JUAN B, TUS ANÉCDOTAS VIVEN
- mileniolarevista
- 28 ago
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Narrativa que, muy seguro, Cepeda, Gabo. Gossaín y McCauland, hubiesen relatado al referirse a la partida final del gran Juan B,
HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: DIRECTOR REVISTA MIENIO
El rato que nos confunde con, “El Maestro” Gossaín. Allí entre la sala de redacción y su oficina andante. Juan B, el popular acento personal. Hombre o persona de la estirpe ñera. El también popular “Nero” de la etimología barranquillero.
Juan Bautista Fernández Renowitzky, en los pasillos de planta El Heraldo, fue un andante sin cupo. A cada ratico se le veía sonar los pasos de pisadas menuditas y suaves. El humor de ñero empedernido, se confundía con el voceador clásico de La Chinita o Los Andes….He ral doooooooooo…
El adulto mayor barranquillero. El caballero vestido de ropa blanca, pantuflas de trapo bicolor, bien temprano mañanero; sentado sobre un taburete rústico, al pie de la terraza, leía hoja por hoja El Heraldo. Recordemos a Papá Mingo.
Juan B, sus labios le hacían brotar un chifladito, hasta cansón, siempre que escribía el final de su Editorial. El peinado, mostraba su mítico camino rectangular, pegado a sus entradas.
Su dedo índice de la mano derecha, le movía solo al dar cada pasito. Sonrisa de entre labios, la escondía al visitar oficina y departamento de ambas plantas. No mostraba preferencia alguna, entre la planta de trabajadores.
Hombre de oficio permanente del periodismo. Se la pasaba hablando de “Periodismo Caliente y Periodismo Frió”. Donde comparaba las dos grandes épocas de la prensa. La de tipos móviles, en que, el prensista usaba tarros de leche. Comparar la era actual de las tecnologías.
Mocho Cano, era su fotógrafo estrella. A Juan B, los momentos vistos, bebía poca agua. El tinto, algo más, por la aroma Almendra.
La comparación de prensa fría y caliente, nos hace recordar al gran ingeniero canadiense McLuand. Tratando sobre el tema de comunicación, siendo entre llamadas por teléfonos e información, lo de informar hechos noticiosos.
Olguita, la coordinadora del periodico, Juan B, era poco conversador con la Dama de Hierro.
Carcajadas lanzaba Juan B, aquel 6 de diciembre que no recordamos, cuando en su propia residencia, es asaltado por el Nene McCauland, mostrándole el escrito de su primera crónica “Las Velitas de Curramba”. Publicación que debía ser para un día 7.
Fue el momento crucial para Juan B y Olguita, tener que ordenar la circulación del diario un 7 de diciembre. Nota de primera página. Esa vez, la venta del periodico se multiplicó de manera proporcional.
Juan B, tuvo una vida larga, más de 99 años. Un ser pese a sus afanes informativos y económicos, no padecía de dolor estomacal, menos de estrés. Hoy muerto, su memoria sigue intacta entre los mundos curramberos.
Todo un caballero caribeño. La vez que, regresando de la USA, siendo Ministro de Estado, una equivocación del piloto de avión desvío de repente a la Ciudad Habana.
Fue cuando Fidel, por sus camisas guayaberas lo confunde con Gabo.
A nivel periodístico, muchas enseñanzas aprendimos del ducho Juan B. El era un apostolado de la prensa. Tener por agradecer, al entonces flaco “Valcas”, Guillermo Valderrama Castro, presentarnos al otro diario El Heraldo.
Los días carnavalescos. Cada mañana Juan B, se presentaba a la puerta principal del periodico, abriéndole la niña Sonia, perfumado y luciendo camisa florida.
La Era Juan B. en el entonces diario El Heraldo, deja hoy, compendios de historias vividas dentro de sus tres generaciones y una década. Muchas otras tantas cosas por registrar sobre quien fuese durante 99 años, el zorro Juan B.
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