Análisis sociológico: Hugo Buelvas Posada
Venimos de largos siglos, arañando cosas de la historia aldeana y llegar a tropezar realidades respecto, ¿qué significa pertenecer a una ciudad?, “identificarnos con lo que ella es y pasa”. Refiriéndonos sobre Montería, conduce a transportarnos, entre lo antiguo, lo presente y la visión futurista; con la finalidad de poder siquiera llegar a comprendernos de cómo es vivir en la otra aldea, de otros síntomas de moldes.
Sus entornos y contornos geofísicos de hecho, comunican variedades de situaciones y maneras de configurar el espacio por demostrar el rango de pertenencia, de pocos, y de muchos que no lo son. Es por ende, tan necesario asociar, la sociología urbana, semiurbana y rural (sabiendo que lo rural es un mito).
Llegar a posarnos hoy, abril 2023, partiendo de resultados de estudios pedagógicos universitarios de años recientes, mediante encuestas sobre 200 mil personas de todos los estratos de Montería, pregunta única, ¿para usted que es monteriano? Tan solo el 27,3% opinó sentirse identificado con Montería.
Sobre tal contexto psicosociológico, fundamental partir sobre el término pertenencia de ¿Quién soy yo?, “Nací allá en aquel sitio donde había un palo de mango, en que, las mariposas multicolores, los grillos y toda clase de aves y pájaros sobre volaban la tierra fértil en climas agradables. En que, las noches oscuras eran alumbradas por la luna, beber agua pura sacada del río, andar libremente sin temor al robo o al atropello del carro fantasma o la moto, con un clima fresco y saludable”.
Pudiendo ser estos mensajes de palabras, el monteriano real. Cuando pese ser una ciudad pequeña y de rasgos bucólicos, en gran parte, la gente o el individuo de hoy, no sentirse libre, dentro de sí mismo. Sintiendo encontrarse presa o preso, de muchos deseos por meterse en ese otro mundo que, ahora surge de otras maneras y llamado “modernismo”. Por consiguiente, poseer una vida salida o proveniente de algún incognito.
Es que, en el planeta, todas las ciudades y metrópolis presentan los mismos efectos y defectos. Hasta Atenas, o las atravesadas por los ríos más influyentes, aunque desarrolladas y superdesarrolladas. Montería, la atraviesa el Río Sinú, pero sus equivocados planes adoptados por hasta ahora 55 alcaldes, la siguen teniendo a sus espaldas.
Algunas de muchas premisas de la lingüística del que dice ser monteriano, se incrementa al frío que venía sintiendo de reconocer que es una ciudad. Esto quiere decirse, el propio monteriano, se desconoce entre sí. Que es el peligro visto y sentido entre los gobernantes apáticos a cualquier intento de modelo sostenible.
Por tanto, este par de fotos panorámicas cogidas de ejemplos, solo representarían un vacuo sentido de pertenencia en afirmar, soy monteriano, en donde su misma identidad suele desaparecer del asunto. Lo real y lo fantástico se mezcla y todo lo conocido queda perdido en la confusión y en la sinrazón o lógica.
No podemos aún, entender, sobre qué se le ha venido enseñando al niño, al adolescente y joven, hasta el mismo universitario, sobre la esencia de “Las Ciencias Sociales”. Cómo explicarnos hoy, que el bachiller, el profesional, solo el 13,5% contextualice algo de Montería ciudad. Algo grave, el 86,7% de los “docentes” tampoco. Y del 27,3% que dice identificarse monteriano, apenas el 4,2%.
Pudiese entenderse además, algo pareciera a seres atropellados por el modernismo envuelto solamente en el espectro del modernismo urbanizado. Siendo Montería (calificativo tampoco clarificado) podría definirse una “Casa Grande”, donde pocos caben y muchos sobran.
Sociológicamente, el llamado “mottaxismo” hasta repugnante entre veces, hace cundir de terror por estado contaminante ambiental. No tanto por el crecimiento local, más bien, absoluta falta de planeamiento, grave falla de todos sus administradores y distantes de lo urbanismo, para ser llamada ciudad.
Toda esta sociología denota el grado de hambre poblacional, que es su descomposición social. Conocerse (enseñanzas a quienes aspiran a cargos públicos), el 79,6% de la población de estratos Cero, 1,2 y 3, sufre las consecuencias de solo dos golpes diarios, dejando de comer regularmente por afrontar los pagos de energía eléctrica, agua contaminada, gas, internet y otra serie de servicios, con tarifas desenfrenadas.
Permanecer en tiempo seco, podemos afirmar, “Montería ciudad llovida de necesidades y envuelta en niebla gris. Sus cerros adyacentes junto al río Sinú, cambiando sus formas, su color, sus azules verduzcos, grisosos y de tierra; claramente demuestra el cataclismo ambiental que viene soportando, con el absoluto descuido de su mal interpretada dirigencia.
De gran población humana, para una muchedumbre, su vida ya no sabe si transcurre en la realidad o en la fantasía. Discúlpenos: algo de antropología filosófica: “convivimos muertos o vivos y si vivimos”. O también, “nos estamos pudriendo vivos”.
El hasta ahora esquivo Desarrollo Humano, necesita que en los actuales y cruciales momentos aparezca, para el monteriano que grita… ¡gobierno, amor y cambio…”!
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