Untadas cosas del ayer y del hoy, en el mismo suelo de barro arcilloso, callecitas entre trozos alargados, cortos, mochos y angostos; de escasos ranchos de palmas y paredes empañetadas. Entradas y salidas en pocos lugares. Pueblo antiguo construido por esas calles muy parecidas, encontradas y disponibles: es el Pueblo Ciénaga de Oro.
El lugar que siglos antiquísimos fuera la aldea arropada por cerros empinados, grandes porciones de agua dulce corriendo desde los manantiales, escondidas bajo las sombras oscuras del verduzco color, producido por la Madre Naturaleza, terreno matizado y con vetas azulosas, amarillas y blancas; a su edad milenaria vuelve a ser escenario, de caracteres aborígenes, sino de índole social, ante la aglomeración de otra especie de gentes, debido a la visita de su primer hijo revestido de Jefe de Estado: Gustavo Petro.
Hoy, transcurrido muchísimos siglos del primer encuentro de los nativos: Panaguá y Zurita. Uno llegado del bohío Panzenú y el otro de la Zenúfana. Suelen encontrarse a la raya del sitio Caño Aguas Prietas. Y aquí comienza a profundizarse la ciencia natural, del ¿por qué ese calificativo? Es fácil entenderse, cuando su nombre proviene de la palabra ópata bachicuy ‘aguas prietas’. Todo se debe a que el lugar, el agua con el cual los ganaderos muy posibles ellos, del siglo 19, abrevaban su ganado y se tornaba oscura, debido a la naturaleza del terreno.
Es de alta importancia ahora, el día 30 de marzo presente, jueves por la mañana, la pisada del presidente de la república hijo; a su natal suelo. Tras ser Ciénaga de Oro, pueblo de muchos contrastes sociológicos; es a su vez, el laberinto sobre las necesidades básicas urgidas de la atención gubernamental para una vida por la respuesta correcta. Siendo la cuna nativa del presidente, tomada como referente hacia la totalidad de la Tierra Profanada del territorio departamental de Córdoba.
Cierto que, Ciénaga de Oro, como todo el territorio Zenú, Zinú, Sinú o Córdoba, hoy, encierran historias equivocadas al no precisarse hechos exactos, siendo obvio referenciar las andanzas de los españoles por saquearse las riquezas geológicas; solo destruyendo los recursos naturales geológicos de gran valor científico, cultural, históricos y educativos, permitiendo conocer, estudiar e interactuar su propia historia geológica de una región muy caracterizada geológicamente: hablando del pueblo del “oro”, específicamente.
Solo esas premisas geopolíticas, son valederas y bases para elaborar un nuevo diagnostico social y geográfico de las miles de necesidades de que adolece el territorio cordobés 71 años. En esa misma coyuntura natural, ha sido invitado el “Periodismo Sociológico- Político de MILENIO, por expresos llamados de la Presidencia de la República. Tras tenerse referencia de la propuesta por el Dragado del Río Sinú. Ahora será el espacio adecuado, en presentarle el DOCUMENTAL diagnosticado, con nuevas alternativaasa bordo: Crear el proyecto Ley del Río y de un Viaducto atravesando la Ciénaga Grande del Bajo Sinú, partiendo de las goteras del antiguo puerto de Chimá (vigente hasta 1870) incluso hasta los límites del Sur de esa misma municipalidad, próxima a cumplir sus 500 años de bautizada “Pinchorroy” interconectando con el territorio de Cereté y hasta Montería (Sinú Medio). O en su efecto, cómo decidan los estudios de ingenierías civiles e hidráulicas con conceptos del alto Gobierno, pero que sea sobre esa línea.
Foto: Viaducto El Gran Mangle
Esta propuesta de solo criterio y voluntad social del “Buen Periodismo” y vocero comunitario es viable, dado que en marzo pasado el Gobierno nacional adjudicó a través de Invias, la construcción de los tres viaductos de la vía Barranquilla- Ciénaga al Consorcio Viaducto Ciénaga del Magdalena conformado por empresas diversas. Así también aparece el Viaducto El Gran Manglar, ubicado en la Ciénaga la Virgen, extensa laguna justo al norte de Cartagena de Indias.
