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MONTERÍA: UN ENCUENTRO CON LA “MARGINALIDAD”


El nombre “Nuevo Milenio”, es demasiado complejo entenderse, al tratarse de un sector “suburbial” de la flamante Ciudad Capital de Montería, ante la percepción de su cruda pobreza. Sus habitantes conviviendo en total miseria. Tal como lo muestra la presente imagen fotográfica, horas después de la provocación de un incendio afectando alrededor de treinta “casuchas”.  


El solo aspecto panorámico asemeja las ruinas padecidas por los habitantes, sin los indispensables servicios públicos básicos. Viéndose obligados recoger agua de lluvia y almacenar en tanques como el visto en el reducido patio a la intemperie. Un barrio a tan solo 2 mil metros de las sedes de gobiernos municipal y departamental. “Ellos”, sus habitantes son los más fieles votantes en cada elección popular para la alcaldía, pero sin la suerte de vivir dignamente. 


Montería, enero 3 de 2024MILENIO: Periodismo Ciudano 


El incendio de ranchos, en estado de “ruinas”, caso concreto “Nuevo Milenio”, es el resultado de los más de cincuenta años que, las ciudades latinoamericanas conocen un fenómeno social sin revertirse: la proliferación de los barrios de hábitat en precariedades, catalogados de acuerdos las épocas y los países, favelas, barriadas, villas-miseria, o de forma más neutra, “Asentamientos Humanos”, este último pareciendo el término más usado en la actualidad. 

 

Primeramente, habría que conocer razones obvias del por qué, el incendio. Nuestro reportero de la calle, sin prisa alguna, de obtener “chivas noticiosas”, un cuento de hadas, totalmente falso; llega al sitio de hechos consumados: barrio marginal “Nuevo Milenio”, ubicado sobre riberas del Sinú, colindantes con Zarabanda  de la urbe capitalina Montería. No solo contactar algún o algunos vecinos, en virtud de entender de su  actitud suficiente para analizar el espectro de la magnitud  

Excepto, la Montería centro-norte, su territoriedad urbana registra el 72,68% por acciones “Tomas de Tierras”, por las vías bravas o rebeldes, gestadas por caciquismo clientelistas orquestadas desde los “patrones liberales y conservadores”. Mal que data desde la década de los 70.  “invade”, era la orden jerarca de entonces. Siendo ocupados terrenos baldíos en una mayoría del 85,47% de la totalidad, también conocidos como humedales.  


Las grandes y  garrafales falencias del Plan de Ordenamiento Territorial –POT- aparecen en las mismas estructuras del diagnóstico urbanístico, prácticamente desde el momento mismo de la urbanización de Montería.  Situación venida chocando de forma conceptual considerable el aspecto y tamaño de todos estos barrios, evocando una propagación impactante de la miseria, contribuyendo entonces durante más de cincuenta años a darles una posición central en el análisis  sociológico urbano en la ciudad capitalina departamental de Córdoba, dentro del continente latinoamericano.  

 

Lejos de cualquier ventana abierta al esclarecimiento conflictivo social, percibimos el aterrador trance de la marginalidad de la “Sola Montería”, ideada por el alcalde entrante.  Muy a pesar que el interés por estos sectores barriales monterianos disminuyó en los últimos años. Sin temor a equivocarnos: “al instante de los alcaldes elegidos popularmente”, al lado de sus aliados concejos municipales, aún las JAL. 

 

Saberse, queda mucho por hacer para entender las conductas y percepciones de sus habitantes, que por lógicas, nos abren perspectivas de análisis más allá de los límites de los asentamientos mismos.  

 

Asentamiento  urbano – barrio  “Nuevo Milenio”, es un predio de 22 hectáreas, comenzado a ser invadido un día viernes 18 de febrero año 2000, por alrededor  de 200 familias trasladadas procedentes de sectores: San Martín, La Candelaria, Villa Margarita, Mogambo y el P-5, igualmente barrios subnormales. Siendo contabilizados  más de 300 cambuches, con algo mayor de 800 familias que tomaron terrenos a la brava el 22 del mismo mes.  

 

Francisco Burgos De la Espriella, alcalde de turno, tras negativa de abandonar el predio ocupado, rotundamente dijo “el municipio no estar en condiciones de dar soluciones a las necesidades de vivienda”, acudiendo a instancias de la fuerza pública para desalojar los terrenos. Pero, el conflicto no obstante, continua  con resultados hoy de 24 años, percibiéndose  peores condiciones sociales. Terrenos invadidos de propiedad de Mario Giraldo Jr. Pero sin conocerse la oficialización o legalidad del conflicto social por la tierra.  

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