El fenómeno de la Deforestación de bosques concretamente en el hoy Departamento de Córdoba, antiguo territorio Zenú, procede desde los tiempos coloniales, además por acciones de franceses y compañías inglesas y estadounidenses. Prácticamente similar a la de muchas regiones del interior y sur colombiano. Caso específico el Trapecio Amazónico.
El drástico anuncio de la Ministra del Ambiente Susana Muhamad, de proponerse el gobierno nacional de un solo tajo, al año 2026, de reforestar la cantidad de 750 mil hectáreas incluyendo el revolucionario plan de siembra de árboles, constituye un alto desafió de mitigar el Cambio Climático, sobrepasando propuestas inciertas del anterior mandato anunciadas en unas 64 mil hectáreas de tierra anualmente hasta 2030.
La anunciada estrategia se centra en un ambicioso programa ecológico en reducir la alta tasa deforestada, el abandono de los combustibles fósiles y una mayor protección de los recursos hídricos. Objetivos claros de pasar de una meta estatal de 120 mil hectáreas restauradas o rehabilitadas en la fase de los cuatro años contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo PND, donde el proyecto cursa en ambas cámaras legislativas con una inversión en la franja “Justicia Ambiental- Adquisición Sostenible- Adaptación y Mitigación al Cambio Climático- Gestión del Agua”, que identifica el eje temático de la propuesta presentada por la Mesa Departamental de Córdoba, se destinan 28 Billones de pesos para los cuatro años.
De igual manera el PND contempla US$ 250.000 millones de dólares en que se detalla el gasto en los sectores sociales y medioambientales. Este paquete del rango medioambiental proyectado por el Gobierno Central, procura alcanzar la reducción de los efectos deforestados menos ambicioso que las 100 mil hectáreas anuales para 2025 que previamente el país acordó con Alemania, Noruega y el Reino Unido en 2019.
LEYES VIGENTES PERO ESCONIDAS
“Colombia país de leyes”, es solo un término inusual, cuando tanto gobiernos como los organismos de control, sobre todo, en el problema medioambiental es patético guardarse en los anales. Es práctico recordar en 1940 los representantes de casi todos los países de Suramérica suscribieron en la ciudad de Washington, bajo los auspicios de la Unión Panamericana, “Convención sobre la protección de la naturaleza y la conservación de la fauna silvestre con el hemisferio occidental”, que constituye un enfoque pionero a escala internacional relativo a una política de conservación.
En el evento la denominación parque nacional se restringió solamente el aire establecido como el fin de proteger y prevenir escenarios superlativos, flora y fauna de trascendencia nacional para el público en general lo disfrute y pueda beneficiarse si es puesto bajo control público. Caso específico de ejemplo, Parque Nacional del Paramillo 460 mil hectáreas entre los departamentos de Antioquia y Córdoba.
También aparece el convenio 169 de la OIT de 1989 aprobado por la Ley 28 de 1991 (CPC), contempla en sus artículos 13 y 19 la participación indígena en la administración, el uso y la comercialización de los recursos naturales. Esta normatividad, entendemos parece no estarse aplicando por la Justicia Ambiental en el caso de la protección y conservación de la naturaleza, por cuanto, las tribus indígenas han sido y siguen siendo desplazadas de sus mismas comunidades. Lugares ocupados por las Mafias traficantes y explotadoras de las reservas maderables.
Al entrarnos en la selva altosinuana, es conocer las maneras de la extracción maderera, puesto que se hace a través de la motosierra para la corta y escuadra, bestias para el arreo de las trocas desde los sitios de corte en los bosques tupidos y de climas variados que tropezamos a las corrientes de agua, sobre los afluentes de la Cuenca Alta del Río Sinú, y, por los mismos hasta los depósitos en el poblado destinado.
El anuncio hecho por Susana Muhamad, de recuperar en estos cuatro años 750 mil hectáreas en reforestación, nos hizo tentar y tomar rumbo a la parte sur del Departamento de Córdoba, que con datos en manos del sistema de monitoreo de bosques y deforestación del IDEAM, confirma que solo el año 2020, en el territorio departamental de Córdoba fueron deforestadas 2.121 hectáreas de bosques del total de 1.428 parte de la zona del Nudo de Paramillo.
El recorrido nos hizo conocer que las mismas afectaciones son concentradas sobre el área suroccidental cordobés, jurisdicción municipal de Tierralta sitios o veredas Chispa, Florida, Ceniza, Cascajal, lugares de la ruralidad sedienta que el agua es tonada de riachuelos. Pues entonces en el territorio de Tierralta, a donde los gobernantes y politiqueros no se asoman, el 2,3% del total de la zona del Parque Nacional de Paramillo, de 1.438 hectáreas suelen concentrarse. Siendo al mismo tiempo la cobertura deforestada en el Caribe colombiano.
Hoy el periodismo MILENIO, único en arañar este complejo caso medioambiental, obtiene hechos noticiosos concretos, de que, en el área del Parque Paramillo, el ecosistema de su bosque tropical que constituye mayor variedad de fauna y flora, aparece internada aquí al sur cordobés de la zona norte suramericana. Creerse que ningún gobierno nacional podría conocer.
Pueda entonces que, representantes y senadores por el territorio de Córdoba (especial Marco Daniel), logren percatarse de las magnitudes del PND y en especial del aspecto Medioambiental, y como siempre enemigos del desarrollo regional, sean incapaces de negar el proyecto. Cuando ellos, en conjunto desconocen que es legislar.
Recordarse ahora, la época del apogeo de las dos guerras del Sinú, el latifundismo y propiedad surgida sobre la tierra, partiendo del ingenio azucarero de Berástegui, se utiliza el encadenamiento de peones sobre todas las riberas del medio y alto Sinú ( fuente Fals Borda) en plenitud del esclavismo Sinuano. Entonces, el Periodismo Ambiental MILENIO, confía en el Eje Temático: “Justicia Ambiental- Adquisición Sostenible- Adaptación y Mitigación al Cambio Climático- Gestión del Agua”, Que además cuando el PND se encamina a US$ 250.000 millones de dólares en que se detalla el gasto en los sectores sociales y medioambientales. En donde aparece el Dragado del Río Sinú, producto solo de la Mesa Departamental Ambiental de la que enorgullece la Dirección de nuestra revista.
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