top of page

FELIX: EL MUCHACHO DE LAS “COSAS”

ree

A su retiro de  las enseñanzas de Ciencias del Derecho, de la Universidad Nacional, FÉLIX FRANCISCO HOYOS LEMUS, el mismos de las  Cosas. Abogado, folklorista, escritor, conferenciante, musicólogo y compositor arreglista.


CRÓNICA:  HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA

 

Perfilar  la fisonomía evolutiva del ser, es entretejer “cosas”, en busca de clarificar algo. Pinchorroy, uno de los primeros caciques de Chimá, en tiempos de empates con el Holoceno, al andar por las aguas cenagosas, siempre usaba ese término.  


Alguien nos obsequia una foto perteneciente a: FELIX FRANCISCO HOYOS LEMUS, “El  Felato de la risa y  el saludo cordial.


Para Aristóteles, “las cosas”,  aquello que las define fundamentalmente, lo que  las hace ser lo que son y no otra cosa, expresado  como “to ti en einal” (lo que es ser) y reside en la forma (la estructura o naturaleza interna) que se une a la materia para constituir una sustancia individual. Siendo la  definición universal que explica la naturaleza de un ser, diferente de sus características accidentales (color, tamaño), que pueden cambiar.


De Félix Francisco, ojear el retrato, tomado por fotógrafo empírico, en cualquier lugar del Planeta, imagina su  esencia “¿Qué es esto?” y es lo inmutable que permanece a su vista, igual que sus pedazos de abarcas tres punta, pese a los cambios accidentales (como crecer o cambiar de color).


Fijar el retrato juvenil de Félix, su cada cosa caracterizada fenotípicamente es una unión de materia (de lo que está hecha) y forma (su esencia, lo que la hace ser una cosa específica, como  la “humanidad” en un hombre).


La textura corporal y psíquica de Felato, hombre de la  “mochilita colgante”,  se convierte en oesencia, o  forma, se considera la “sustancia  segunda”, que  le hace definir a la “sustancia primera” (el individuo concreto, como este hombre), nacido en  el otro pueblo de los Zenú.

Será que Félix tiene forma de martillo? En lo práctico, la esencia de  un martillo no es su color ni el  material de su mango. (Dichos chimaleros: “afirma el mango del martillo al clavo”).

 

Por allá en el otro siglo, el viejo  Ángel María Hoyos Oliveros, papá de Félix,  enganchaba  los clavos  en  los  horcones  retorcidos de Matarratones. En los tiempos del  Chimá de las cosas de “mazamorra de maíz chorote”.


Hoy, viendo los andares de Félix por las calles de suelo humedecido de Bogotá, de vestimenta transformada  en  el Rolo de Ruanas,  es una esencia diferente a sus andanzas por  su  natal  Chimá. Casos que la esencia se distingue de los accidentes. Que  son caracteristicas cambiante, igual   que  su  dialéctica (como el color o el tamaño) sin que la cosa deje de ser lo  que es su núcleo.


Pero,  el Félix de Bogotá  o del suelo de “La Escuela” ateniense, pisada hace poco, por el  chimalero de la  mochilita, en  que,  lagrimaba  a chorritos, es el  mismo  muchacho de las cosas.

 
 
 

Comentarios


bottom of page