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LAS BALAS: ENTRE EL HAMBRE Y LA POBREZA EN CÓRDOBA


Foto: La Montería Pobre y Desplazada del siglo 21

Visión sociológica: INVESTIGACIÓN MILENIO –IM-

El pensamiento podría dilatarse velozmente y traumatizar la motriz hasta encorvar los dedos de las manos al instante de comenzar la escritura; en el trayecto de las múltiples expresiones lingüísticas, consistentes sobre las narraciones de ciertos episodios crueles, partiendo del barbarismo de grupos armados y la vulnerabilidad del Departamento de Córdoba.

Inverosímil pareciera llegar hoy a tales instancias, poseyendo nuestro territorio cordobés el 85% de riquezas de su tierra fertilizada, con una pujanza idónea de talentos humanos, viviendo en el presente olas calurosas mayores de mil voltios de temperaturas; un potencial humano de niños y adolescentes; ser al mismo tiempo, el rincón de una patria en permanentes situaciones de guerras venidas de los poderes públicos, partidistas, empresarios y terratenientes, entre propios y foráneos.

La alarmante situación poblacional del cordobés de abarcas, mochilas, múcuras, de a píe, bregador de sus costumbres, pero divorciado de las mejores oportunidades del bien y de la vida, rechazado socialmente por el odio, discriminado racialmente dado sus mismas razas (negro, indio, pobre), entre otros asuntos, nos conmueve escribir sobre la gran realidad socioeconómica y cultural del habitante desprotegido de la región departamental.

Tan solo arrimarnos a ciertos sectores subnormales de los más de 30 asentamientos, repartidos entre sus cuatro puntos cardinales geográficos; penetrar con algún recelo, entre veces, a casuchas formadas de cartones, ripios de maderas viejas, algunas láminas usadas de cinc escarbado en los basurales callejeros, nos topamos con la madre y el padre de ruecas de infantes y de adolescentes, soportando cadenas de familias enteras las horribles noches oscuras y los días soleados, entre angustiosos momentos por razones del hambre y la pobreza extrema.



FOTO: Menor hambriento en penumbras y desertado de las escuelas

No sería justo, amparar al criminal armado, despojador de las tierras del pequeño labrador del campo, acosarlo, amedrentarlo, amenazarlo, hasta asesinarlo y expulsado a los desiertos de la vida, cogiendo sus motetes que vea en la rapidez de las cosas, largarse a los centros urbanos, por ejemplo la ciudad de Montería, en donde ese padre y esa madre, son unos desconocidos entre la sociedad convulsa y confusa de la actualidad.

Hoy, en este mes de mayo de 2023, los efectos de “las Balas” lanzadas y explotadas desde hace más de 60 años, con mayor rigurosidad las últimas tres décadas “neoliberales” por el sistema bipartidista republicano nacional¸ tanto por guerrillas populares, ideológicas, paramilitares, nacoparamilitares y capitalistas enjuagados entre sectas y castas sociales; acompañados por desgobiernos, sobornos, robos y corrupciones, el Departamento de Córdoba aparece atrofiado por toda serie de secuelas venenosas y contaminantes.

La temperatura ambiental sobre más de mil voltios de calor que, últimamente viene soportando la capital ciudad de Montería, es causal de los mismos episodios de las balas, tras descuidar la vida humana, por cierto crimilizada durante sendas décadas, aproximadamente 73 años del estallido de la “Violencia Liberal- Conservadora”, donde los trapos “rojo y azul”, eran el fundamento de la disputa partidista. Pues, la alta temperatura urbana en Montería, es fiel causa de la enorme deforestación sobre las riberas del Valle del Sinú y la carencia o escasez de por lo menos 2 millones 500 mil árboles en estado de madurez que, oxigene un mínimo del 65% a la población humana sobre 600 mil habitantes potenciales.


“Hambre y Pobreza Extrema” asociadas con la inseguridad, por efectos de criminalidad, son los indicadores penetrantes en la ardua situación social del millón 600 mil habitantes departamentales en los actuales momentos; en donde las autoridades y las Castas mantienen en el olvido.

