo en el burgomaestre.
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