Foto: La pareja más pareja: excelencia de esposos: JORGE HELÍ GUERRERO TRUJILLO y ROSARIO BUELVAS, dos seres inmortalizados en el amor y cariño del romance caribeño.
Son estandartes de reconocido y merecido homenaje ofrecido por el Consejo Editorial MILENIO 2024.
Arrancar un viaje acelerado, sin pasarse la peinilla por la cabeza; ni saborear el bollo de mazorca, olvidarse infinidades de cositas, permisibles en el claustro de la universidad; salir de la casa tropezando vientos, abordar el bus de palo, tomando rumbos oscuros y escabrosos; fueron los primeros actos en la Barranquilla de los 60 que, experimentó JORGE HELÍ GUERRERO TRUJILLO; con fines intencionales de llegar a la Montería de esa misma época.
“Guerrero Trujillo” quien se auto identifica un “trepa que sube”, hombre de humor vacile, estilo currambero, pese su nacimiento en Convención (Santander), pueblo de arduos enfrentamientos partidistas; al hoy siglo 21, sus risotadas permean con mayor textura vocal. Registra todo un anecdotario por contarse ante la sociedad actual.
Jorge Helí, recién graduado en Economía, de la Universidad del Atlántico, su primera chambita le sale para la entonces Montería del “Robosinuanismo”. Cuidad donde debía efectuar sus primeras prácticas. Algo para Ripley, traer la misión de introducirse al mundo primario del profesorado de la novicia Universidad de Córdoba.
En el trayecto del viaje, logra cambiar de muchos pañuelos olorosos a perfume de tienda, tras el intenso polvorín colado sobre el ventanal del bus de escalera. Su maleta de cuero, bastante pesadita, la portada entre sus piernas. Su chifladera de “loco”, ensordaba a los pasajeros vecinos. Entre veces, escribía en los aires, pareciendo hallarse resolviendo problemas matemáticos en su acostumbrado salón de clases.
El estado aventurero, lo hizo bajarse del automotor contiguo a la calle 34 con carrera dos. Momentos que, le pregunta al primer monteriano en bicicleta, cuál hospedaje le recomendaba. Pues, Guerrero (el pacífico), cargando en hombros la maleta de cuero; arrima al entonces “Hotel Tocarema”. Tan pronto se reporta, con la maleta pesada, sube al piso dos, pero en el camino se tropieza con un individuo, bajando a prisas, quien le llama “francés.
Contestando Jorge: “soy puro costeño”, ¿y usted como llaman?, interpeló Guerrero:
respondiendo el individuo: “Yo, Orlando Fals Borda”. “No, yo vengo buscando a Elías Bechara”. Ahí termina el encuentro, del economista y el sociólogo.
El primer arribo de Jorge Helí a Montería, se dio un 18 de junio, fecha conmemorativa de creación del Departamento de Córdoba. Su misión empezar a trabajar de profesor en la Universidad gestada por Elías. ¡Eche! Por donde conseguir a Elías? Se preguntaba Guerrero. En el hotel, pregunta, alguien le indicó llegarse a la Universidad de Córdoba. “Vainas” dijo el loro de la guerra de Convención”, expresó Jorge. Aborda un carro Willys: “oye cuadro, llévame a la universidad”, pues era la única. Jorge es bajado en el antiguo coliseo de ferias, al lado de Carreteras Nacionales. Al meterse al gentío, preguntaba a cuanta persona: “ha visto a Elías Bechara”.
Fue una odisea de largas horas, al fin se encontraron. Cuarenta y ocho horas después, Guerrero pisa los predios universitarios. Siendo recibido por una muchacha saludable. Ella, esbelta y conversadora, se trataba de ROSARIO BUELVAS, recién graduada en Ciencias del Derecho, que comenzaba sus labores en la administración de la Alma Mater.
Dentro de esos quehaceres cotidianos, el par de jóvenes se iban conociendo más y más. Allí fueron los momentos precisos para el inicio de los amoríos: Jorge y Rosario. Las cosas arrancan, parecidas al viaje de Guerrero entre Barranquilla y Monteria. Trasegando por series de atropellos y goces.
Guerrero, de entrada en la universidad, había visto al muchacho de sotanas andando en bicicleta. Se trataba de ANGEL VILLADIEGO HERNÁNDEZ, entones representante de la Curia ante el Consejo Superior. Por fortuna, Jorge Helí, arma matrimonio con Rosario, hasta ser rector lo mismo que Villadiego “el curita”.
Alrededor de 60 años, hoy en día, Jorge y Rosario, padres, abuelos y bisabuelos. Ambos pensionados, residentes en el Conjunto campestre ubicado cerca al histórico pueblo El Ceibal. Dos seres comprensibles de la vida.
Una pareja ideal, claros ejemplos de buen hogar. Enraizados dentro de las costumbres “Catatumbo –Zenú”, pero limando las creencias del entendimiento académico. Tanto Jorge (economista) Rosario (abogada) tuvieron la fortuna ser docentes, uno por cada lado en la Academia Universitaria. En este final de febrero del 2024: JORGE GUERRERO y ROSARIO BUELVAS: son objetos de reconocimiento a través de la Revisa MILENIO en el grado: “Homenajeados”.
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