Las mismas fuentes de los últimos gobiernos nacionales, de una década (2013- 2013), según indicadores del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS), mandatos Santos Calderón y Duque Márquez (nacional) y, regional o de Córdoba, Alejandro Lyons Muskus, Edwin Besaile Fallad, Sandra Devia Ruiz y el actual, Orlando Benítez Mora, con población de millón 400 mil personas, la “Inseguridad Alimentaria”, registrada en 800 mil almas de todas las edades, equivalente el 60,2% , tras el afronte de física hambre por encima del dato nacional del 42,7%, en nuestro territorio, para esa misma época, el 19 de julio de 2013, la gravedad del asunto, el 16,4% de los niños menores de cinco años, presentando cuadros de desnutrición crónica.

Algo peor, el “rife que jala” de la alta burocratización de la red hospitalaria pública departamental, comenzando por el emblemático hospital Regional “San Jerónimo” de Montería. Saltando los entonces carteles mafiosos de la “Hemofilia” entre muchos de ellos. Este reporte del 16,4% de menores afectados cordobeses quiñaba contra el dato nacional del 13,2%. Inducadores en que, precisamente el Departamento de Córdoba registraba hasta ese el año 2019, primero del gobierno Duque (Uribista), una de las más precarias situaciones por la desatención en salud pública golpeando a los pobladores más vulnerables cordobeses. De hecho, primer año de gestión de Benítez Mora también.

La misma coyuntura social, por el “hambre y la pobreza extrema” donde se conjuga la “Inseguridad Alimentaria” hoy mayo de 2023, con alrededor millón 830 mil habitantes, tal crisis humanitaria, fácilmente podría alcanzar el millón 300 pobladores sobre el 71,03%, equivalente por encima del 9,01% en tan solo una década.

El complejo fenómeno alimenticio departamental, se encarece duramente hoy por ejemplo, tras algunas nuevas narrativas de la cruel guerra de las balas, entre los mismos grupos armados que, deterioran el ámbito poblacional, hechas desde celdas estadounidenses, vía virtual, por Salvatore Mancuso Gómez, excomandante militar de las AUC, mediante jornada de audiencias públicas llevadas a cabo desde un paraje urbano de Montería por la JEP.

Pese a la conflictividad de grupos al margen de la ley, de 59 años en el Departamento de Córdoba (V frente de las FARC, 1964 simultánea con el ELN, 1967 del EPL y 1994 de las AUC- Córdoba- Urabá), la ciudadanía seccional, aún vive tales efectos. Según versión confesa de Mancuso, las Autodefensas Córdoba –Urabá, se oficializan en la lujosa Casa campestre del predio “Támesis”, bien inmueble de propiedad de los Castaños finales de 2022 por el presidente Petro, ubicado a la altura del kilómetro 7 ruta carreteable Montería al Mar Caribe, límites con el sitio Vidrial.

Ese modelo paramilitar organizado desde Montería, afirma Mancuso; tuvo el apoyo y respaldo de militares activos de la Brigada 11, comando departamental de la Policía, distritos zonales de la institución, el antiguo DAS, gobierno seccional, empresarios, ganaderos y reconocidos políticos de la región. En donde el comandante Salvatore es adoctrinado en maniobras de armamento y operaciones aéreas, con fines de acceder a sus movilizaciones, tanto por la región Caribe y nacional, para extender el accionar de las AUC.

Todo este episodio de “las Balas” que han sacudido la sensibilidad del pueblo cordobés, sobre todo, desde el momento mismo del surgimiento de las AUC, 29 años completados, directa e indirectamente, han sido las causales de la deserción o abandono de sus tierras de miles de familias campesinas. En donde se encuentra el “hambre y la pobreza extrema” pegada a la “inseguridad alimentaria”, vivida hoy entre un millón 300 mil personas (estratos 1,2 y 3) principalmente sobre la territorialidad departamental.

Fuentes bibliográficas: DPS- Banco Nacional de Alimentación (2013- 2023), Prensa del Caribe (fotos) , Redes sociales y Periodismo MILENIO.

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