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RÍO SINÚ: CLAMA SUS DERECHOS DE ESTADO


Hoy verse una charca de agua estancada, reducida al 96,78% de su ancho dimensional (210 metros, año 1955), rastros otrora Ruta Principal del Río Sinú (pueblo Mateo Gómez). Compaginada con la era navegable, cruzando 20 poderosas lanchas (Tierralta- Montería y Cartagena) y viceversa.


Al fondo de frente, la que fuese Casa Coloquial de Luis Cuesta y el Cico Hoyos. Dos lugares desconocidos para las presentes generaciones humanas. Grandes nostalgias en pobladores nacidos durante periodos (1930 – 1970).


Crónica 3ª: HUGO MIGUEL BUELVAS POSADA: Periodista Ambiental- Diplomado.

 

RÍO SINÚ, sistema  de agua con movimiento constante unidireccional sobre la superficie terrestre. Fuente hídrica de la Prehistoria, caracterizada en ciclos milenarios de civilizaciones y culturas. Hoy por hoy, está sujeto de Derechos que implican su protección, conservación, mantenimiento, de manera especial, ser restaurado totalmente, por determinación estatal (Gobierno y Congreso).

 

Claro está, Derechos que, en nuestro caso, bien pueden ser protegidos a través de la Acción Popular, pese existir normativas legales del orden nacional e internacional. No obstante, el despertar comunitario del pueblo Mateo Gómez, principiando a través de comité cívico –social, pronto a legalizar. Para efectos de surgir planteamientos de solicitudes al Gobierno Nacional, partiendo del Ministerio de Ambiente y Sostenible, con criterios de aportar toda la documentación posible  exigida, para la correspondiente tramitación procesal jurídica requerida.

 

El primer Recorrido- Conversatorio presencial, realizando gran trecho de la antigua Ruta Principal, tras apropiar conocimientos también dejó retos y desafíos de cómo organizar la comunidad civil anfibia, asentada sobre barrancos y riberas de sitios habitados; pero sujetos a diversas acciones de estado, en virtud de la abundante colmatación, donde prácticamente existe una contaminación hídrica que empobrece el tradicional y mítico ecosistema, facilitando por doquier la proliferación descontrolada de algas fluviales (clasificaciones grupales de color azul verdosa).

 

Nuestro RIO SINU, nos deja estelas o huellas de legados antiquísimos,  Estando su  abastecimiento de agua con la precipitación  y los escurrimientos superficiales, los mantos freáticos que le hacen  formar parte del ciclo hidrológico. Pero, encontrando hoy, entre sus reveces medioambientales, contaminación de la cadena alimenticia.

 

Permanecer unos minutos sobre lo que era (puerto principal calle Las Flores), incluso, hasta los años 60, es presenciar otros mundos, algo así, como si nunca hubiese rastro de río. Evidencias de la Colmatación, rellenar una hondonada o depresión del terreno mediante sedimentos de materiales transportados por el agua.

 

Sitio, parecido ahora, una ciudadela, repleta de construcciones de casas baldosadas en jardineras, donde sus dueños, muchos forasteros y descasados de culturas y costumbres poblanas. Quienes, podrían desconocer del terreno aluvial y baldío, propiedad de la nación, tomaron sus predios. Siendo claras responsabilidades de autoridades, tanto municipal y departamental, en lo civil jurídicamente. Consentimientos claros de propios habitantes pueblerinos.

 

Volviendo recordar, lo vivido últimamente sobre sitios poblanos de Mateo Gómez, tan solo es muestra referencial de todo el conjunto habitacional de la ruta, incluyendo: Garzones, Buenaventura, Retiro Los Indios y El Quemao. Ahí donde, pulula la comercialización económica proporcional. Pobladores, sometidos a altos riesgos de catástrofes medioambientales.

 

Allí, lo que fuese impetuoso caudal  navegable y de hasta 210 metros de ancho y 10 de profundidad, aparece convertido en otro pueblo, dentro del antiguo Mateo Gómez. Tal situación, suele vivirse año tras año, sobre las riberas de la antigua Ruta Principal (Boca La Ceiba- El Quemao y brazo Caño Bugre). Tiempo estimado en 60 años aproximados, la alta sedimentación alrededor de 20 kilómetros  lineales, hasta la Ciénaga Grande, límites con Rabolargo.


Tal panorámica se aprecia en los alrededores del territorio Boca La Ceiba, formada el mes de abril de 1902, abertura hecha por cultivadores de arroz, evitando desbordes e inundaciones producto de crecidas del entonces caudaloso Río Sinú. Corriente que asemeja la llamada boquita por donde nace el brazo muriendo en el  sitio Lara.


Siendo lugar referente de los contaminantes físicos, producto de  las aguas receptoras, logramos identificar  los siguientes efectos medioambientales:

 

Los altos niveles de turbidez limitan la penetración de la luz solar en la columna  de agua, situación que limita o  impide el crecimiento de algas y de las plantas acuáticas enraizadas.  Por ejemplo, el trayecto   que fuese zona de desove. Solo mirar un pedacito, encontramos los hechos de grava o roca apareen cubiertos por sedimentos finos que impiden el cruce o desove de los peces. No obstante, haber desaparecido la tradicional subienda o subida de peces por toda la cuenca hidrográfica Río Sinú, digamos medio siglo aproximadamente. Cuando aún en 1975, cualquier atarrayazo capturaba bocachicos pequeños.

 

Todo indica la perturbación del sistema acuático por la destrucción del hábitat. Pudiendo percibir en poco recorrido diametral, jurisdicción territorial Mateo Gómez, pese los efectos nocivos, su estado hipertrófico (rico de nutrientes), escasísimos lagos de agua poco o nada de profundidad.

 

Fenómeno natural dando lugar a un inmenso  crecimiento de las algas y plantas enraizadas, por efecto limitador  de la extinción de la luz debido a la  fuerte turbidez. Entonces, sentirnos atrapados por la oscuridad, que, a solo diez de la  mañana del viernes 23 de agosto reciente;  apenas veíamos rayitas de agua estancada, ante el  tupido de algas pardas fluviales, entre algunos ramales alargados.   Espere próximas crónicas del  tema.

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