FOTO: Momentos de asombros, entre el terror exhibido por el habitante del sitio “Bocas del Manso”, en esta reproducción fotográfica MILENIO, reversan “negros y escabrosos” pasajes de la oleada violenta reiterada sobre la humanidad del Alto Sinú, donde las balas han sonado, acribillando a centenares de gentes, hasta sin saber las causas de “las guerras”.
CAPÍTULO II
Los rayos solares golpeaban el entorno familiar, en que, un insecto parecido a grillo se posaba sobre una flor roja, al centro de la escuela veredal. El calor era penetrante y la sed se agrandaba.
Eran casi las horas del mediodía. Socorrito, una niña de escasos siete años, miraba el reloj del tío Augusto, persuadiendo el horario. Arriba el cielo despejaba cualquier amago de nubarrones.
El ambiente vivido por gentes de El Manso, parecía un festín bucólico, marcando el lugar en su entorno campestre o rústico. Espacio que, la bulla humana copaba características del arte bucólico entonando la presentación de la paz propia de la comunidad campestre, pareciendo una pesadilla soñada.
La camaradería familiar cada minuto que el celular de Augusto giraba, Socorrito exhibía desasosiego, invitándola a dar impulsos fuertes y estallar en gritos.
Todo ese espacio geográfico generaba algún tinte de zozobra, pero, entre algunos mayores de edad. De pronto, se aparece por los lados opuestos a los rayos solares un “pelotón” de hombres uniformados y armados de fusiles y pistolas cortas.
El gentío, de más de sesenta personas, entre hombres, mujeres, niños, adolescentes y bebés de brazos; enmudeció por fracción de segundos. Atónitos se miraban, unos a los otros. “Tomasa”, mujer de temple y rigor, acumula momentos en que, uno de los uniformados, pasándose pertenecer al frente antiguo de las FARC, operando años y años por el área, se envalentona encima de la mujer.
“¿Usted quién es? Sonó la voz femenina. El sujeto, corpulento, protegida su cabeza con un casco de combates, alza la voz: “Pertenezco a la guerrilla. Todos los somos”. La dama, cabizbaja y un poco temerosa, se rueda al costado. Enseguida el resto del pelotón uniformados y rostros tapados, se avalancha al tumulto, generando intimaciones y sembrando terror generalizado.
La mujer,” Tomasa”, campechana y labriega que, los ratos libres los dedica a tejer, fue quien hizo frente al pelotón de supuestos sediciosos de las FARC. En su airada discusión con el corpulento uniformado, es sujetada por adultos y jóvenes, entre infantes se le introducen a sus polleras, pegando gritos. Tal vez, retratando aquellos cuadros de sangre en que, guerrilleros tras abusar sexualmente de niñas, asesinaban a sus padres. (Testimonios de vecinos, vereda El Manso).
(Ahora imágenes y voces extraídas del video grabado en celular). Entre los instantes relevantes, que Tomasa protagoniza con el “saca pecho camuflado”, se deshoja de la siguiente manera:
Foto: ¿Por qué le apuntas a nuestro hijo”, expresa la madre angustiada con su bebé en brazos, atemorizada por el intento del “militar” camuflado de guerrillero. Durante la nueva “pesadilla de las balas” contra la población humana de “Bocas del Manso”, zona Alta del Sinú. (Imágenes reproducidas MILENIO).
(Voz de Tomasa): ¿Quién es usted que no se identifica?.... ¡hable!..
(Voz y actitud del camuflado)…”Somos armados, ¿por qué? Instante de acalorada disputa verbal, entre la mujer y el sujeto: otro, pero de menos edad también camuflado, apuntaba la punta de su fusil en dirección de la Dama y una menor.
La discusión sube de tonos, Tomasa y el armado. “De hecho, se enciende la gritería alarmada del tumulto de vecinos veredales. En cruces de palabras, se logra entenderse:..¡Pero quienes son ustedes..! Grábenlos. Ya están grabados. Están cogidos”… afirmaba la colectividad de los poblanos.
Prosigue el forcejeo: Tomasa con el armado: La mujer, alzaba su voz: “Deme”, dispare. Pero no se distingue…No se identifican… El armado bajaba su tono de voz, pero más fuerte: “Qué le importa”…venimos y aquí estamos…”
Ese momento acalorado, en que, el grupo de supuestos guerrillos, caminaban a menudito por los alrededores, pero con sus fusiles en alto y siempre apuntados contra la vecindad. Dentro de la misma comunidad, se escuchan voces: Tomasa afirmaba: “Creía intimidarme, cuando yo le vi la pistola descargada”. Otros compañeros expresaban: “Ellos no son ningunos guerrilleros. Nos parecen soldados camuflados”…
Incógnitas asaltan por doquier, sobre todo, al cubrirse hechos de la “guerra”. Tal como se registra en el video grabado por habitantes del sitio “Bocas del Manso”. Poder llegar a comprobar o confirmar, de dónde salieron las órdenes, para que unos 24 soldados, al mando de un Teniente adscritos al Batallón Junín, de la Brigada 11, penetraran al sitio mencionado y abusar de la tranquilidad de sus asentados.
Pues, la frase expresada por los camuflados y la confesión de los veredales:” Que nosotros estábamos acostumbrados a hacer lo que quisiéramos, pero que ellos llegaban a mandar (…) haciéndose pasar por guerrilleros, pero pertenecían al Ejército y llegaron vestidos de otra forma (…) Nos sentimos amenazados por el Estado y por el Ejército, sin tener protección alguna”. Versión de José María a representantes de la Procuraduría.
Tan solo este trocito literario en que, soldados disfrazados de guerrilleros intimidan pobladores del sitio “Bocas del Manso”. Muestran el largo vivir de las “Guerras” del Sinú. Hechos antiquísimos, en que, el gamonalismo tradicional partidista; genera olas de violencias contra pobladores labriegos de regiones boscosas de la zona alta de la cuenca hidrográfica del Sinú.
Donde, el reciente caso de Bocas del Manso, señalan las “Barbaries”, aún incalculables de su historia. El “Departamento Córdoba”, reafirma pues, una región golpeada por la violencia en donde los actores armados, han sido, entre otros, los despojadores a las comunidades étnicas y de campesinos mestizos.
LA MAGIA DEL CELULAR
“Celular”, medio de comunicación, muy distintivo e indiscreto, en relación con tiempos de antes, donde por esta misma región Bocas del Manso, entre vecindades aunque cercanas, unas y otras, la comunicación hasta retardada se hacía mediante el agua, caminitos curvados y rectangulares.
Esta vez, la odisea hostigada por los hombres armados, de rostros cubiertos, sus voces corajudas de mandos, se redujeron a pequeñeces, dada la “magia del celular”, que años después de la invención de “Join Facebook”, la evolución del habitante “montañero montuno” del sitio Bocas del Manso, logra efectuar cizañas que delatan el mal proceder del enemigo del momento: representado en el pelotón de militares camuflados de guerrilleros disidentes de las FARC.
¿Cómo mirarse hoy, sus rostros, unos y otros militares retirados e investigados por hostigamientos? Expulsados de las filas del ejército nacional. Entre los que aparecen: Oficiales de alto rango, suboficiales y soldados profesionales. Un total de 18 miembros. Estando la cabeza visible del comandante de la Brigada 11 sede Montería: Coronel José Edilberto Lesnez y el Sargento Mayor del Comando Juvenal Machecha. Sin embargo, un sargento confirmó en versión a funcionarios de control estatal, había sido quien ordenó al pelotón, disfrazarse de guerrilleros disidentes de las FARC.
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