top of page
mileniolarevista

¿LOS GRIFOS POR QUÉ ESTÁN SECOS?

CRÓNICA: HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: MILENIO 2024- 

Retratos fotográficos capturados hace 154 años atrás, nos satisface palpar otros sentimientos humanos, en que, las aguas del entonces legendario Río Sinú y de la Ciénaga Grande, se encontraban hasta existir abundancia del recurso hídrico, para abastecer una población sumamente pequeña. 


Era la aldea de Lorica. Que ese año de 1870, tan solo su cabecera llegaría a los 1.400 habitantes, pero poseyendo un influyente comercio variado repleto de productos del campo circundante a la mítica Ciénaga Bajo Sinú.  


Lo más destacable hoy por hoy, era el uso de vestir el habitante del Sinú. Ejemplo, 17 años antes de crearse el histórico Departamento del Sinú. El mismo año, 1870, muere o se acaba la despensa agrícola del  pueblo de Chimá, por ello,  la  navegación a modo de canoas remolcadas a palancas, saliendo del viejo puerto, destino a Lorica. 


El  solo entrarnos en visualizar la imagen blanco y negro, es imaginar la estada sobre suelo de la  otra Lorica, de gentes nativas de pueblos cercanos, vecinos y  circunvecinos. Entre los que contamos: Sitio Viejo, Chimá, El Carito, Pelayo, El Mongo,  La Madera, Momil, Purísima, San Nicolás de Bari y Tambor; que sobresalían para aquella   época dorada para el habitante de tierra  y  agua. 


Generalmente eran días sábado, en  los  cuales, el campesino en  grupos de familia solía llegar a la  entonces  plaza antigua de Lorica, con  fines de comercializar  sus  productos agrícolas y artesanales. Verse aquí fotografiadas imágenes de barro amasado fabricado en vasijas, tinajas, ollas y demás aspectos representativos de cada región.  

También tenerse en cuenta 154 años más tarde,  la moda de vestir usada por la gente de la época. Posible identificarse hoy por hoy, el uso muy parecido en adolescentes y jóvenes.  Tal  vez, volver a los mismos estilos  de modas. 


Además, el clima sentido en el ambiente del año 1870 en  la otra Lorica, oscilaba entre 21 y  25 grados.  Lo demuestran las  fotos de mujeres y hombres abrigando sus cuerpos en pleno  día soleado en lares de la plaza principal de la ahora ciudad.  


Todo el repertorio narrado,  nos trae a fustigar el  deterioro ambiental vivido los últimos años en Lorica. Después de la abundancia en agua dulce, tomada desde las corrientes del río y  la ciénaga. Hay que decir sin equivoco alguno, el sistema de acueducto en la urbe o cabecera municipal, hace varios años, es racionado sectorialmente.  

 

Pudiendo afirmarse, prácticamente como todos los municipios tanto costeros y de la ciénaga, la cobertura de  agua no  tratada por tubería es tan  solo prestada entre siete u ocho horas por cada 15 y 25 días.  

 

 

 

36 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page