Foto: Secuencia de imágenes fotográficas exhibiendo diversos sectores de Montería, ocupados por peatones ( de a pie o en bicicletas), andando libremente, pero de modo reducido a los de otros diciembre; debido al extremo calor que, por efectos del Fenómeno del Niño, ha comenzado a golpear al monteriano tradicional.
“Vainas, con este sol y calor, ni para el putas salir al centro”. Es la expresión característica de grupos de habitantes de Montería, escuchadas a diario en los cuatro puntos cardinales geográficos de la urbe capitalina.
Son las consecuencias del azote o el efecto del “Fenómeno natural El Niño” que, este diciembre del 2023, ha obligado a la humanidad cambiar de hábitos tradicionales.
Un trabajo investigativo adelantado por MILENIO, entre centenares de hogares de diversos sitios geográficos de Montería, consultando personas que, tradicionalmente en épocas navideñas salen al centro de a pie o en bicicletas; bien sea a pasear o hacer sus compras, por las mañanas, al mediodía o las tardes; la gran mayoría en este año 2023, han parado los vaivenes debido al “extremo calor”, sobre todo, en virtud de efectuarse el fenómeno del Niño.
Aquella muchedumbre de gentío caminando de a pie y en bicicletas sobre los andenes de las calles. Atravesando cuadras y carreras, así como peatonales, tanto del Puente Metálico, viniendo del sur, el occidente, el oriente y demás sectores; hoy se nota disminuida.
El reducido grupo de peatones en esencia, de acuerdo la investigación periodística es sorprendente. Si para la misma época decembrina, tiempos de las “velitas”, copando todos los frentes del territorio urbano, llegaban a diversos lugares del centro alrededor de mil 164 personas; de a pie y en bicicletas, esta vez, la reducción es bajísima marcando unos 648 de manera aproximada.
Feliciano Arrieta, carretillero tradicional, que años atrás los “mediodías decembrinos”, cruzaba el Puente Metálico, rodando su aparato lleno de combustibles, hoy, se le escucha decir: “Ni de funda carajo me atrevo hacerlo”.
Igualmente, se nota entre los monterianos “bicicleteros”. Recordar los años 60, en que, por las calles de Montería zumbaba el viento de la bicicleta. Transporte manual que, para los tiempos presentes, bajan considerablemente, sea por efectos del clima, el mototaxismo o el tránsito automotor.
Lo ideal sería existir zonas boscosas repletas de árboles, parecidas a la Ronda del Sinú, por diversas partes urbanas de la ciudad capital. Pero, tanto las últimas administraciones municipales, las juntas de acción comunal y las JAL (Juntas Administradoras Locales), han venido desconociendo asuntos de “Educación Ambiental”, con propósitos de proteger tanto al andante de a pie o en bicicleta.
Esta es una de las tantas tareas que le vienen al nuevo alcalde Hugo Kerguelén García, quien hasta el momento ha dicho iniciar trabajos comunales a través de los parques de la ciudad. En cuanto a bosques, se notan diversos espacios por el barrio La Granja, pero de manera solitarios sin que, sean mantenidos a través de acciones municipales.
Montería es una ciudad “deforestada” sobre un alto porcentaje, situación contraria a las disposiciones del Ministerio de Ambiente en lo relacionado con el sistema de arborización. Nuestra capital carece en la actualidad de dos millones de “árboles maduros” que en mínimo oxigenen cuatro personas de cada hogar monteriano.
Al “oído” del entrante alcalde Kerguelén, se le sugiere crear la Secretaría del Ambiente Municipal, donde sea posible suprimir una existente. Ya la categorización de la ciudad, poseyendo conflictividades medioambientales elevadas, es necesario ir sustituyendo las funciones que poco presta la Corporación Autónoma Regional de los Valles Sinú y San Jorge.
A lo largo y ancho de la ciudad, suelen verse plantío de árboles no aptos para garantizar el Medio Ambiente. Entre otros, hasta sectores cubiertos de palmeras contraponiéndose al fenómeno del Cambio Climático.
Ambientalmente, Montería ciudad capital por su estado de clima cálido tropical, es para permanecer sus calles y avenidas cubiertas de árboles tales como: “Plumería”, “Madroño”, “Pomarrosa” y “Carbonero” entre muchos. Este último se percibe muy poco, al igual que el Roble.
Entre tanto, la arborización sobre las terrazas de viviendas residenciales es de otras clases y dimensiones. Habiendo la necesidad de clasificaciones.
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