La iniciativa del Viaducto Ciénaga Grande (Córdoba), vendría a des embotellar y abrirle paso al turismo en grandes proporciones a una vasta población proyectada al año 2030 de 415 mil aproximadamente; de la Subcuenca del área, compuesta por los municipios de Chimá, San Andrés de Sotavento, Tuchín, Momil, Purísima, Lorica, Cotorra, San Pelayo, Cereté, San Carlos y Cienaga de Oro, representando para esa época (2 millones de habitantes cordobeses) sobre el 21,75%. Una obra que antes de generar daños ecológicos, respeta el ambiente mismo.
El acto de este jueves 11, presidido por Gustavo Petro, su significado social repercute en la situación degradada del territorio regional. Por cierto, convertido en una hecatombe o vorágines de situaciones de un subdesarrollo hundido en miserias. Un departamento con un PIB rentable a nivel Caribe, de prácticamente Millón 800 mil habitantes; con una cobertura de sistema de agua por acueducto (urbana 68,6%) y (rural 21,4%). En saneamiento básico (urbano 18,35% y rural, escasamente 2,1%). De sus 143 mil kilómetros de vías rurales, tan solo ese espacio territorial aparece rociado de partículas de cemento el 0,97%. O sea, el 97,03% abandonado. Y ese mismo sector Red Vial departamental, concernientes a las líneas primarias, secundarias y terciarias, solamente 950 kilómetros aparecen en pavimentos y afirmados.
Los cinco municipios del sureste cordobés (Tierralta, Valencia, Montelíbano, Puerto Libertador y San José de Uré), sujetos a estabilizarse y transformarse dentro de esquemas mediante planes de desarrollo, incluidos en los territorios de 16 subregiones de 200 mil personas, 11 mil veredas del total de 170 municipios del país. Los cinco municipios del sureste cordobés, son territorios afectados por efectos de la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional.
“Córdoba Desnudo” (libro en proceso de escritura), en esa misma línea de problemáticas sociales; aparece con el 75,79% de su población habitacional en la cuenca Río Sinú y zona costera, en altos riesgos debido a efectos de la crecida erosión.
El presidente Petro, de vuelta a su natal Ciénaga de Oro, encuentra un territorio embrujado por la Corrupción (más de 5 Billones de pesos) malgastados y saqueados en los últimos años.
Por ende, Ciénaga de Oro, con sus idóneos hijos y allegados, le enciende las antorchas de la esperanza, en donde suspirar por la magia de la literatura, la cultura y su misma historia. Cuando hoy en día, de aquellos milenarios tiempos en que, los aborígenes Zenú hacían narrar mitos, aparecen guardados ahora en las jícaras de los entonces caciques.
Pero aunque, Petro muy seguro, vuelve a pisar los mismos suelos. Percibiendo sí, la aroma de las tortas de casabe recién sacadas de los hornos artesanales. En un ambiente orense, el brisar de los vientos reventados en los aires tropicales, del extremo calor; esparcen los ritmos musicales (el sonar de la trompeta de Miguel Emiro) que de ordenador de vaca negra, se interna al mundo de la banda de vientos.
Igualmente, se escucha el matracazo de la guitarra del maestro Johnny Sáez, entonando su aire de himno “Mi Ciénaga de Oro”, enseñando a las juventudes desde sus caminadas parecidas a los clásicos griegos. Seguidos de Antolín Lenes, Pablito Flórez y la Cieguita Lucy González,
Allí también en esa cadena de matices literarios fluye por los vientos orenses, las palabras y las frases escritas en el primer libro “Razones de Peso” de la poetisa Soad Louis Lakah. El testamento de Maño Mendoza, fogoso escritor de gran resonancia y de amistad con Rafael Uribe Uribe y Enrique Olaya Herrera.
No faltando la pluma en los sonetos sueltos de “Memorias de Sandio”, obra literaria de Rafael Yances Pinedo, libro de más de 200 páginas, recogiendo el clamor social de variedades de artículos publicados de su región orense. La misma del poeta H Galo Vurgos en “Noches Líricas”. Con la pieza oratoria de Gustavo Francisco, formalizan el concierto que, con la rebeldía del viviente Luciano Villadiego, suena la voz generalizada de “El Gobierno Escucha a su Pueblo”.
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