ÓPTICA VISIONARIA: Hugo Buelvas Posada
La República de Colombia, desde el momento mismo de su emancipación de poder y autoridad; el llamado “Periodismo” ha venido siendo dirigido, orientado, manipulado, matriculado y propiedad de las castas partidistas nacionales.
Necesitaríamos una brújula de cristal, para comprender, entender y sostener el “Don Preciado” de ser o sentirnos periodistas de verdad, un accionar de muchas derivaciones que, pocas veces llegan a involucrarse dentro de las sociedades, por sufrir resquebrajamientos hondos, hasta sin curas. La masa humana gigantesca que tomó las riendas de poder codearse de tú a tú entre la misma sociedad y ciudadanía nacional colombiana; hoy en día, pareciera hallarse acorralada y cercada por los poderosos del sartén partidista – capitalista, prácticamente alienada y expuesta a su extinción de hacerse partícipe, a través del saber, el conocimiento y la palabra, que lleguen a expresar sus razones, sea por medio del escrito o la palabra misma.
El país Colombia, sufrido de guerras atroces, para el colombiano “impoluto” que es, la gran masa de hombres limpios y éticos, somos los periodistas no asalariados, quizás estemos tocando filas de “méndigos”. Avasallados sí, por el político y gobernante perverso y analfabeta, incapaz de llegar a comprender que es el hombre ético. Esa misma situación se vive tanto en Montería como en todo el territorio departamental cordobés.
Hoy por ejemplo, la persona capaz de informar opiniones de hechos controversiales, es vista como una “hoja seca” o “un trapo sucio”. Contrarios a determinaciones de la Corte Constitucional colombiana de 1998, que el 19 de marzo tumba la única Ley de Prensa (Ley 51 de 1975), al mal expresarse en unos encisos de la amañada sentencia: ” Se le pudo evitar a Colombia un peludo oso internacional para entrar el Derecho Internacional y los Tratados de Derechos Humanos”. Solo este punto es pieza clave de considerarse el claro desprecio del poder público y político partidista en contra del Periodismo de Opinión ciudadano. ¿Quiénes eran entonces los magistrados de ese periodo constitucional? Mejor ignorarlos y mantenerse en reserva.
Al verdugo oligarca bipartidista y capitalista en Colombia, jamás le ha interesado el accionar de una Prensa Libre. Esos dos artículos 1 y 7, de la Ley 51 de 1975, desterrada eran solo parapetos. Nuestro país nunca ha tenido libertad de escribir y menos opinar. Vergüenza, en este mes de febrero de 2023, un periodista de cadenas radiales, televisivas, periódico y revista, esté devengando salarios mensuales, entre millón 500, dos millones y dos millones y medios de pesos. Lo grave, el mal sistema de radio presencial o (AM y FM), cobrando por espacios de 25 minutos hasta dos millones de pesos por 25 días mes.
La lluvia tempestuosa de avalanchas de personas hasta analfabetas por las redes, haciendo de las suyas, entre otras, extorsionando y vendiéndose al mejor postor, por el billetico; solo es responsabilidad de la sentencia proferida en marzo de 1998 por la Corte Constitucional: al tumbar la ley púnica de la Legislación de Prensa, emite concepto contario a la realidad. “Quien quiera ejercer el periodismo en Colombia no tendrá que haber pasado por una Universidad”. De ahí hacia acá, en el presente, en nuestra amarga y sufrida Patria, cualquier “Juan de los Palotes” es o puede hacer las veces de periodista. Cuan descaro de Democracia Desbaratada.
Pese a que Gabo expresaba “Periodismo el mejor oficio”. El Periodismo, jamás podría aceptarse como un tal oficio. La diferencia entre “profesión y oficio”, es de largo trecho. La Universidad es la base para toda formación del ser humano. Aunque de periodista empírico, no hay porque diferenciar, dado que este podría encontrarse formado académicamente. Lo malo que vemos, aparece en la determinación Oficio.
HACIA REFORMAS
Toda esta manera interpretativa sobre el Periodismo colombiano, es concitada hacia la imperiosa necesidad de que, el Gobierno Nacional vaya mirando posibilidades de hacer una reforma integral. Lógico, introducir lo de Periodismo Digital o de Internet, pero sin olvidarse del tradicionalismo.
Desde el Consejo Editorial MILENIO, estamos facultados en trabajar para idear el proyecto de Ley reformista.
Hallarse incluso, particularidades de innovación y visiones, en cuanto a moldes de prensas a medidas que la misma evolución va caminando por nuevos u otros tiempos. Y aquí podemos aclarar: “Eso de Nuevo” en cualquier profesión es una carreta barata. Lo fundamental es invención del propio hombre para su sociedad. Ahora con la atomización de los medios de prensa o de la información, encontramos cosas a maneras de choques siendo básicamente la práctica de dividir un tema en elementos más pequeños, con visión estratégica y manteniendo el sentido original de ujna vinculación con el tema principal.
Todo este proceso de la atomización en los medios periodísticos, ahora con la era global, radica fundamentales aspectos innovadores dentro de las redes sociales puestos en prácticas por versados analistas, entre ellos, aparece Todd Defren, de un amplio reconocimiento mundial en el tema. Por supuesto, aquí en MILENIO digital venimos usando aspectos metodológicos de la atomización, lo ideal consiste que el lector reflexione y se ajuste a los cambios de ciertas prácticas escritas en las noticias. Siendo nuestra concepción de que, para hacerles retos a la globalización, el periodista debe ser integral, saber o tener conocimientos en todos los campos de la vida.
Al oído del Presidente Petro, es de suma necesidad e importancia para la sociedad nacional, hacer una estructural Reforma al interior del Periodismo. Una reforma que toque los hilos conductores desde EL SENA, organismo que nace del liderazgo de Martinez Tono, por ende, centro de aprendizaje y enseñanza integrada, para colombianos de todos los estratos socioeconómicos. Y a través de la reforma a la prensa, volver a renacer el “Periodismo para el Desarrollo “dictado por docentes versados en distintas ramas, en un tiempo de tres años, para periodistas. Modalidad que se ha quedado estancada en los papeles, ante la presión del Monopolio de los medios llamados masivos y el consentimiento de los gobiernos, congresistas mediocres. Que ojalá, y así lo sea, de los tantos centenares, encontrarse solo uno con conciencia patriótica que se le mida al proyecto de reforma.
Reforma que debería cubrirse de términos jurídicos aptos para por medio del mismo Estado pensionar al periodista, como un elemento valioso e importante para su sociedad. Desde hoy hacemos un vehemente llamado a los centenares de periodistas que solemos vivir desprotegidos por culpa del mismo sistema de gobierno equivocado que hemos tenido durante más de dos siglos. En honor al coequipero y pionero de la Ley 51 de 1975, Hernán Gallego, expresamos estas inquietudes.
Como será, la Sociedad Interamericana de Prensa- SIP- desbarata presunciones de la Corte Constitucional, siendo irreal lo de “Libertad de Expresión”, cuando la organización internacional refuta categóricamente la sentencia de 1998, en el sentido de ubicarse Colombia en el año 2021 en el puesto 134 de 180 posición en la clasificación de “Libertad de Prensa”; indicando que sus periodistas son intimidados, infamados y acusados”.
Dejamos a la masa humana este catálogo de sugerencias de cómo puede aplicarse el periodismo, no solo en Colombia, sino a nivel planetario. Cualquier sugerencia es válida para enriquecer el debate público.
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