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EL URIBE EN CUERPO AJENO: CAPÍTULO III

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El hombre de ayer,  al de hoy y al mañana. Ahora, es Local destinado a reclusión de un preso,   que  sus poderes le cegaron conocer el  peso de la JUSTICIA.

 

ALVARO URIBE VÉLEZ,  aquí, está recluido por la  Pena de 12 años de privación de la  libertad.

 

Adaptarse a otros mundos,  pero,   en  cuerpo  ajeno.  No siendo el  mismo limbo del  Poder y Sainetes, disfrutando de las  vidas aireadas por  los  vientos  encontrados.

 

ANÁLISIS  SOCIO POLÍTICO: HUGO  MIGUEL BUELVAS POSADA

 

El cuerpo humano cabe en cualquier parte. ¡Una aguja en un dedal! Son entre muchas, cosas de mundos en que se ubica el  hombre. No es bueno que el hombre se crea igual a las bestias…

 

No (que crea que si es igual) a los ángeles ni que ignore lo uno y lo otro, sino que sepa lo uno y lo otro. Razones que apuntan  el vivir a partir de ahora, en mundos desconocidos.  Por lógica, son apenas minucias de Alvaro Uribe Vélez, mirando algunos extraños universos, hasta sentirse incómodo.

 

Conocía pero, desobedecía  la Justicia.  Tal don justo divino que lo mantiene aislado socialmente.  Inexplicablemente, ha comenzado por ir sabiendo su precio, el incierto e inseguro.  Que no era hallarse libre. Usando habla débil y baja, fingirle al mundo humano, como si fuese un párvulo, brotado de las Escombreras, El Aro o  la Guacharaca.

 

El pequeño de sombrero aguadeño, mandón, furioso. Comienza ser otro. Su libertad es ahí, a su lado, moverse todo el cuerpo, sin  avanzar los pasos de trote.

 

! Oiga ¡ ¿ El orgullo confiesa todas las miserias? O las oculta, o, la descubre. Antes se vanagloriaba de conocerlas y ejecutar. Comprenda, la sombra negra que lo cegaba, es la Celda que lo comienza aturdir,  le arrebata el orgullo, en medio de sus mismos errores.

 

La sombra negra, le hace conocer de lleno la vanidad del Poder. El que se le ha escapado de las manos, junto al castillo del imperio. Claras enseñanzas de considerar las causas y los efectos del amor mentiroso de la Patria incendiada  por sus actos.

 

Las imperfecciones, le  aparecen de otro lado. La Condena. Espectro que le venía minando su interior. Muchas manera de reconocerlo recluido en refugio custodiado por los mismos suyos.

 

El glorioso 7 de agosto, otros caminaron por ti. Pero desde latitudes adversas, más bien. Por cobardía. Son imprecisiones y los vicios que su  interior tiene, muy posible lo  hagan entuerto.

 

No equivocarse, la vida le conlleva  soslayar los sentimientos que le  nacieron  en otro corazón que estuviera  lleno de equidad y de Justicia. Dos razones de que siempre se ha  equivocado.

 

Hoy, eres un disfraz más  de la  hipocresía, enlodada en  una sociedad ensangrentada.  Los desfiles de paisas andando por los  rieles de las trochas selváticas, supuran clamores de hablas de la osamenta. Son más que  máscaras.

 

Claras culpas de aquella  soberbia potencial y enemiga de la razón.

 

 

 
 
 

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