MOMPOX MÁS ALLÁ DEL 3 DE MAYO: 488 AÑOS DE RESISTENCIA Y RESCATE MEMORABLE
- mileniolarevista
- 5 may
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Por: Alberto García Delgado
Maestro Consejero Mayor
HISTORIA DE LOS PUEBLOS: LA RECOMPOSICIÓN DEL PASADO
I. Una fecha que no nos representa. La conmemoración del 3 de mayo de 1537 o 1540, aún incierta, ha sido por siglos, exaltada como el "Más allá del 3 de mayo, 488 años de resistencia y rescate de la memoria en Mompoj
I. Una fecha que no nos representa La conmemoración del 3 de mayo de 1537 o 1540, aún incierta, ha sido por siglos, exaltada como el "día de fundación" de Santa Cruz de Mompox. Sin embargo, para quienes honramos la memoria ancestral, esa fecha marca el inicio de una invasión, no una fundación.
Porque ya existíamos. Ya éramos un pueblo, con identidad, organización y sabiduría. Ya habitábamos estas tierras con armonía, con respeto hacia la naturaleza, al río Karihuari, a la luna, al sol y a los astros.
Llamar "fundación" a esta fecha es perpetuar una historia escrita desde la óptica de los invasores, esa es la historia que ha predominado.
El verdadero origen de Mompoj es anterior, profundo, indígena y luego también afrodescendiente: MOMPO.
II. ¿Por qué no honrar a nuestros verdaderos constructores de nuestra idiosincrasia?
El cacique Mompoj, junto con sus subalternos Zuzua y Mahamón, y otros como Guataca y Menchiquejo, lideraban una red de pueblos organizados en una especie de confederación primitiva. Ellos fueron los verdaderos constructores de esta aldea, que hoy, le debemos llamar Mompoj-Región anfibia.
¿Acaso no es eso organización social? ¿No es esa cultura digna de ser estudiada y respetada? ¿Por qué los "académicos" y las instituciones siguen ignorando esta sabiduría y espiritualidad originaria?
Del cacique Mompoj en el olvido colonial. Hoy llamados a reconstruir la memoria que nos negaron. III. ¿Seguiremos siendo cómplices del olvido?
Callar frente a esto es ser cómplice. Después de 488 años, seguir exaltando a los conquistadores, con un desfile elitista y de burócratas, mientras negamos nuestras raíces indígenas y afrodescendientes es una forma de traición a nuestra identidad.
Los saberes, lenguas y cosmovisiones de los pueblos Malibú, Chimila y Zenú han sido sistemáticamente sepultados desde la invasión, y siguen siendo ignorados por muchos, instituciones y políticas públicas.
El subconsciente colectivo en Mompox ha sido silenciado. Nos toca desenterrarlo, reconocerlo y hacerlo valer. IV. Nuestra ancestralidad y la cosmovisión anfibia.
La identidad de Mompoj es anfibia: nacida entre ciénagas, caños y ríos, con una economía y cultura ligadas al agua y a la tierra. El aislamiento geográfico durante siglos nos permitió cierta autonomía: producíamos nuestros alimentos, pescábamos, compartíamos los playones y éramos más felices.
Hoy ese modelo ha sido abandonado, se soslaya en el plan de desarrollo. Se ha apostado al turismo religioso e histórico que, si bien tiene valor, beneficia a unos pocos —muchas veces forasteros y gentrificadores- mientras se profundiza la desigualdad social y se ignoran los saberes locales.
V. Propuestas desde el pueblo para un Mompoj digno. Frente a esto, el llamado es contundente: Solo un pueblo organizado puede rescatar su historia y construir futuro. Algunas tareas urgentes incluyen:
Autoproclamarnos y organizarnos en Consejo Comunitario afrodescendientes con raíces originarias. Ya. Recuperar el estatus de Provincia o Departamento, con autonomía administrativa y cultural.
Crear un Instituto de Memoria Ancestral, que rescate saberes indígenas, afrodescendientes y campesinos. La historia no puede seguir siendo del Mompox Colonial.
Homenajear oficialmente a nuestros caciques constructores o fundadores, con monumentos, fechas conmemorativas y currículo escolar propio.
Rescatar el Colegio Universidad San Pedro Apóstol, promesa del presidente Gustavo Petro Urrego.
Hacer cumplir la ley para instalar una sede de la Universidad Nacional en Mompox. Consolidar un Distrito Especial Turístico, Histórico y Cultural, que incluya a las comunidades y respete el patrimonio ancestral.
Exigir administradores que amen y respeten a Mompoj, y no que se sirvan de él para intereses personales.
Conclusión.
Mompoj merece verdad, justicia y memoria. No podemos seguir viviendo de espaldas a nuestra historia verdadera. La conmemoración del 3 de mayo debe ser repensada, resinificada, confrontada.
Hoy, el llamado es a la acción colectiva, a la reconstrucción de nuestra identidad, al rescate de lo que nos negaron. Porque Mompoj no fue fundado: fue invadido. Y aún resiste en la memoria de su pueblo.
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