Foto: Registro últimas elecciones territoriales, Departamento de Córdoba, gráfica correspondiente a puestos urbanos de la ciudad de Montería, día domingo 29 de octubre de 2023.
Transcurridas las elecciones del 29 de octubre, en lo atinente al Departamento de Córdoba, tomando referencias solo para la gobernación. El Consejo Editorial MILENIO, se dio a la tarea realizar un trabajo sociológico y socio geopolítico, con la única finalidad de llegar a comprender el estado de la “Consciencia Ciudadana”.
Trabajo hecho a pulso puro, darse la pela de escudriñar personal y via telefónica series de consultas en las 30 cabeceras y algunos principales corregimientos de igual número de municipios territoriales. Claro está, partiendo de que, todos los cinco candidatos a la gobernación. Avalados por el Consejo Nacional Electoral- CNE – desconociendo lo del “Partidismo Tradicional”, cambiado por apodos a movimientos validados.
El esquema de sondeo, aparece registrado en la totalidad de 685 personas mayores de edad, habiendo sufragantes y autodenominados “capitanes” o “pregoneros”. Tomado de referencia el censo oficial del domingo 29 de octubre, contabilizado en 1’357.221 personas habilitadas para votar en el territorio cordobés. Tarea dada en virtud de ver las grandes diferencias entre uno aspirante y otro.
Claro, sin dudar siquiera el permeable vicio de la corrupción por la comercialización o compra venta del voto, como un derecho universal sagrado. Culturización dada en toda la geografía territorial colombiana. No obstante el querer del Periodismo MILENIO era ir más allá de esa pandemia perversa. Es decir, consiguiendo la sociología misma del elector ciudadano.
De ese potencial electoral, solo por los cinco candidatos a gobernador, fueron sufragados 871.635 votantes, equivaliendo al 72.24% del global. Pues entonces, el análisis se precisa de las formalidades sociológicas de cada actor votante de acuerdo al modo seductivo empleado sea por cada campaña electorera, de manera independiente o del aspirante, entre otros.
La tarea investigativa, pese no cubrirse la totalidad geográfica regional, deja muchas incógnitas que registran el mal procedimiento enquistado hace más de dos siglos en un caduco sistema electoral nacional, no obstante algunos asomos reformistas.
A manera generalizada por el sistema “engañoso” “seductivo” y “decisivo” del ciudadano votante, los comicios eleccionarios del domingo 29, dejan muchas sorpresas de cómo actúa el individuo en unos eventos en que, la “libertad” y la “democracia” se convierten en “oscuridad invisible”.
Muy o demasiado gravísimo, cifrar porcentualmente el 72,24% del total votante por los cinco candidatos a gobernador. Sentido no ser considerado el tan solo 3,49% poseedor de una “consciencia” ciudadana. Siendo la propuesta de fomentar la participación ciudadana a partir de la formación de liderazgo junto a unas actitudes éticas y políticas ser suficientes en torno de promover la “Justicia Social”, la “Soberanía popular y consecuentemente y el Desarrollo de la Democracia”.
Entre tanto, lo subsiguiente si emana arraigos correlativos a tal espectro coyuntural digno de considerar a la medida en torno de cualquier acción ciudadana. El problema entonces gira de la siguiente manera:
Pues a las preguntas: ¿Usted votó convencido? El 48,86% dijo no. ¿Usted conoció el candidato por quién sufrago? No, entre veces, el 58,65%. Mientras que si lo conoció, el 18,89%.
Entonces el razonamiento deductivo o deducción nos está indicando, lo pueril de la consciencia ciudadana, corroborando lo que hemos venido trajinando tiempo atrás. Córdoba, pudiendo ser aparte, un departamento escaso de Justicia Social. A ello, se agrega también la falta de “Justicia Ambiental”. Interpretando el elocuente discurso de un candidato a gobernador en tales sentidos.
La conciencia ciudadana cordobesa, se mide entonces, de la manera como el ciudadano sea quien sea, viene sufragando a las “ciegas”. Muy parecido a la firma del texto de ponencia al proyecto de Ley 9 por el cual fue creado el Departamento de Córdoba. En que, concejales provincianos del Sinú, al tanteo de las madrugadas, llegando emisarios de Remberto Burgos Puche, ya acostados, eran sorprendidos para estampar sus firmas garabatadas.
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